​"Cuando la enfermedad se viste de novia"

"Cuando la enfermedad se viste de novia"

La codependencia.

La codependencia es reconocida en primera instancia al estudiar y tratar al alcohólico, que es cuando resalta la forma muy especial del codependiente al relacionarse afectivamente con personas queridas.

Se comienza a reconocer la codependencia como una enfermedad en los años setentas, siendo una forma de patrones de comportamiento muy específico en las personas para relacionarse de manera muy especial con alcohólicos y personalidades conflictivas.

La codependencia es una enfermedad la cual se hace notar por tener un conjunto de características, entre las cuales existe incapacidad para relacionarse de manera sana, donde una vez enganchada en un vínculo dependiente con una persona querida, se generarán pensamientos obsesivos y de impotencia al querer mantener el control de la persona teniendo frustración por la dificultad existente para el desapego emocional.

En la codependencia se desarrollan afectivamente lazos muy fuertes con las personas que se aman persistiendo en un patrón de conducta muy parecido a la del adicto. El adicto a diferencia del codependiente se engancha a la droga, mientras que el codependiente se engancha a la persona de forma neurótica fracasando en intentos por desprenderse emocionalmente.

Desde luego los más afectados por el alcoholismo en la familia son los hijos.

El Dr. Velasco Fernández, estima que existen más de veinte millones de hijos de alcohólicos de acuerdo a las estadísticas realizadas por el sector salud en México. (Velasco, 1996, pág. 12).

Estas afirmaciones hechas por el Dr. Velazco Fernández son preocupantes, ya que significa que la afectación de las personas que conviven con un alcohólico en especial los hijos, los cuales serán futuros padres llevando a la práctica modelos poco sanos en actitudes que arrastrarán a su vez hijos con síntomas diversos.

Mientras el foco de atención y de estudio eran los alcohólicos se dejó de lado a la familia, tal como lo hace la esposa con su pareja alcohólica desatendiendo a los hijos por poner el foco de atención de manera dramática en el adicto, no observando las consecuencias hacia los demás.

Aunque la enfermedad de la codependencia es multifactorial, es decir; son diversos los factores individuales tales como: la baja estima lo cual no permite expresar abiertamente los sentimientos por temor al rechazo y/o abandono por haber sufrido en la infancia experiencias tales como: la violencia intrafamiliar proveniente de padres agresivos existiendo una necesidad de reconocimiento y de aceptación, también el haber sido sobreprotegidos generando inmadurez e irresponsabilidad respecto de su persona, o el extremo; de haber desarrollado una madurez prematura habiéndolo responsabilizado de tareas que les corresponde a los padres dejándole una gran carga al hijo con un rol parental.

Dentro de los factores de tipo familiar el codependiente está resentido, y estos resentimientos son encubiertos debido al aprendizaje obtenido en la familia siendo incapacitados para expresarlos ya que existe un código familiar de ser prefecto, bueno y de hacer lo correcto, con el significado de: ¡Tú no puedes sentir enojo con tus padres, debes de ser leal con el que te dio la vida!, y en esta lealtad familiar ¡deberás sacrificarte!

También dentro de las diversas causas en lo que corresponde a los factores familiares además de la lealtad familiar, existe la deficiente comunicación en la familia, donde se envían constantemente dobles mensajes diciéndole al hijo: "haz lo que vieres no lo que te digo que no hagas". En el caso del adicto: "No vayas a tomar porque es malo para la salud" sosteniendo una botella en la mano. En el caso del codependiente: "Hay que amar, aunque tú no te ames" continuando en la tolerancia del maltrato del esposo alcohólico.

Existirá también la dificultad aprendida para establecer límites claros y directos, siendo estos rígidos, vagos y difusos. El codependiente cree haber establecido límites, y posteriormente se percata de que solamente realizó restricciones las cuales son quebrantadas, trayendo como consecuencia un incremento en la autocompasión y el resentimiento.

