El duelo de una paternidad fallida

El padre representa la figura principal de autoridad en la familia, ¿Te sientes preparado para ejercer ese rol en tu propio contexto familiar? ¿Encuentra aquí, toda la información!

21 JUN 2022 · Lectura: min.
El duelo de una paternidad fallida

El análisis institucional, visto desde la terapia sistémica familiar, conlleva a la revisión de reglas, normas, roles, etc. de cada uno de los miembros de la familia, sin omitir por supuesto las influencias de su cultura, de su entorno, de su formación, de su educación, de su estilo de vida y su sistemas de creencias y valores que le introyectaron sus formadores o tutores desde la primera infancia, en el ánimo de poner énfasis en la transformación de los procesos interpersonales en disfunción.

En este marco de referencia, cabe señalar la importancia que reviste el papel que juegan los padres en cualquier núcleo u holon familiar. Los padres, son las puertas por donde todos los seres humanos llegan al mundo bajo cualquier premisa o bajo las circunstancias que sean, pero merecen todo el honor, todo el amor y todo el respeto, por el simple hecho de haber dado vida.

El papel que ejerce el Patriarca de la familia por ejemplo: ¿Cuáles son los roles que ejerce o debe ejercer el padre dentro de un esquema familiar?; a él se le conoce como el proveedor, el salvador, el protector, el que aporta seguridad, confianza y representa la fuerza en la familia. La figura de papá es la que nos hace sentir que nada nos faltará, que estamos seguros porque tenemos su cariño, su protección y su amparo.

Además, existen muchos papás que gustan de ser carismáticos, consentidores, permisivos y juguetones que disfrutan competir con sus hijos a ver quién gana el control de la televisión o de los videojuegos, o hasta echarse un voladito a ver a quién le tocará sacar la basura. ¡Qué increíble y qué hermoso!

Pero, culturalmente se nos enseña, que el papel del papá representa la figura rígida de autoridad principal en el contexto familiar; por lo tanto así debe ser visto y tratado como una figura de respeto y autoridad (aunque algunos hijos se pasan, queriendo romper las reglas, sobre todo los de última generación).

Sin embargo en nuestras sociedades modernas, es muy común que esta autoridad sea revocada, sustituida o extrapolada a la madre, porque ella –se dice- aporta más a la sociedad conyugal y a la familia, haciéndose cargo del marido, de la casa y de la educación de los hijos, y hasta se da el lujo de salir a trabajar para sostener gran parte de los gastos del hogar. Pero si se explorara la vida intra-psíquica de estas mujeres, la pregunta sería, ¿Cuál es la necesidad (o necedad), de predominar (matriarcado) en el contexto familiar, desautorizando al esposo y apropiándose de los roles que no le corresponden? Y de paso creando fronteras artificiales entre los hijos y su padre, o abrazándose a la queja cognitiva: "Estoy cansada", "No me ayudan", "No me entienden", "No tienen consideración de mí", "Son unos ingratos", "Ya no puedo con esto", "Me siento enferma de tanta amarga reacción", etc.

Es observable que de lo anterior, nacen para multitud de problemas:

  • aislamiento de su contexto social
  • conductas disruptivas
  • desafiantes
  • irreverentes
  • encontronazos
  • fricciones constates
  • desaprobación
  • miedos
  • dudas
  • culpas

Desarrollando en la mayoría de los casos un problema mayor en el control de sus impulsos y sus emociones desbordadas debido a tanta saturación e implotación, producto de lo que ella misma eligió ser.

Pero los problemas más grandes todavía, son el cúmulo de consecuencias generadas en ese contexto social y familiar. Una paternidad fallida, robada, pisoteada, alterada, frustrada, reprimida con mezclas de unión y hostilidad hacia los demás, principalmente cuando aquellos hablan de sus propios padres. Rara vez se le escucha hablar de su propio padre, si no es a través de su propia madre ¿Por qué?, ¡Porque hay mucho dolor, mucha resistencia, limitación, anulación o falta de aceptación de su propia realidad!

¿Qué hacer ante la paternidad fallida?

En primer lugar, reconocer que sigue vigente un patrón aprendido en antaño y que ya es hora de darse cuenta de que la fecha de caducidad ya expiró, que ya a estas alturas del partido, no procede ni corresponde llevar reclamos a los pobres viejos (sus propios padres): "Por tu culpa soy así", "Por tu culpa no puedo perdonar o no puedo entender o soltar" "No merezco el amor de mis propios hijos", "No me quieren", "No me respetan", "No me buscan", "No les importo", "No existo para ellos", ya no es posible ni sano llevar reclamos a los padres, porque los pobres viejos hicieron lo que pudieron con lo que tenían. Hay que cerrar ya ese ciclo de vida, soltando, dejando ir, diciendo adiós, pero con el corazón en paz.

En segundo lugar, si a todo eso, le sumamos una relación de pareja fracturada, que viven en una familia disfuncional, una matriarca a lo mejor muy competente pero muy indolente, fría, calculadora, pasiva, abusadora y controladora que acostumbra manipular todo y a todos con el consentimiento previo de sus propios padres (los abuelos) ¿Pues qué se espera? ¿El pobre hombre debería estar agradecido y no resentido? Conductas por demás tóxicas, sujetas de atención clínica inmediata.

¿Vives en una situación similar?

Alégrate porque no todo está perdido para ti. Ya te humillaste, ya lloraste, ya pataleaste, ya apelaste a todo para recuperar lo que no te hizo feliz en su momento… ¡Pues llegó la hora de reconstruirte, de levantarte, de seguir adelante. Es hora de soltar –repito- de soltar, de dejar ir y de decir adiós, pero con el corazón en paz. Si no te conocieron ni quisieron valorarte, ¿Quién se lo perdió? ¡A veces al perder se gana más!

Aprende a reconocer tus habilidades, tus destrezas, tus talentos, tus recursos personales y valora tu tesón, tu inteligencia, tu dignidad, tu orgullo, tu constancia, tu frecuencia, tu amor propio y el respeto que te debes a ti mismo (a), porque de cierto te digo que no merecen tenerte, quienes no reconocen todo lo que tú vales como ser humano, como padre y como persona.

Referencias

Minuchín, S. (1989). Familias y Terapia Familiar. Ed. Gedisa, Barcelona, España.

Egan G. (1981). El orientador experto. Un modelo para la ayuda sistémica y la relación interpersonal. Grupo Editorial Iberoamérica. ISBN 968-7270-02-0 México,D.F.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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