Dejo de resistirme a lo que rechazo de mí, también soy eso.

¿Es que hay algo malo dentro de nosotros?, es que ¿somos “malos” y en cualquier momento alguien se dará cuenta de las terribles personas que somos?.

3 NOV 2014 · Lectura: min.
Dejo de resistirme a lo que rechazo de mí, también soy eso.

"Dejo de resistirme a lo que rechazo de mí, También soy eso."

Chandica.

Recuerdo que durante mi paso por la universidad, hubo un momento en que me enfrente a la pregunta de la naturaleza moral del ser humano, será que somos naturalmente buenos y nos corrompemos en el camino, o es que tenemos la maldad de manera natural dentro de nosotros, o incluso peor, somos naturalmente malos, ya que estamos diseñados para ser egoístas.

Y al final, la discusión acerca del tema es muy clarificante respecto a lo que los que te rodean piensan de ellos mismos y de los otros, de lo terrible del mundo y de lo maravilloso, la pregunta incluso puede ser todo un ejercicio de diagnostico para saber si estas con alguien que tiende al negativismo, al catastrofismo, a lo positivo, a lo romántico, etc., el punto es que no existe una respuesta sencilla si nos esforzamos en ser realmente universales con la respuesta, o terminamos siendo dogmáticos respecto a nuestro punto de vista, o simplemente llega un momento en que la respuesta es todo una tesis en sí misma. Sin embargo existen respuestas que le dan paz a la mente, más allá de que satisfaga realmente al filosofo que llevamos dentro, en esta línea de pensamiento la respuesta que más me gusta dice así: “el ser humano ES", es decir los seres humanos no somos ni buenos ni malos en esencia, no es que al final no haya personas que por la cantidad de conductas negativas versus las conductas positivas en la balanza no puedan considerarse “nocivas", aunque aclararía que es una situación meramente estadística y lo pongo en estos términos, porque las personas absolutamente buenas, malas, groseras, alegres, etc. No existen, los reto a encontrar una persona que sea absolutamente algo.

Esto se explica muy bien con una historia de Chuang Tzu (Zhuangzi):

Alguien que fue a ver a Chuang Tzu le comentó, refiriéndose a un hombre del pueblo: «Es un pecador, un hombre realmente malo, un ladrón»; y le criticó en muchos sentidos Chuang Tzu le escuchó y luego dijo: «Pero toca la flauta maravillosamente».

Luego llegó un segundo hombre (el primero estaba todavía allí sentado) y le dijo refiriéndose al mismo hombre: «Es un excelente flautista».

Chuang Tzu dijo: «Pero es un ladrón».

Ambos estaban presentes, así que exclamaron: « ¿Qué quieres decir?».

Chuang Tzu dijo: «Sólo estaba equilibrando la cosa un poco; y además ¿quién soy yo para juzgar a nadie? Ese hombre es un ladrón y un buen flautista. Para mí no hay ni rechazo ni aceptación. Yo no hago ninguna elección. Él es lo que es. ¿Quién soy yo para juzgar o elegir un extremo u otro? Para mí no es ni bueno ni malo. Él es él mismo y sólo a él le concierne. ¿Quién soy yo para decir nada? Si digo algo es tan sólo para equilibraos a vosotros dos».

Y todo esto cuando hablamos de los demás del afuera, es relativamente sencillo, aunque seguro dentro de su ser quedan algunos recelos respecto a la virtud y el vicio, y es que desde pequeños crecemos acompañados por una serie de lineamientos que regían lo bueno y lo malo, no solo de nuestra conducta, sino incluso de nuestros sentimientos, así sentir rabia, celos, vergüenza, mentira, resentimiento, violencia, orgullo era malo, por lo que hábilmente fuimos encontrando muchas estrategias para “dejar de sentir" esa “maldad", aunque siendo completamente honestos, ¿nunca han sentido ganas de tener una reacción exageradamente violenta contra alguien a quien aman? yo estoy seguro que si, y seguro cabrán disculpas como “no lo pensaba realmente", “era por las circunstancias", “solo me deje llevar por el calor del momento", “solo fue porque estaba muy molesto", “no se lo dije", “por eso me quede callado", “no lo actué" a lo que yo preguntaría a estas u otras justificaciones ¿eso que te embargaba en el momento de sentir esa “maldad" no era real? Incluso ¿esa “maldad" no fue real mientras estuvo presente en tu mente?

Entonces qué pasa con esa parte “malvada" de nosotros, ¿desaparece?, ¿vive encerrada en el sótano? o simplemente no lo sabemos y vivimos llenos de arrepentimiento o enojo después de que esta parte de nosotros sale del lugar donde la escondemos, cosas como “no era en serio lo que te dije", “no quería lastimarte", “realmente no siento lo que dije, solo fue el enojo del momento", “no tengo nada de que disculparme , pero el otro si por hacer que sintiera esa maldad" “No importa que el otro se disculpe eso no desaparece mi enojo, no puede deshacer lo que hizo" etc.

¿Es que hay algo malo dentro de nosotros?, es que ¿somos “malos" y en cualquier momento alguien se dará cuenta de las terribles personas que somos?, o la resolución estadística donde tenemos una mayor parte de cosas buenas nos mantiene del lado de los “buenos".

Y entonces surge la frase que da título al texto de hoy, “Dejo de resistirme a lo que rechazo de mí, También soy eso." Que nos deja frente a la posibilidad de convertirnos simplemente en unos cínicos y restregarle al mundo que tenemos partes malas y que son parte de nosotros, al más puro estilo de un adolescente, o podemos tomar un camino que nos acerque a un autodescubrimiento, tomar conciencia, saber que tengo partes que no me gustan, que me causan conflictos, darme cuenta que mis emociones sean cuales sean, son mías y no me controlan.

Claro escrito aquí suena maravillosamente bien y hace todo el sentido del mundo, pero como hacer para llevarlo a la vida, como hacer para no dejar que mis emociones me controlen, para no caer en los patrones repetitivos de las partes oscuras de mi ser.

Y retomo el tema de la conciencia como esta atención que nosotros podemos controlar, si yo decido poner mi atención en una parte de mi ser, de mi mundo interior tengo la posibilidad de aceptar que eso también soy yo, si observo mi enojo, mi ira, mi violencia, tengo la posibilidad de descubrir sus patrones, los pensamientos que nos meten en problemas, si observo un poco mas también tengo la posibilidad de descubrir su origen, no en este momento, sino en mi historia, como ¿por qué es que algunas cosas que a los demás les parecen inocuas a mi me hacen daño, me detonan, me llevan a esa parte oscura de mi mismo?, y si observo todavía un poco más, al final la oscuridad termina por disolverse, deja de ser un lugar oscuro de mi ser, y logro la Conciencia sobre mí mismo, este darme cuenta, no para dejar de sentir, sino para poder alcanzar el “bien" a pesar del “mal" que hay en mí, para poder ser dueño de mi mismo.

Así la conciencia tiene nos da la posibilidad de ser poco a poco más libres de nuestros propios juicios, de nuestros propios jueces, de nuestra propia neurosis.

Abraham Rodríguez

Terapeuta

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Escrito por

Abraham Rodríguez

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