¿Porqué siempre vivo en el pasado, o me anticipo al futuro?

Cuando no nos gusta la realidad que estamos viviendo, lo primero que hacemos es evadir, disfrazar, poniéndonos máscaras y caretas para mantener una vida de apariencias, ¡Cambiemos eso ahora!

27 SEP 2017 · Lectura: min.
¿Porqué siempre vivo en el pasado, o me anticipo al futuro?

Que fácil, pero qué fácil resulta para nuestro cerebro, contemplar posibilidades en cuestión de segundos cuando abusamos de nuestra necia fantasía, o como se dice coloquialmente "Cuando le damos vuelo a nuestra imaginación". Desgraciadamente no siempre tenemos los pies bien puestos en la tierra; es decir, siempre estamos oscilando entre lo que ya pasó y lo que todavía no existe.

Leyendo al Maestro Ulrich Eckhart Tolle (Su ensayo El Poder del Ahora), él enfatiza en la gran importancia que reviste el ser conscientes del momento presente, del aquí y ahora, para no perderse o extraviarse en el bosque de todos los pensamientos.

Y el problema principal de todo esto, es que cuando nos quedamos fijados en los eventos del pasado, ni siquiera nos damos cuenta de que nos hemos quedado estancados en un tiempo que ya no existe, en algo que ya no es. El pasado ya está muerto y enterrado y no tiene regreso posible y si vamos a pasarnos la vida desenterrando muertos, pues obviamente estos van a apestar y a contaminar nuestra valiosa vida.

Pero, ¿qué pasa cuando nuestra adicción consiste en anticiparnos al futuro? Eso está peor porque nos pasaremos la vida haciendo castillitos en el aire, soñando, fantaseando inútilmente montados en los sueños y quimeras que nos alejan de la realidad que estamos viviendo.

Suele suceder que, cuando no nos gusta la realidad que estamos viviendo lo primero que hacemos es evadirla, disfrazarla, maquillarlas, poniéndonos máscaras y caretas para mantener una vida de apariencias ante los demás, pero muy por dentro sabemos que a nosotros mismos no nos podemos engañar jamás.

Personas hay que se empeñan en permanecer en esta realidad. La realidad de vivir suspendidos entre el cielo y el infierno, sin nada a su alrededor de donde sujetarse. Estas personas sufren horriblemente pero no están dispuestas a ubicarse en el presente, en el aquí y ahora. Pueden ser ya muy viejos y tener conductas inmaduras o pueden ser mucho muy jóvenes y mostrar una madurez de gente adulta.

Pero el problema mayor es cuando estas personas se vuelven indecisas, temerosas, inseguras, desconfiadas, paranoicas, se les escucha decir constantemente: ¿Y qué pasaría si me equivoco?, ¿Y qué tal si mi marido me pone los cuernos?, ¿Qué tal si hago el ridículo? ¿Y qué tal si no me dan el trabajo?, ¿Y que tal si me roban mi coche? o ¿Qué tal si pasa esto o lo otro? ¡Por favor! Pues que pase lo que tenga que pasar y punto.

Atrás de estas conductas se esconden muchos miedos, mucha inestabilidad emocional, temores a la responsabilidad, intolerancia a las frustraciones, falta de aceptación, rechazos y resistencias al cambio.

Por todo esto, no sería difícil quedar atrapados en la inmadurez total. Sin embargo nunca es tarde para reconocer que viviendo en el pasado sólo lograremos perder el tiempo miserablemente y anticiparnos al futuro es cultivar una percepción distorsionada que nada tiene que ver con la realidad, o que quizá sólo se trate de deseos que debemos dejar muy claros en nuestro interior para no enredarnos entre lo que realmente es aquí y ahora y lo que queremos llegar a ser.

Si deseas mayor información sobre este tema, escríbemos a Psico.mx y con mucho gusto te responderemos a la brevedad posible.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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