¡Mi pareja me harta!... ¿Debo dejarle?

¿Hasta dónde llega la responsabilidad de aguantar una relación de pareja que no nos hace felices?, ¡Hasta que dejemos de serlo!, su poder termina, donde empieza el tuyo. ¡Busca información!

11 JUL 2018 · Lectura: min.
¡Mi pareja me harta!... ¿Debo dejarle?

Se dice por allí en algunas universidades, que las relaciones de pareja tienen como premisa cuatro componentes: El compromiso/decisión en la fidelidad, la intimidad sexual, (esta puede tener una caída, aún en relaciones satisfactorias) el romance y el amor. Los tres primeros están relacionados con los aspectos socioculturales y el amor no depende de ninguna cultura, se le considera independiente porque se deriva de componentes biológicos en el organismo humano, es decir, deviene de sustancias químicas llamadas neurotransmisores segregados por el cerebro. Específicamente hablamos sobre la dopamina y la oxitocina que viajan desde el centro del corazón, hacia todo el cuerpo, a través de las terminaciones nerviosas, conductoras de pensamientos, sentimientos, sensaciones y emociones. La pasión es el componente responsable de la atracción física y sexual, del romance y del antojo de estar juntos llevados por la excitación.

La psicología también ha estudiado e investigado ese complejo fenómeno maravilloso tratando de explicar las conductas humanas, ya que dos aspectos importantes en la vida de todo ser humano son el trabajo y la familia, y a su vez constituyen la base de toda sociedad, tomando como referencia el respeto que es índice de sana tolerancia para que esta pueda ser funcional en todos sus aspectos.

Cuando hay química entre dos personas, ese imán de mutua atracción poderosa las acerca, las identifica, las une, las integra…¡Las enamora!. Y mientras dura ese caudal de dulce enamoramiento, todo va de maravilla en la relación de pareja, y uf… le bajan a uno el cielo y toditas las estrellas, soles, y hasta cometas, que hasta parece que dejan a la galaxia sin cielo y sin estrellas. El amor diviniza a la pareja porque la envuelve en un manto de amor puro, casi mágico, supremo, exquisito y celestial, que pareciera casi inmortal.

¿Pero qué pasa cuando se rompe el encanto?, ¿Qué pasa cuando va disminuyendo la magia de la oxitocina y las emociones van apagándose día con día?. A la pareja se le baja la intensidad de temperatura, o mejor dicho, se les baja la calentura…Y Hey; ¿Qué pasó con el amor? ¿Dónde quedó ese amor que se juraron y que supuestamente sería para siempre? ¡No hay tal amor!, ahora sólo hay dolor, groserías y rechazos: "Oye, ve a bañarte, hueles a pescado de ceviche", "Apaga la luz, ya suelta ese control de tv", "Hazte para allá, me golpean tus rodillas", "No soporto tus ronquidos", "Te apestan las axilas", "¿Porqué me jalas la cobija, no puedes agarrar otra?, etc.

Algunos estudiosos en materia del amor en la pareja, a partir de 1970, postulan diversas teorías científicas, y una de ellas es la Teoría de la Desintegración del amor, donde el sentimiento es formado por las dimensiones del amar y del gustar. Amar se refiere a una fuerte atracción física, predisposición para ayudar, desear compartir emociones y experiencias y al sentimiento de exclusividad y absorción. Gustar por su parte, está relacionado con las relaciones interpersonales e incluye sentimientos como el respeto, la confianza y la percepción de que la persona amada tiene objetivos semejantes a sus propios.

Sin embargo hay otras teorías que proponen diferentes enfoques, como por ejemplo, aquellos que hablan de los amantes que recogen estilos altruistas de amar, pero otros son todo lo contrario: Celosos, obsesivos y posesivos con el objeto amado y no lo ven como sujeto. Es decir, se posesionan de él o de ella, como si fueran un trapo, una cosa, un mueble de su propiedad, es decir, retratan a la clase de amantes que van coleccionando amores que sean adecuados más a sus patrones sociales que a sus propios sentimientos… ¡No les importa maltratar a su pareja, porque no la ven como tal!.

La proximidad y la conexión se pierde en las relaciones de pareja que llegan a tales extremos y con justa razón hasta se quejan de que una y otra vez se quedaron solos, ¿Pues cómo no?, ¿A quién le gusta vivir compartiendo a su pareja como si se tratara de un dulce juego?...¡Por favor!, ¿Cuál seriedad y cuál compromiso? ¡No los hay!. E insisto con mucha frecuencia miles de mujeres principalmente (también algunos señores), se cansan, se hastían, se hartan y explotan, gritan y vomitan su indigestiones: ¡"Lárgate mucho a buscar en otro mercado, porque en el mío, ya no hay"!.

¿Es tu caso personal?, busca ayuda de un profesional de la salud mental. Dicen que no hay peor lucha que la que no se hace, ¿Y qué tal si después de acudir a terapia con tu pareja, ambos se dan cuenta de que sí quieren poner más de su parte y deciden sanar su relación y salvar su matrimonio? Intenta por lo menos ponerte en el lugar del otro y ayúdalo a crecer, a madurar, a amar y a ser ser felices. ¡Porque ustedes lo merecen! y de paso, habrás ganado una batalla: La de aprender a manejar tus propias emociones.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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