¡Amar en las sombras!

Dentro de los cuadros clínicos más comunes y más discutidos en el ámbito de la salud mental están los pensamientos distorsionados, derivados de las percepciones erróneas o equivocadas, y de las malas interpretaciones que surgen de las emociones desbordadas, que generan a su vez, sentimientos intensos y fuera de control, llevando al individuo a verdaderos estados patológicos que si no son atendidos en tiempo y forma, pueden somatizarse y terminar en enfermedad.

La química del organismo humano aquí juega un papel primordial, y esto lo saben muy bien algunos científicos biólogos y bioquímicos, así como también algunos científicos neuroquímicos y neurobiólogos que nos hablan sobre las conocidas señales químicas o mensajeros químicos, llamados también: Neurotransmisores.

En ese marco, sería comprensible entender, que son precisamente los neurotransmisores, los causantes de que dos personas se atraigan químicamente, y se busquen de manera casi obsesiva, porque surge entre ellas un estado emocional llamado: Amor o enamoramiento con todos sus sentimientos de pasión y placer y hasta sin medir consecuencias… ¡No se piensa; se siente y se actúa!, casi como lo hacen los animales.

¿Pero qué pasa cuando esa atracción química ocurre entre dos personas que ya están civilmente comprometidas o legítimamente unidas en sagrado matrimonio con otras parejas?, ¿Es válido ante la familia, la sociedad, la pareja, y ante el mismo ser humano, ejercer ese tipo de derecho a sentir?, ¡Vaya, qué compleja resulta la respuesta! ¿verdad?, pues cualquier persona opinaría: "¡Por supuesto que no es válido!", "No se vale poner los cuernos", "No es correcto amar a dos personas a la vez", "Eso se llamaría dobletear, jugarle chueco al otro, engañarlo, traicionarlo, serle infiel", ¿Pero y qué es realmente la traición?. ¿No conducirse con honestidad? ¿Honestidad hacia quién? ¿Hacia sí mismo o hacia el otro?, Veamos lo que dice al respecto un experto:

El Dr. Friedrich Salomon Perls conocido como Fritz Perls, médico neuropsiquiatra y psicoanalista Alemán/estadounidense (1893-1970) (junto con su esposa, Laura Posner), creadores de la Terapia Gestalt, nos legaron una hermosa oración que dice así: "Yo soy yo, tú eres tú. Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas, tú no estás en este mundo para cumplir las mías. Tú eres tú y yo soy yo. Si en algún momento o en algún punto nos encontramos, será maravilloso, si no, no puede remediarse. Falto de amor a mí mismo, cuando en el intento de complacerte me traiciono. Falto de amor a ti, cuando intento que seas como yo quiero que seas, en vez de aceptarte como realmente eres. Tú eres tú, y yo soy yo.".

Realista reflexión profunda convertida en un hermoso poema-oración que nos invita a ver las cosas como son sin mezclar sentimientos. Suena tan sencillo de explicarlo pero qué difícil resulta entenderlo. Cuestión de enfoque, o cuestión meramente sociocultural. Pues visto de manera coloquial ¿Cómo voy a permitirme compartir a mi pareja con otra persona nomás porque los benditos neurotransmisores están haciendo de las suyas y causando estragos en su organismo llenándolo de calentura pasajera. ¡Pura llamarada de petate! ¿Y eso cómo se le podría explicar eso al corazón?

Infinidad de matrimonios se fracturan y se rompen por esta cuestión de la infidelidad que puede llevar una buena dosis de carga genética o puede ser de carácter ambiental, o podrían ser las dos cosas juntas. Y Sin embargo en nuestra cultura occidental sería un absurdo admitir esta premisa, pues como seres humanos no estaríamos preparados mentalmente para aceptarlo y mucho menos para aprobarlo, y entonces la cuestión es: ¿Hasta dónde estar dispuestos a ver las cosas de manera individual? ¿Hasta qué punto estar de acuerdo en soltar los apegos, la dependencia emocional, los viejos hábitos y costumbres milenarias que nos tienen esclavizados en los vicios y los errores?

Obviamente amar en la sombra de tu vida, no implica que tenga que valerte un cuete todo lo que pasa y cegarte a dimensionar la realidad… ¡Implica hacerte responsable de tu persona y hacerte responsable de las consecuencias de tus actos! ¿Qué necesidad tienes de lastimar sentimientos y susceptibilidades nomás porque aquél (o aquella) te gusta? ¿O qué necesidad tienes de destruir hogares, sentimientos, hijos… Nomás porque no puedes controlar lo que sientes? ¿No sabes ya qué hacer? Acude a terapia, aquí te dejo la respuesta.

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