Consecuencias de la ausencia de una madre

Perder a una madre es perder la confianza en sí mismo y en los demás. Pero aún hay más...

13 AGO 2019 · Lectura: min.
Consecuencias de la ausencia de una madre

El primer miedo que experimentamos los seres humanos es perder el cariño y el calor humano que transmite una madre. Ella es el primer contacto que tenemos con el mundo y es el soporte principal para crear nuestra autoestima y abrir los ojos al mundo que nos rodea. 

De hecho, los niños pequeños son capaces de aguantar, sin cuestionar, los arranques de cólera o desprecio de una madre, porque el principal miedo es el abandono. En vez de criticar a mamá, los niños se plantean si ellos mismos son los culpables de que ella no esté bien o de que haya reaccionado mal ante una situación determinada. 

Como explicábamos en un artículo anterior el abandono de un padre también deja secuelas importantes en la autoestima infantil, pero ahora nos preguntamos ¿qué pasa en la psiquis infantil cuando mamá se ausenta?

Ausencias breves

Que mamá no esté puede generar inseguridad y temor, pero pronto entendemos que siempre vuelve y que debemos aprender a lidiar con el miedo. Finalmente, la ausencia es breve (porque mamá trabaja, porque ha salido un momento, porque está con otras personas, etc) y luego volverá para apapacharnos y recordarnos que somos muy importantes y que no se irá para siempre. 

Ausencias permanentes

La muerte o la ausencia permanente de mamá en las primeras etapas de la infancia, son duros golpes a nuestra autoconfianza. Las personas aprendemos a sobrellevar esa ausencia, gracias al soporte de otros familiares y probablemente crezcamos sintiéndonos bien con nosotros mismos y con el entorno, porque nos hemos sentido protegidos, pero en nuestro interior permanece ese vacío que difícilmente puede ser llenado. 

Por eso es tan importante que quien asuma la responsabilidad de la protección del menor, sea consciente de su impacto en la personalidad del niño o la niña. Debe darle consuelo y transmitirle seguridad en los momentos difíciles. Debe ayudarle a crear confianza en sí mismo y sobre todo, liberarlo de cualquier culpa. Los niños no pueden crecer sintiendo que la ausencia prolongada de la madre fue su culpa. 

Ausencias intermitentes

Una madre que se va por largos períodos y luego vuelve, de manera intermitente, genera ansiedad en sus hijos. Esto es común en casos de mamás que deben migrar a otros países, por ejemplo. El niño experimenta miedo cuando se va (porque no cuenta con la principal figura protectora) pero también hay miedo cuando vuelve, porque no hay certeza de cuánto tiempo pasarán juntos. 

Nuevamente, insistimos en la importancia de un entorno familiar que apoye al niño y lo haga sentir seguro y "completo". Sobre todo cuando son muy pequeños, los niños no entienden bien por qué el trabajo es tan importante para los adultos o por qué mamá no encuentra en su lugar de residencia todo lo que necesita para ser feliz. Más allá de explicaciones complejas, el niño necesita saber que cuenta con figuras de referencia en su vida cotidiana que le permitan desarrollar un apego sano y con los que pueda desplegar su personalidad, de manera autónoma y con una autoestima sólida. 

¿Cómo se comporta un niño sin su mamá?

En cualquiera de los tipos de ausencia, los niños se "rebelan" contra la situación mostrando comportamientos que son un grito de auxilio y que los adultos a su alrededor deben interpretar como una forma de pedir cariño y comprensión:

  • Sentimientos negativos: el niño siente que si mamá no está, no es digno de cariño. Se muestra enojado e irritable porque no puede entender la situación. 
  • No obedece: la primera figura de autoridad que reconoce es la de su madre y si ella no está ¿para qué hago caso a los demás? En este punto hay que actuar con mucha inteligencia para poner límites claros, pero al mismo tiempo con mucho cariño para que el niño comprenda que quienes le rodean se preocupan por su bienestar.
  • Problemas de salud: algunos niños somatizan la ausencia de la mamá con pérdida de apetito, dolores o molestias físicas, que deben ser atendidas por un médico. No solo se debe atender la dolencia física sino también el vacío emocional.
  • Aislamiento: hay niños que no quieren relacionarse ni con otros niños ni con adultos porque no tienen confianza en el mundo que les rodea, no han aprendido las habilidades sociales necesarias para expresar sus emociones y establecer relaciones de empatía con los demás. 

¿Cómo se supera la ausencia de la madre?

Como ya hemos dicho, con una figura adulta de referencia. Un abuelo o abuela, el papá o un familiar cercano que asuma la tutela del niño, debe velar no solo por su integridad física sino también por su bienestar emocional.

  • Tacto: esta persona debe entender que el niño o la niña se siente confundido e inseguro y necesita mucho amor, por encima de todo. 
  • Vínculo: se debe crear un vínculo de confianza con el niño, para que él o ella sepan a quien acudir en caso de sentirse triste, desorientado o enojado. 
  • Explicación: de acuerdo a la edad en la que el niño o la niña haya perdido a su mamá, hay que explicarle la situación con palabras sencillas y con la verdad. Tarde o temprano conocerá a fondo las circunstancias en que se dio el abandono, pero no hay que esperar a que crezca para irle contando qué pasó y sobre todo, sobre todo, que no piense nunca que fue su culpa. 

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Comentarios 1
  • miryam silva

    Magnífico artículo. La ausencia de un familiar o de un ser querido, trae un espacio o un vacío que no se sabrá al principio cómo llenarlo, pero al ignorar ciertas circunstancias se podrían equivocar.

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