Por qué la fatiga mental te puede autodestruir

La fatiga mental nos puede afectar en silencio y en muchos niveles. Te invitamos a conocer las consecuencias de este tipo de cansancio mental, antes de que te tomen demasiada ventaja.

16 DIC 2019 · Lectura: min.
Por qué la fatiga mental te puede autodestruir

La fatiga mental es una compañera y una consecuencia que muchos llevamos a cuestas en medio de los afanes. 

Si alguna vez has estado en medio de un embotellamiento puedes imaginarte lo que es la fatiga mental. Digamos que los pensamientos y las preocupaciones son tantos que van quedando atorados en tu mente sin que puedas avanzar en una u otra dirección.

No obstante, para entender más sobre la seriedad del agotamiento mental y de las posibles consecuencias que puede traer sobre nuestra vida, démosle una mirada de cerca. Empecemos...

¿Qué es la fatiga mental?

La fatiga mental es una sensación de agotamiento, cansancio y falta de energía. Aunque es una respuesta normal ante un esfuerzo físico, estrés emocional o falta de sueño, en algunos casos la fatiga puede ser la señal de la aparición de un trastorno mental o físico de mayor gravedad.

Además de las señales que enumeramos antes, la fatiga mental tiene otras apariciones que a veces pasan desapercibidas y también, suele confundirse con la somnolencia (sentir la necesidad de dormir) aunque es algo distinto.

Otras señales de la fatiga mental, también conocida como agotamiento, letargo o extenuación, pueden ser: 

  • Confusión. 
  • Cambios de peso, en algunos casos. 
  • Debilidad.
  • Dolores de cabeza frecuentes. 
  • Insomino, entre otros que exploraremos más adelante.  

Aun así, la fatiga puede estar presente y ser ignorada pues no siempre está asociada a síntomas tan notorios. Algunas veces, solo 'paramos' cuando las consecuencias aparecen y nuestra salud se deteriora. 

"No esperemos recompensas de nuestras fatigas y desvelos". - José de San Martín.

Causas de la fatiga mental

Es frecuente que el agotamiento esté asociado a excesos en las cargas laborales, no obstante, existen otras causas para que la fatiga mental aparezca: 

  • Problemas en la tiroides. 
  • Trastornos en el sueño.
  • Depresión.
  • Anemia. 
  • Consumo de drogas o alcohol.

"Practico mantener la calma todo el tiempo, a partir de situaciones que son tensas" - Martha Beck.

Ahora bien, ya que sabes qué puede causarte fatiga mental es momento de que te hagas estas preguntas para detectar si la padeces:

  • ¿Te sientes abrumado ante las responsabilidades o tareas que tienes?
  • ¿Estás sintiéndote irritable o demasiado impaciente en tu oficina?
  • ¿Te cuesta trabajo concentrarte?
  • ¿No te satisfacen tus logros?
  • ¿Sientes poca energía?

Fatiga mental

¿Estás siendo afectado por la fatiga mental?

En realidad analizar cómo te sientes y hacer esta introspectiva es la mejor forma de detectar si estás agotado mentalmente. Haz una pausa y sé completamente honesto, vale la pena. Ahora, después de responderte estas preguntas y si aun tienes dudas, te contamos por qué es necesario darle atender la fatiga mental

Consecuencias del agotamiento mental

La fatiga mental cobra factura en tu salud física y en tu salud mental. Entre las preguntas que te planteamos antes hay cosas como 'sentirte con poca energía' y es que, la fatiga te afecta desde adentro y hacia afuera. Observa: 

Consecuencias físicas

Aunque cada caso y cada organismo es distinto, las señales físicas de la fatiga mental más frecuentes son: 

  • Dolores de cabeza frecuentes, repentinos. 
  • Malestares estomacales o intestinales sin razón aparente. 
  • Dependencia del alcohol u otras sustancias. 
  • Estrés excesivo. 
  • Diabetes tipo 2.
  • Vulnerabilidad a enfermedades cardíacas. 
  • Presión arterial alta. 

Además, y de la mano de las consecuencias físicas, tu salud mental puede verse afectada por la fatiga mental: 

Consecuencias mentales

  • Aumenta el riesgo de sufrir de depresión y otros trastornos mentales, como la ansiedad.
  • Insomnio, una de las consecuencias de la fatiga mental y que a su vez la alimenta. 
  • Tristeza, enojo, frustración.
  • Falta de control de las emociones. 
  • Dificultades para concentrarse, te distraes fácilmente.

Así es que: mejor no esperes a que las consecuencias de la fatiga deterioren tu calidad de vida, y busca alternativas para darte un nuevo aire. Practicar un ejercicio, consultar con un psicólogo experto, iniciar terapia y buscar un pasatiempo, son algunas de las cosas simples que pueden hacer toda una diferencia. Empieza hoy.

"La paz comienza con una sonrisa". -Madre Teresa de Calcuta

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