¡Mi esposo(a) tiene un(a) amante!

Nada grato compartir a la pareja ¿verdad?, pero es fácil darse cuenta cuando la relación ya no funciona ¿Y porqué nos quedamos en la relación? ¿Cuál es la necesidad de quedarse y aguantar? ¿Eso quieres?

17 JUL 2023 · Lectura: min.
¡Mi esposo(a) tiene un(a) amante!

Generalmente las mujeres suelen quejarse de que en estos tiempos, ya no existen hombres fieles, pero hay señores que opinan exactamente lo contrario: "Que ya no hay mujeres fieles". Y es que resulta imposible no darse cuenta cuando algo anda mal en la relación de pareja. En especial cuando uno de los dos cónyuges (o los dos), ya no sienten satisfacción plena en su relación, sea por falta de interés, de afinidad, falta de comunicación, o falta de compatibilidad de caracteres, química, libido sexual, o porque ya de plano se les acabó la atracción, o hasta el amor ya se les difuminó.

Se trate de lo que se trate, aquí vamos a ver qué pasa cuando ya nos están comiendo el mandado, como se dice coloquialmente. Sucede que para hablar de amante, se requiere que ellos lleven algún tiempo viéndose. Hablamos de ser amantes por más o menos un año, o más, y luego de este tiempo, ellos se definen si son ya o no, una "pareja de amantes", o solo se trató de una simple aventura que pudo ser muy práctica, muy cómoda, muy rica, pero solo eso.

Los amantes que ya son pareja, están en una relación completamente pasional, en donde la sexualidad tiene una química irresistible, pero una vez que él descargue su libido sexual con su amante, va a ir a buscarte a ti. Tú eres la esposa, a ti te ama, pero ya no te desea igual. A la amante, a ella la desea, pero no la ama. Esa es la enorme diferencia.

Pero aquí es precisamente donde nos quedamos atorados, levantando muros que nos empeñamos en conservar. Y sentimos que esos muros aprisionan la garganta en el dilema que sentimos cuando no sabemos qué hacer ni qué decir ni qué decidir, si debemos perdonar o no, una infidelidad. Porque si te das cuenta, una cosa es amar desde el alma y otra cosa es desear desde el cuerpo, y cuando quedamos en medio de esos dos sentimientos, pues se tiene todo el derecho del mundo de expresarle a tu pareja: ¡Pues yo te amo, pero ya no puedo volver a confiar en ti!

Sin embargo, también habría que analizar, a qué clase de infidelidad nos estamos refiriendo: ¿Es una infidelidad real y consumada? O es una infidelidad imaginaria y sin trascendencia. Aunque aquí habría de considerarse también otro aspecto importante que es la falta de lealtad a la relación de pareja legítimamente constituida. Infiel puede ser cualquiera, pero ser legales y responsables, es otra cosa.

Se dice que en las relaciones de pareja, hay amigovios y amasiatos. Los amigovios son con derechos y permanecen a veces por mucho tiempo, pero los amasiatos pueden ser permanentes o pasajeros, ya que no significaron nada, ni tuvieron ninguna representatividad para el individuo que solo buscaba una aventura. Sin embargo para la esposa, esto representa una tormenta cerebral devastadora. Ella al enterarse, queda impactada, noqueada, asustada, desorientada, y cuando confronta al marido, este encima lo niega; su corazón ha quedado roto en mil pedacitos y va a pasar mucho tiempo para que pueda volverlo a juntar. ¡No admite ni puede entender qué fue lo que pasó!

Pero lo delicado aquí, es que esa aventura, podría costarle su matrimonio al hombre. Es decir, perder lo mejor por lo peor. Y en el último de los casos, el individuo que es afecto a las aventuras extra-maritales, no se da cuenta de que en el fondo podría estar desarrollando una patología llamada "adicción". Se hace adicto al sexo, a la adrenalina, a la dopamina, a la norepinefrina, a la acetilcolina, al glutamato y a todos esos neurotransmisores excitatorios, tan difíciles de controlar, porque la respuesta conductual es similar y esta obedece a lo que un neurotransmisor le está ordenando en el cerebro, y obvio con el tiempo y la repetición de estas conductas, el cerebro se va modificando, es decir, las drogas modifican la química, la estructura y el funcionamiento del cerebro. ¡Así de claro señores, aunque parezca inofensivo tener una o 20 amantes!

Y es que en realidad de verdad, el problema final, no es ser casado(a), ni es tener un(a) o varias(os) amantes, sino la conductas sexuales obsesivas, o conductas de abuso que siempre buscan incrementar o experimentar más y nuevas emociones, destruyendo no solo la moralidad y el buen juicio, sino también la confianza y las buenas maneras, fracturando las relaciones de pareja, las familias, los hogares y los sentimientos.

Referencias

Twersky Abraham (2020). El pensamiento adictivo. Librería Grupo Editorial Patria, S.A. de C.V. Guadalajara, Jalisco, México.

Melody Beattie (2020). Más allá de la codependencia, 3ª Ed. Cómo crecer y manejar nuestras relaciones y convivencia con los demás. (Librería Grupo Editorial Patria, S.A. de C.V. Guadalajara, Jalisco, México.

Guerrero Verónica (2002) El Cerebro adicto. Colaboración especial de la Revista ¿Cómo ves?, disponible en: https://www.comoves.unam.mx/assets/revista/177/el-cerebro-adicto.pdf UNAM México, D.F.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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