Retrato de la maldad infantil en el cine: Tenemos que hablar de Kevin

El séptimo arte ha dedicado un espacio para representar la maldad infantil, ¿qué tanto de realidad tiene esta escenificación con respecto a la vida cotidiana?

9 JUN 2016 · Lectura: min.
Retrato de la maldad infantil en el cine: Tenemos que hablar de Kevin

*Este es el segundo de tres artículos sobre problemas psicológicos en la infancia y adolescencia.

El cine, en cierto modo, ha sido un escaparate para representar la realidad de nuestras sociedades. Si bien gran parte de las producciones actuales se dedican a contarnos historias grandilocuentes sobre personajes ficticios, también, por otro lado, también pretenden ejemplificar algunos pasajes que podríamos vivir como seres humanos.

Cuando nos referimos a la representación de los niños en la gran pantalla, generalmente nos vienen a la mente películas que tratan la parte inocente y bondadosa inherente a la infancia. Pero ha habido directores que nos han querido mostrar el otro lado, el lado de la maldad en los niños, sus causas, pero sobre todo, sus consecuencias.

Tenemos que hablar de Kevin, o la psicopatía infantil en el cine

La directora Lynne Ramsay dirigió la adaptación de la novela homónima de la escritora Lionel Shriver: Tenemos que hablar de Kevin (Estados Unidos, Reino Unido, 2011). Cuenta la historia de Kevin a través de los ojos de su madre, Eva, una profesionista, casada, que un día decide que es el momento de tener un hijo.

Entre flashback y baños de realidad nos enteramos de la vida de Eva a partir de que tiene a su hijo, Kevin y hasta que éste cumple 18 años. Estamos ante un intento de relación madre-hijo que nunca pudo ser.

Desde el principio Eva trata de querer a su hijo, de hablar con él, de jugar con él, pero no lo consigue. El niño no siente ninguna empatía por su madre, incluso podríamos afirmar que no siente empatía por nadie, es decir, no tiene capacidad alguna de tener sentimientos afectivos por otras personas.

Como mencionamos en nuestro anterior artículo (la parte I), la psicopatía infantil o adolescente se presenta cuando existe una carencia, por ejemplo, miedo. También podemos recalcar otra de las características de ésta, esto es el desarrollo de la empatía cognitiva, es decir, estas personas tienen muy claro lo que el otro quiere, o siente, pero en el caso de los niños psicópatas, utilizan esta información para dañar al prójimo.

Por ejemplo, en el caso de la película, un muy joven Kevin le dice a su padre lo que necesita escuchar para luego enfrentarlo con su madre. Ambos discuten por culpa de las manipulaciones del niño y él sabe perfectamente lo que está haciendo. Hábilmente maneja la situación a su conveniencia para hacer ver a su padre (y al mundo) que es su madre quien no lo quiere, cuando la realidad es que rechaza todo tipo de acercamiento que ella tiene para con él, aunque esto lo hace en privado.

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Aunque este tipo de actitudes las podemos englobar en problemas de conducta, digamos que este tipo de trastorno infantil tiene unas características "extras" que lo llevan a poder considerarlo psicopatía, como por ejemplo, una conducta antisocial en todos los sentidos, manipulación extrema, uso de las mentiras de forma más que cotidiana.

Todas estas características las podemos ver sublimadas en el personaje de Kevin, sobre todo en su adolescencia. Ya asumimos la "mala" relación entre el joven y su madre. Incluso, ésta se hace más patente cuando Eva tiene una segunda hija, con quien, por cierto, tiene una relación muy amorosa desde un principio.

La psicopatía de Kevin no existía para su madre, o bien, nunca notó señales de alarma peligrosas ni mucho menos. Nunca fue tratado por un especialista, nunca fue llevado a terapia. Creemos que Eva pudo confundir las actitudes de su hijo con las propias de la adolescencia. Hasta el final de la película.

(Spoiler)

Kevin engrosó (en la ficción) la lista de asesinos seriales en centros educativos, mató con un arco y flechas, a más de una decena de estudiantes de su colegio e hirió a un sinnúmero más, además de, previamente, asesinar a su padre y a su hermana. Luego ingresó en la cárcel.

La película representa el cómo puede gestarse una potencial asesino de masas en un entorno familiar idílico. Kevin no escuchaba heavy metal, ni veía películas violentas, además de que tenía la completa atención de sus progenitores. Quizá el filme es una forma de decirnos que hay que abrir los ojos ante situaciones que, a priori, no resultan alarmantes. En ningún momento pretendemos generalizar, solo decir que más vale una terapia a tiempo, aunque no consideremos que "el problema" sea muy grave.

Ver artículo I

Ver artículo III

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psicólogos
Escrito por

Karina Tiznado

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