La disfunción de integración sensorial ¿Cómo afecta a nuestros niños?

La integración sensorial, es la capacidad del Sistema Nervioso de interpretar la información percibida por los sentidos (tacto, gusto, olfato, vista, oído) y generar una respuesta inmediata.

Es la función que nos permite asimilar información del entorno y obtener la percepción correcta de la situación que nos rodea. Cuando una de las piezas que compone éste mecanismo falla, los niños se enfrentan a más obstáculos de los habituales.

La Integración sensorial es un proceso neurológico que nos permite utilizar nuestro cuerpo eficazmente en cada contexto organizado la información. La secuencia lógica de éste funcionamiento es percibir, organizar y dar respuesta, pero muchos niños tienen dificultades en darle seguimiento a esta secuencia y se enfrentan a la Disfunción de Integración Sensorial.

La Disfunción de Integración Sensorial puede afectar a aquellos niños que no tienen problemas neurológicos ni genéticos, como a aquellos que sí los tienen (discapacidad).

El funcionamiento del Sistema Sensorial es básico para un desarrollo óptimo de las capacidades como: concentración, planificación, praxias, aprendizaje, autocontrol y habilidades motoras.

¿Cuál es el perfil de un niño con DIS (Disfunción de Integración Sensorial)?

• Niños irritables, agresivos o que explotan en llanto sin razón aparente.

• Son retraídos, lentos, o excesivamente tranquilos, o en caso extremo, activos, ansiosos, no paran de moverse.

• Se irritan ante ciertos sonidos, estímulos visuales, movimientos, texturas y olores.

Por ejemplo, las etiquetas de la ropa, el olor de ciertos alimentos que para nosotros no son desagradables, cortarse el cabello, cortarse las uñas.

• Tienen dificultades para aprender, por lo general, no siguen el ritmo de los demás. En el ámbito escolar, se confunden al leer, al escribir o al copiar.

• Presentan dificultades en el razonamiento lógico, en la secuenciación o planificación de movimientos motores.

• Dificultades es los procesos matemáticos, así como en la memorización de conceptos.

• Presentan incoordinación de movimientos al momento de practicar deportes, se tropiezan mucho.

La DIS puede ser parte de otros diagnósticos. Hay comportamientos que pueden ser signos de DIS, ya que éste trastorno puede cursar de forma aislada o como parte de otra patología.

Se recomienda una valoración de las funciones sensoriales del niño, que incluyan, motricidad, equilibrio, coordinación, capacidad de organización, planificación, desempeño de actividades de autocuidado (vestido, alimentación, control de esfínteres) y características del ambiente que lo rodea.

El tratamiento de la DIS, exige un proceso de neurorehabilitación. Con terapia los niños pueden mejorar mucho, sobre todo cuando la Disfunción es detectada a una temprana edad, ya que el sistema nervioso cuenta con la capacidad de plasticidad cerebral.

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