Una mesa para Navidad, ¡Y a comer sabroso!

Los suculentos manjares para la cena navideña implican gasto excesivo, sobrecargas de trabajo extra y preparativos anticipados en la decoración. ¿Es necesario tanto sacrificio?

19 DIC 2018 · Lectura: min.
Una mesa para Navidad, ¡Y a comer sabroso!

Pareciera costumbre que los mejores platillos y los más sabrosos de todo el año, se disfrutan enormemente en una hermosa mesa dispuesta para Navidad. Los manteles largos impecables y decorados con exquisita elegancia en colores vino tinto, morado, verde turquesa, esmeralda, rosa o hasta el tradicional decorado navideño con flores de noche buena, el simpático Santa Claus.

En el centro y a lo largo de la mesa las tradicionales velas aromáticas rojas o verdes, un toque de pino con canela y manzanas perfumadas a dulce olor de inocencia navideña, y por supuesto, no pueden faltar las copas de cristal, los platones gruesos y redondos, esperando las calientes o frescas viandas vestidas y decoradas con un muy selecto gusto de las lindas servilletas blancas de tejido, amarraditas con listón dorado, símbolo de la abundancia del corazón humano.

Los suculentos manjares para la cena de Navidad, pueden ser muy variados, y entre los más tradicionales tenemos los romeritos y el bacalao, el delicioso pavo horneado, el lomo de cerdo al horno, adobado, mechado, a la piña, en salsa verde o en cualquier otra salsa, como más se nos antoje. En algunas regiones de México, se estila el famoso pozole rojo de puerco con su textura de espinazo cargado, lomo o pierna en el caldo caliente con sabor a chile ancho, chile guajillo y hasta patitas de cerdo partidas a la mitad, con sus ingredientes selectos, cilantro de bola, orégano, comino, ajo, pimienta molida, cebolla blanca y sal, el mismo se sirve muy caliente, acompañado de grano de nixtamal cocido, además de repollo, cebolla blanca y cilantro verde finamente picado, rabanitos, limones y tortillas tostaditas. ¡Ah! pero sin faltar las salsitas de chile de árbol que son las sabrosas, para aquellos paladares más exigentes.

También son muchas las ensaladas, sopas y pastas frías las que se acostumbran para la cena de Navidad, en toda Latinoamérica, deliciosas y variadas, sin contar con los entremeses de jamones, aceitunas y quesos selectos con frutos secos, a los cuales se les llama "botana" con ingredientes saladitos o aperitivos que se sirven antes de la cena navideña, y por supuesto una gran variedad de postres como los buñuelos en miel, los famosos flanes caseros, el ponche de frutas servido en los tan tradicionales pocillos de barro. Y de los niños, la delicia en la variedad de dulces típicos de colación con sus diferentes texturas y colores, rellenos de cacahuate, avellanas, nuez, o con sabor a naranja, canela o limón, igual todos son muy deliciosos y no pueden faltar dentro de las piñatas en las posadas navideñas.

Es increíble pero el mes de diciembre, es el más ajetreado en cualquier cocina donde se tiene por costumbre que mamá o papá se esmeren en los preparativos de las viandas más sabrosas para deleitar a toda la familia. Sí; a algunos señores también les gusta cocinar y no sería de extrañar que sean los más detallistas para decorar los platones con cada comida: Las sopas frías o calientes, los embutidos, los entremeses, las carnes rojas, blancas o mariscos, los postres y por supuesto, los panecillos que no deben faltar en la mesa, sean cuernitos, volovanes o simplemente las ricas tostadas o galletitas que hacen la delicia de chicos y grandes para participar en la cena de Navidad.

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Pero aquí el tema que seguramente preocuparía a cualquier ama de casa que tiene muy medido el presupuesto familiar, sería el gasto excesivo que se hace para festejar la Navidad y también para darle la bienvenida al Año Nuevo. Con esa obsesión enfermiza que algunas personas tienen por las compras de Navidad ¡se pasan!, gastan y desgastan sus bolsillos, agotan sus carteras y llevan al límite las tarjetas de crédito con tanta compra compulsiva, que a la postre no resulta suficiente, ni llega a satisfacer plenamente a todos, y de paso, no se miden las consecuencias de tanto derroche.

Por lo tanto, cabe en este breve espacio, la atenta invitación a reflexionar en todo lo que estamos haciendo con nuestros dineros ganados con tanto sacrificio. Despidamos el año con lo que nos quedó en la nevera. No alcanzan los presupuestos, ni el tiempo, ni las ganas de volver al supermercado otra vez para comprar lo de la cena de año. Ve y mira si por allí te quedó una o dos bolsas de sopa de pasta, codito, espaguetti, plumilla, conchitas o macarrones o lo que quieras, prepárala en salsa verde, o roja o amarilla, saboréala con un poco de polvo de curry y un poco de mediacrema y espárragos tiernos, leche evaporada, caldo de pollo y listo.

Pero si te faltaron los frijoles puercos, ponerlos a remojar temprano, los pones a cocer y en media hora ya estarán listos para molerlos con un buen chorizo de lomo de cerdo, un excelente queso amarillo para fundir, un poco de tocino, un chorrito de chiles en escabeche y una latita de salsa ranchera, lo revuelves y los dejas hervir lentamente en manteca de puerco muy caliente, hasta que el queso se haya fundido completamente, mira el punto turrón de los frijoles puercos es inconfundible, cuando empiecen a hervir le apagas inmediatamente y listo.

Y si aún te queda tiempo, podrás preparar un rico estofado rápido de carnero tierno, o lomo ahumado, lo metes al horno y lo bañas con un buen vinito blanco salpimentado y aderezado con un poco de mostaza y chorrito de refresco de cola para que agarre buen color, 20 minutos en el horno a 250° y listo, ya tienes tu cena de año nuevo…¡Y de lujo!

No es necesario pues, que gastes tanto ni que te mates tanto trabajando en la cocina, porque correrías el riesgo de quedarte dormida(o) encima de la sopa.

Y otra cosa que sería interesante hacer a manera de experimento social, es pasar por entre los invitados a tu mesa, una hermosa canasta con letras doradas que diga: "Guardería gratis de celulares", mientras disfrutas tu rica cena tan esperada, y buen provecho para todos con amor y reflexión, te deseamos ¡Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo!

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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