En lo que respecta a los factores del área social, los diversos problemas que pueden presentarse son: El desarrollarse en un medio culpígeno y machista donde: ¡hacer el bien es sin mirar a quien!, ¡ayudar al necesitado!, ¡quitarse la camisa por los demás!, ¡el ser caballeroso!, o ¡la mujer de casa!, ¡el salir de casa vestida de blanco!, ¡cargar tu cruz, no se permite el divorcio porque ya te casaste y deberás cargar tu cruz!, aunque se sabe que una buena separación dañará menos a los hijos que el continuar con desacuerdos constantes y pleitos con la pareja. Aprender en el medio familiar que ser bueno es ser permisivo, ¡primero están los demás!, etc. Sentimientos generadores de culpa y lealtades mal entendidas fomentadas por la familia, para ser reforzadas posteriormente por la sociedad.

Cualquiera que le pregunte a la codependiente el porque tolera tanto el maltrato, descalificación, anulaciones y hasta violencia física, nos dirá; "Es que lo amo" y si se le continúa preguntando ¿qué es lo que ama de ese hombre?, no sabe responder. Y es una ilusión confundiendo la enfermedad con el amor, pensando que el amor es la dependencia hacia su pareja; es cuando la enfermedad se viste de novia.

Actualmente se sabe que un alcohólico-adicto afecta de 7 a 10 personas a su alrededor, siendo los más dañados y de manera más directa; la esposa y los hijos. Por ejemplo: Los hijos de alcohólicos tienden a tener rasgos de carácter producto de las consecuencias como son: el adivinar la forma en cómo comportarse, ya que han vivido en un ambiente caótico y de confusión, no saben diferenciar un comportamiento común, de uno que no lo es. Realizan proyectos que no terminan de principio a fin ya sean relaciones interpersonales, trabajo, estudios, proyectos, etc. Mantienen un poder de autocrítica rígida y de perfección, donde no se permiten error alguno, lo cual hace que, ante las situaciones de felicidad, recreativas y agradables que la vida ofrece, no se permitan divertir.

Por lo regular el hijo mayor o único va a tomar el rol de forma hiper-responsable. Desarrollando conductas que no solamente son para sí mismo, sino también para otros miembros de la familia. Este hijo se adelantará a etapas de su desarrollo, ya que es un niño que ha aprendido conductas de rescate: por ejemplo: sacar a papá de las cantinas, lo buscará por las noches angustiándose pensando en que algo malo le va a pasar, le resuelve situaciones adversas que corresponden a un adulto. Aprende a manejar automóvil de forma precoz para poder llevar a papá que está siempre en malas condiciones para hacerlo.

Desarrolla un sentido de rol parental "Hacer lo correcto", estará al pendiente de los demás hermanitos, así como de la madre la cual se encuentra triste por el alcoholismo de su pareja. Probablemente este hijo realizará tareas de la casa y velará por los demás.

EL siguiente hermano no desarrollará la necesidad de la responsabilidad, ya que sabe que cuenta con su hermano mayor, el cual ya retomó este papel parental, éste hermano será "EL BORREGO" de la familia, y desarrollará la característica de adaptación de las circunstancias, siendo para él más fácil seguir las indicaciones adaptándose a las circunstancias pareciendo flexible.

El tercer hermano viene siendo "El alka-selzer", es el que intenta que se sientan mejor los miembros de la familia haciéndose responsable de cualquier dolor que la familia estuviera sufriendo, siendo el alivio familiar.

La familia es el núcleo principal de aprendizaje, donde se obtiene una estructura y contención, así como de retroalimentación de lo que está bien, de lo que está mal, siendo básica esta estructura familiar para evitar síntomas psicológicos. Es donde se aprenden un sistema de creencias; lealtades, ideología, principios, la forma de comunicación, valores, reglas, normas, límites, secretos familiares, etc.

Al generar principios y valores en los miembros de la familia, con una buena comunicación siendo está clara y directa es probable que los hijos sean menos vulnerables a influencias negativas y aprendan a tomar decisiones, haciendo que las relaciones sean más estables, "para decir no", no permitiendo ser manipulados ante presiones sociales.

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