Una decisión Inteligente

¿Te pasa que de repente te encuentras repitiéndote frases como “¿Cómo se atrevió a hacer/decir tal cosa?”

6 NOV 2014 · Lectura: min.
Una decisión Inteligente

¿Te pasa que de repente te encuentras repitiéndote frases como "¿Cómo se atrevió a hacer/decir tal cosa?", "¿Cómo no hice lo otro?", "¿Por qué me trató así?" "¿Yo qué le hice?" , "Me dijo no-se-qué", "¿Por qué me hice tanto daño?", "Hubiera" esto, "No hubiera" lo otro… una y otra vez?

Si al pensar en algo o en alguien sientes rabia, rencor, resentimiento, culpa o vergüenza, seguramente estás haciendo un derroche de energía mental y emocional y estás perdiendo tu poder.

Adivinaste… hoy toca hablar del PERDÓN y, por supuesto, del PERDÓN A UNO MISMO. Pero no el perdón barato y rápido que nos han tratado de vender toda la vida, (que no dura porque no es auténtico), sino del perdón profundo que, en sí mismo, contiene la promesa de liberarte del poder que ejercen sobre ti los actos y actitudes de otras personas, y los tuyos propios. Si deseas vivir con paz en tu mente y en tu espíritu, entonces sería conveniente que te dieras la oportunidad de perdonar, y de perdonarte.

Es común creer que el perdón es:

  • Justificar comportamientos negativos o inaceptables, como el maltrato, la traición, la agresión, la violencia o la deshonestidad.
  • Aprobar la conducta que te ha generado sufrimiento y seguir en lo mismo.
  • Quedarte en la misma situación y no hacer nada al respecto.
  • Fingir que todo está bien cuando sientes y sabes que no es así.
  • No hacer caso de la rabia o el resentimiento que sientes, y tratar de ignorarlo.
  • Adoptar una posición de inferioridad o ser el "tapete" de alguien.
  • Hablar directamente con la persona a la que quieres o "tienes que" perdonar.

¡Nada de eso! Déjame profundizar un poco en esto. ¿Me sigues?

Cuando estás ahogándote en la rabia, el rencor, el resentimiento, la culpa, la vergüenza o el drama, y no puedes liberarte de éstos, seguramente hay otros sentimientos que están más profundos, como pueden ser la humillación, desolación, tristeza, inseguridad, impotencia, frustración, desamparo, desilusión, miedo, abandono, vulnerabilidad, inadecuación, indefensión…

Profundiza aún más y permítete sentir lo que se encuentra allí. Verás que hay mucho más que lo que a simple vista notas. Ahí hay heridas que aún no sanan, y que probablemente necesiten primero ser reconocidas y expresadas para poderse liberar y sanar.

La rabia crónica, el rencor, el resentimiento (que es ´volver a sentir´ una y otra vez), la culpa y la vergüenza que puedas sentir, te impiden ver que más allá de lo que haya originado estos sentimientos, tú eres responsable de seguir aferrándote a ellos, o bien, de liberarte. Todos sabemos que la falta de perdón castiga y lacera más a quien la siente que a quien va dirigida.

Te sugiero que, si necesitas expresar lo que sientes, encuentres a alguien que sea capaz de escucharte sin emitir juicios ni críticas, y que no le produzca ansiedad verte llorar o gritar, derrumbarte o enfurecerte hasta la rabia, para que puedas liberar aquello que guardas dentro desde hace algún tiempo.

Seguramente estarás pensando que eso ya lo has hecho, que lo has expresado y que no sirve de nada. Con toda honestidad interna, ¿lo has hecho porque de verdad ya lo quieres dejar atrás y lo quieres sanar, pero no lo has logrado y no sabes cómo?

¿O lo has hecho con la intención de ir escupiendo el veneno por todos lados, o para que se compadezcan de ti, o para que ´te entiendan´ y puedas justificar tus conductas, o para ganar aliados, o para seguir una y otra vez juzgando duramente a quien te lastimó, o para sentirte superior al otro, o para protegerte? ¿O bien para afirmar de este modo que tú tienes la razón? ¿O para hacer sentir mal al otro, o porque así crees que ganas poder, o para ser la víctima perfecta? ¿O inclusive porque crees (sólo lo crees, pero no es así) que es más fácil sentir rabia o culpa que tomar la responsabilidad de tu vida de una vez y por todas? O simplemente porque no quieres perdonar, o perdonarte?

Si este es el caso, adelante. Quizá necesites sentir todo esto y seguir regodeándote en tu sufrimiento. Eres libre para hacerlo, aunque esto, paradójicamente, te mantenga en la prisión del pasado y sin poder disfrutar de tu vida en el presente.

Otro aspecto de igual importancia es que, con una visión más amplia, intentes comprender que si alguien te lastimó o te ofendió, fue debido al nivel de conciencia que esa persona tiene, o tenía en esa etapa de su vida. Aún si lo hizo sabiendo que te iba a lastimar, se debió a una incapacidad de ponerse en tus zapatos y sentir empatía. Simplemente no pudo. Si hubiera sabido, y hubiera tenido las herramientas para hacerlo de otra manera, seguramente lo hubiera hecho diferente. Nadie puede dar lo que no tiene.

De igual manera, tù y yo también hemos lastimado y ofendido a otras personas. ¡Es lo mismo! Déjame preguntarte: ¿tú volverías a herir o a ofender a alguien si hoy tuvieras la forma de hacer las cosas de otra manera? Si tu respuesta es NO, es una prueba de que tu nivel de conciencia aumentó. ¡Ahora eres diferente! Y hablando del auto perdón, ¡aplica lo mismo!

Una vez expresado, sentido a profundidad y con una comprensión más amplia, toma la excelente decisión de dejar ir el pasado. Es tu decisión: ¿lo vas a seguir reviviendo por más tiempo, o eliges el perdón y con éste, tu paz?

La actitud es fundamental. Si de verdad ya te quieres liberar de eso, toma la decisión, sé amable contigo, y cambia ya de actitud, cambia tus percepciones. Si te atreves, verás que es mucho más fácil de lo que parece.

Vivir perdonando y perdonándote es un estilo de vida. Deja ya de ser la víctima de tus circunstancias, y retoma tu poder para crear la realidad que quieres para ti.

PUBLICIDAD

Escrito por

Psict. Margie Bonnet Compiani

Consulta a nuestros mejores especialistas en
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre consejos para usuarios

PUBLICIDAD