Pásame la botella: el alcoholismo y sus consecuencias familiares

Aunque la familia del alcohólico puede contribuir a la recuperación de éste, es en ella en quien recaen las consecuencias indirectas más graves de esta adicción.

3 AGO 2016 · Lectura: min.
Pásame la botella: el alcoholismo y sus consecuencias familiares

*Esta es la tercera parte de la saga de artículos sobre el alcoholismo

Una persona alcohólica, casi sin darse cuenta, no padece su enfermedad individualmente, sino que, indirectamente, afecta a las personas con las que convive. Además de la familia, llega el momento en que todo su entorno está al pendiente de él y su adicción, pareja, amigos o hasta la gente con la que trabaja.

La que sufre es la familia

Cuando la adicción al alcohol está en ciernes, la familia se ve obligada a soportar los constantes cambios de humor de la persona adicta. Nos referimos a que, cuando ésta empieza a beber, suele estar de buen humor, dicharachera, simpática. Conforme avanza el consumo, suele estar eufórica y, por lo tanto, levanta su tono de voz. Cuando se encuentra ya en estado de ebriedad, puede dormirse. El problema empieza al día siguiente, con la resaca, cuando la persona alcohólica se levanta de mal humor y todo lo que hacen los demás le molesta.

Este es el inicio de todos los inconvenientes que la familia del alcohólico va a sufrir a lo largo del tiempo, mientras conviva con él.

Llega el momento en que el alcoholismo se encuentra ya muy arraigado en el adicto y es entonces cuando empiezan los problemas más graves. Los gritos constantes se apoderan de la casa y después la violencia, ya sea psicológica o incluso física.

El alcohólico no está plenamente consciente de que sus cambios extremos de conducta tienen que ver con el alcohol. En un primer momento, la familia solo escucha y calla, pero llega un punto en que esta situación se vuelve insoportable y en entonces que la familia responde con recriminaciones hacia el enfermo.

Las relaciones familiares suelen fracturarse irremediablemente y es muy difícil volver a reconstruirlas. Queda el rencor, la violencia vivida, las lágrimas, el miedo. El alcohólico provoca la completa desestabilización del núcleo familiar debido a su adicción.

Codependencia

Quizá uno de los problemas más frecuentes y graves que trae consigo el alcoholismo en las familias sea el de la codependencia. Cuando un familiar se vuelve codependiente, se responsabiliza casi al cien por ciento del adicto en todos los aspectos de su vida: de la mente, de las emociones y del sentir de la persona alcohólica. Podemos decir que intenta vivir a través de él. Cuando el enfermo se encuentra estable, el codependiente es feliz, pero en el caso contrario, cuando el alcohólico sufre una crisis, el "partner" se adueña de ésta y la vive como si fuera suya.

Cuando se desarrolla esta relación de codependencia, es muy difícil poder ayudar a una persona a superar el alcoholismo porque se está indirectamente enganchado a la enfermedad.

Existe una salida

Pero por otro lado, cuando una persona atraviesa por una adicción tan fuerte como la del alcoholismo, la familia puede suponer un punto muy importante de apoyo en el camino a la rehabilitación. Si se cuenta con la información adecuada, son los familiares quienes pueden acompañar y auxiliar al alcohólico en su recuperación.

Una investigación publicada en la Revista Cubana de Medicina General Integral, realizada por Pedro Fernández Olazábal, Isabel Louro Bernal y Pedro Hernández Mandado, propone una estrategia de educación para la familia de la persona alcohólica con el objetivo de instruirlos para que puedan contribuir a la completa rehabilitación del enfermo.

Estos investigadores aseguran que la familia tiene que tener unos conocimientos básicos acerca del alcoholismo y su tratamiento para poder ser de ayuda para el adicto en cuestión, de entre los que destacamos:

  1. Es fundamental que reciban ayuda de un especialista en adicciones
  2. Deberán recabar toda la información posible sobre esta enfermedad, sus causas, desarrollo y consecuencias.
  3. También tendrán que recibir un tratamiento especializado porque forman parte de "la familia del alcohólico".
  4. Tendrán que empezar a reorganizar la vida en familia en el proceso de rehabilitación.
  5. Aprenderán a enfrentar tanto la recuperación como la sobriedad (síndrome de abstinencia).

Así que consideramos fundamental que, como familia, se acerquen a alguna organización que ofrezca terapias o tratamientos contra esta adicción, como puede ser Alcohólicos Anónimos, o bien, acudir con un psicólogo especialista en alcoholismo para que encuentren la guía necesaria, porque con voluntad y esfuerzo por parte de todos se puede superar este problema.

Artículos de la saga sobre el tema del alcoholismo:

Pásame la botella: el alcoholismo y sus consecuencias físicas

Pásame la botella: el alcoholismo y sus consecuencias sociales

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psicólogos
Escrito por

Karina Tiznado

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