Nuestro cuerpo nunca miente

Guadalupe tenía un absceso grande en la boca y rapidamente comenzó a hincharse su mejilla. Así que deicidió ir al dentista y este le dijo que su diente estaba bien. Claramente comprendió que el dolor se originaba en otra parte.

Cuando me fue contando su historia noté que tenía un poco de ansiedad por reconocimiento en su trabajo. A pesar de que confesó que le gustaba mucho, tenía una constante sed por satisfacer las necesidades de su jefe al ciento por ciento.

Por ello decidí hacer una prueba para saber si lo que a continuación me contestaría tendría releancia con su problema "dental".

El mensaje vinculante

Desde el principio sospechaba que su principal mensaje vinculante era ser complanciente todo el tiempo. Un problema que muchas personas tienen, al sentirse imposibilitados a decir "NO". Este tipo de personas son con las que sabes que siempre puedes contar. Sin embargo, decir "SI" a todo sobrecargando la agenda y cumplir a toda costa las expectativas para lograr un supuesto reconocimiento: puede ser muy dañino para nuestro bienestar físico y mental. Ocurre porque dejamos de poner límites a los demás y no respetamos nuestra propia agenda y necesidades propias.

¿Qué puedo hacer para restablecer el equilibrio?

Se pueden hacer ejercicios puntuales para restablecer este equilibrio entre el "NO" y el "SI". De esta manera se podrá decidir objetivamente cuándo y cómo poner mis necesidades por la de los demás. Después de unas cuantas semanas esta mujer logró sentirse mejor, lucía más radiante y por supuesto que se le había ido el dolor en el diente porque dejó de apretar su mandíbula en la noche.

En conclusión ¡nuestro cuerpo nunca miente! Es sano disfrutar hacer cosas por los demás pero siempre debemos pensar si podemos hacerlas justo en ese momento.

Lo importante es sentirnos equilibrados y en sintonía con nuestro cuerpo. Las alarmas emocionales suelen comenzar con dolores en el cuerpo y por eso es bueno escucharlo. Recuerda que es mejor escuchar sus señales tempranas en vez de arrastrar alarmas que derivan en grandes problemas de salud.

Cuídate siempre porque si no lo haces tú ¿quién podrá hacerlo?

Artículo inspirado en el original de "Nathalie Caron" de www.psychologue.net

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