¿Qué es aprender? ¿Por qué alguien no aprende?

Para que cualquier aprendizaje suceda, uno tiene que esforzarse y a veces hasta arriesgarse, no es innato como el respirar.

19 NOV 2012 · Lectura: min.
¿Qué es aprender? ¿Por qué alguien no aprende?

"Aprender es como cuando papá me enseñó a andar en bicicleta, yo tenía muchas ganas, entonces papá me regaló una bicicleta más chica que la suya y me ayudó a subir. La bici sola se cae. Papá la sostenía, y me dijo -así se anda-, él corrió a mi lado sosteniendo la bici y de repente sin que yo me diera cuenta la soltó y siguió corriendo junto a mí. Entonces yo dije ¡Ah ya aprendí!" Alicia Fernández, Poner en juego el saber.

Carmen tiene 8 años, cuando le pregunto cómo define aprender, lo primero que recuerda son las ganas de andar en bicicleta, no las ganas de aprender a. El aprender está en ese espacio entre las ganas y el propio andar. Para que cualquier aprendizaje suceda, uno tiene que esforzarse y a veces hasta arriesgarse, no es innato como el respirar.

En este proceso Carmen se transforma en autora de su propio andar, nadie puede pedalear por ella, el placer está en dominar la bicicleta, (o el lápiz, o el conocimiento), el placer de dirigir, de poder enfrentar este reto, el placer de la autonomía. El “yo solo" de los más pequeños nos habla de la importancia de poder resolver las cosas por sí mismo, “valerse por sí mismo", como decimos. Para enfrentar las ganas por conocer es necesario atravesar el miedo de equivocarse, aceptar el error, intentarlo otra vez, negociarlo con otros; y a veces pedir ayuda.

Muchos de los que fracasan en la escuela acuden a consulta sufriendo este “no poder", es como si su inteligencia se anudara, trabada sin poder desplegar todo su potencial, por miedo a equivocarse, por temor a no lograrlo. El miedo a lo que otros dirán si lo hace mal, a que los amigos piensen “es tonto". Mejor le digo a la inteligencia “calladita te ves más bonita", mejor no hago nada, soy flojo o no presto atención. Le digo a mis ganas otro lo hace mejor, no puedo, no atravieso el desafío. Al no enfrentar las ganas, la alegría, las penas, la sorpresa, aparece el fracaso. Esto se traduce en bajas calificaciones, reportes, apatía o desatención.

El aprender es un proceso que aparece en una relación de paridad, y/o disparidad, pero con otras personas, “las relaciones, generan posibilidades" una relación entre el que aprende y el que enseña. La inteligencia se construye y se produce en la interacción con otros. Aprendemos y enseñamos en esa relación. Por eso tiene importancia el estilo de la escuela elegida, para que apoye el desarrollo de los estilos propios de acercase al conocimiento.

En el espacio terapéutico estas relaciones se transforman para que aflore la inteligencia y el gusto por el conocimiento. A partir del juego y la creatividad construimos caminos posibles para atravesar los retos de la vida cotidiana. El propósito del tratamiento de los problemas de aprendizaje es recuperar el gusto por aprender, un camino posible es el juego o los lenguajes expresivos, por ejemplo: a partir de hacer un color puedo pensar en la fracciones, cuánto de azul y cuánto de amarillo tiene este verde claro.

Allí está el conocimiento y la forma como nos relacionamos con él tiene que ver con la relación con los otros. Aprender es apropiarse de algo; es la manera personal de construir un saber, para ser usado cuando sea necesario. Comprar en la tienda, cocinar, negociar, aceptar, disentir, resolver un problema matemático, escribir una ponencia o salir de viaje.

La capacidad de pensar y aprender son condiciones humanas que nos permiten ser quienes somos, diferentes de otros, originales y autores de nuestra propia historia. Por eso alguien que tiene dificultades para aprender sufre y no se reconoce como un ser inteligente, con capacidad de pensar y hacer desde su propio punto de vista, desde su propia palabra, nadie puede aprender por otro, nadie puede prestar atención por otro, tienes que hacerlo tú mismo, tienes que convertirte en autor de tu propio aprendizaje; puedes saber de memoria una fórmula química o las tablas de matemáticas pero tienes que saber aplicarlas. El encuentro con el gusto por aprender es el motor que permite construir el propio saber, el que usamos para resolver los retos cotidianos.

Para poder aprender es necesario sentir el placer de hacerlo, el gusto por la investigación, de hacer ese cálculo muchas veces porque al fin nos salió, y volver hacerlo una y otra vez y a partir de ahí, poder disfrutar del dominio sobre una acción repetida a voluntad. Propiciar un ambiente rico en experimentación y aceptación del error va a posibilitar encender esa mecha, dar luz verde a ese entusiasmo por conocer, permitirlo y desplegarlo.

Al escuchar esas ganas de saber de los niños o los adolescentes el espacio terapéutico favorece experiencias placenteras con el aprender.

“Y entonces el amor al saber permitirá mantener la pulsión de investigación incluso cuando contacte con el dolor y el sufrimiento de las carencias permitiendo que la energía de saber opere aun a pesar de las dificultades".

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psicólogos
Escrito por

Graciela Viturro, psicopedagoga

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Comentarios 1
  • Elena Hernandez Lopez

    Muy interesante artículo, veo reflejado en él muchas cosas que me suceden con mi hijo, quiero saber cómo contactarla.

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