¡Yo te quería, tú amabas a otra!

Las emociones afectivas como el amor y enamoramiento, son sustancias secretadas por el cerebro y repercuten en la mente, ¿Pero por qué no se ponen de acuerdo cerebro y corazón? ¡Infórmate!

20 NOV 2018 · Lectura: min.
¡Yo te quería, tú amabas a otra!

Los estados afectivos que genera el cerebro humano a veces suelen ser muy intrincados, ya que son reacciones químicas que van desde la parte fisio-endocrinóloga (sistema limbico), hasta las fibras más sensibles del aparato psíquico (la mente), causando incluso anemia espiritual, y duelen la mayoría de las veces, más allá de la piel.

Los estados afectivos son los sentimientos y las emociones relacionadas con las conductas y experiencias del ser humano, y es la amígdala cerebral, la estructura o red neuronal más importante que controla y maneja las emociones, que incluso podrían ser irracionales como el miedo, la tristeza, la ira, las dudas, los celos, las inseguridades, las culpabilidades, etc. ¡Pero también el amor!

¿Y qué pasa cuando nos enamoramos de alguien que no nos ama? Creemos que es el corazón el culpable de todo lo que nos está pasando, o quien tiene toda la responsabilidad y eso no es así: hay estudios científicos que demuestran que el amor y el enamoramiento tienen mucho que ver con las sustancias secretadas por el cerebro, llamadas neurotransmisores, en concreto nos referimos a la dopamina, la serotonina, la noradrenalina, la oxitocina, entre otros, que influyen poderosamente en los aspectos psicológicos y neuro-científicos relacionados con el amor y el enamoramiento.

En este marco, podría resultar frustrante para algunas personas, el no poder entender, porqué no es suficiente a veces amar tan profundamente a alguien y no ser correspondidos. Y por supuesto tendría buena lógica suponer que también tiene mucho que ver los trastornos de idealización, de identificación y hasta las pérdidas de identidad cuando el dolor emocional es inenarrable e intolerante y cuando las emociones se salen fuera de control, se desahogan, lloran y gritan, retumbando y rebotando su dolor por todas las paredes del alma, debatiéndose en su impotente pena, como si fuera un proceso de vida o muerte: "Te odio por tanto que te amo", "Te extraño aunque tú no me quieras", "Te amo y no me importa que estés con otra(o)"…

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Atrapados en un sentimiento tan intenso o necesidad emocional tan imperiosa que les corroe las entrañas, convirtiéndoles en simples guiñapos sin más objetivos que su dependencia emocional descomunal, abrupta y enfermiza, haciéndoles girar su vida sólo en torno a la otra persona que ya no siente nada, ni les busca, ni les toma en cuenta, ni les quiere… ¡Ni les respeta siquiera para nada!

Pero lo peor no termina allí, es realmente incomprensible que las personas que padecen de estos trastornos de la personalidad (no especificados), tampoco estén dispuestas a soltar su ideal del amor que las está matando, se aferran, se agarran, se niegan a renunciar a la esperanza, y no sueltan ni dejan ir, aunque se sientan suspendidas entre el cielo y el infierno y sin nada ni nadie de quién sujetarse… ¡Es un verdadero infierno!, no quieren comer, no quieren dormir, no quieren salir, no quieren nada, y es como si hubieran perdido toda ilusión y también todo el sentido de la vida, ya de por sí, herida de muerte, puf… ¡Como si el otro valiera tanto la pena!, e incluso ni aunque lo valiera.

¿Por qué caer en el charco de la auto-compasión por sí mismos? ¿Será acaso el miedo horrible a la ruptura y a la soledad?

¿Qué hacer para salir de la obsesión enfermiza del enamoramiento no correspondido?

En primer lugar darte cuenta de cómo te manejan tus propias debilidades.

Es una especie de auto-saboteo, te explico: supongamos que eres como un árbol lleno de fruta, y eres tú misma(o) quien se está tirando pedradas hasta sangrar, lo estás observando pero sigues autolesionándote y no te importa, ¿Entonces de qué carajos te quejas?

La verdad de todo esto, es que la mayoría de las personas que se agreden a sí mismas, lo hacen para dejar de lado los pensamientos perturbadores, irracionales o intrusivos. Evaden su dolor emocional o lo desfogan con la autolesión. Se trata de pensamientos negativos y dolorosos sujetos de atención clínica. Las emociones evadidas no se controlan, ni se van aliviar en escalada si se continúa en el auto-engaño y el auto-castigo, es necesario que te des cuenta que el punto central de ese problema es el desamparo en el que te encuentras, que también lesiona seriamente tu autoestima. Es necesario acudir a un profesional de la salud mental para que te oriente de la mejor manera a potenciar tus recursos personales.

Tomar decisiones inteligentes en base a la realidad sería el segundo paso.

Esto implica tomar conciencia de qué es lo que aquí y ahora tienes en realidad, y si no te gusta tu realidad, puedes cambiarla, afortunadamente la conducta es modificable y eso lo tienes a tu favor para que salgas de esa enajenación que te consume. Cuando empiezas a modificar la conducta disruptiva e insoportable, observarás una mejoría inmediata de todos tus malestares físicos y emocionales, se fortalecerá tu seguridad, potenciarás tu confianza y sanarás tu autoestima.

Dar gracias y seguir adelante en tu proceso de maduración interior sería el tercer paso.

Aquí ya habrá cambiado tu visión, dimensionarás las cosas de otra manera, ya no sientes que te lastimaron ni que te ofendieron cuando no supieron o no pudieron o no quisieron amarte ni valorarte, por el contrario, gracias a esa persona de tus sueños o a ese ideal de tu mente con respecto del amor, ahora tú eres amor auténtico, tu propio amor genuino, fuerte e independiente, sólido y maduro que agradece sinceramente a su maestro, por tanto dolor convertido ahora en un dulce e hidalgo e incondicional amor.

No tenemos por lo tanto, ninguna necesidad de andar mendigando a nadie, ninguna clase de afectos, ni incluso cuando se padece de orfandad afectiva emocional. Es muy fácil confundir la palabra debilidad con amabilidad, y desgraciadamente el ser humano no está exento de sus necias fantasías.

¡Hey! A ti que nos lees, ¿conoces por virtud esta máxima?

"Despierta, para que tus sueños no se conviertan en pesadillas"

Hasta la próxima, con nuestros cordiales saludos.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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Comentarios 1
  • Gabriela López

    Me gustó este artículo me lo pueden mandar por correo electrónico vivi en una relación tóxica donde había de mi parte dependencia emocional.

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