Mujeres trabajadoras: no solo es cosa de hombres

En tiempos antiguos, el papel de la mujer estaba muy claro, este era parir, y por consiguiente, lo que seguía era quedarse en su casa para cuidar a los hijos y, finalmente, hacerse cargo del hogar. Hace ya muchos años que esto no es así, pero parece que a ciertos sectores de la sociedad les falta comprenderlo y digerirlo.

El hecho de que seamos nosotras las que tengamos esa cualidad reproductiva, no limita a poder tener objetivos distintos además de la maternidad, y esto lo tenemos claro desde hace mucho, aunque algunas personas estén en desacuerdo.

Muchas mujeres tenemos objetivos profesionales y tendrían que ser igualmente respetados que los de los hombres. Las que decidimos cursar una carrera, o bien, dedicarnos a realizar un oficio, no lo hicimos con el propósito de acordarnos de ello encerradas en una casa preparando la comida para nuestros maridos. Estudiamos para ejercer la profesión.

Ciertamente, todavía existen hombres que preferirían llegar a su casa y que su esposa los recibiera con la comida preparada y la casa limpia. La cuestión aquí es si es que lo que realmente necesitan es una chica de servicio doméstico y una cocinera en lugar de una mujer profesionista que también puede ser un gran ejemplo para sus niños. Aunque si es la mujer la que decide que quiere ser ama de casa también es respetable.

No se trata de decir que las metas de todas las mujeres deben tener relación con el mundo laboral, sino de que se deben de respetar las opciones de vida que cada una escoja, mas no imponérselas.

No es nuestra obligación exclusiva quedarnos en casa a limpiar o a preparar la comida, en todo caso es obligación de toda la familia. Debemos dejar claro que cuando nuestra pareja está realizando actividades domésticas, no nos está "ayudando" y por eso tenemos que darle un premio. Es su obligación porque también es su casa.

Tener una pareja, o bien, un matrimonio, no es una competencia para ver quién es el cabeza de familia, es una unión de responsabilidad, apoyo y comprensión para poder tener una relación duradera y saludable para todos los implicados.

Probablemente el problema real que tendríamos que resolver en la actual sociedad mexicana es el de la angustia e inseguridad que provoca el ascenso al poder de la mujer trabajadora. Tan solo recordemos que el mundo laboral no solo es cosa de hombres.

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