Habilidades de comunicación en las relaciones de pareja

Mucho se habla de un famoso "dicho" muy coloquial que expresa verdades vergonzosas y dolorosas pero muy ciertas: "Si de novio ya maltrata a la mujer, imagínatelo de marido" o viceversa: "Si desde ahorita ya hace lo que quiere con él, ¿Qué será cuando se casen?

Estas frasecitas de bolsillo nos invitan a la más profunda de todas las reflexiones, pero sobre todo, a darnos cuenta de que a veces no se necesita abrir la boca para comunicarse con la otra persona: una mirada directa, un gesto, un ademán, un pellizco o una patada por abajo del mantel, una frente arrugada que puede comunicar enojo, ira y hostilidad, etc.

Las expresiones faciales son señales poderosas y universales que comunican los estados emocionales de las personas y en Psicología Clínica se les llama: Conductas no verbales, que muchas veces pasan inadvertidas en las conversaciones cotidianas, aunque tienen una influencia significativa en la naturaleza de toda comunicación.

Por ejemplo, cuando tenemos visitas en casa y no queremos delatar lo mal que nos llevamos como pareja, siempre se finge una sonrisa inoportuna para disfrazar lo fatal que nos caen las indiscreciones… bueno; pues cubrir las apariencias sería lo más sencillo del mundo, pero lo difícil viene cuando se van las visitas y queremos despellejar vivo a nuestro cónyuge con sátiras palabras hirientes.

Es muy fácil confundir la amabilidad con la debilidad, ¿verdad?, pero no es posible desligar las mala educación con la falta de consideración cuando la pareja suele agredirse pasivamente, y eso sucede muy a menudo cuando uno de los dos, o ambos carecen de las más elementales normas de urbanidad y también de algunas habilidades para saber comunicarse asertivamente, veamos un ejemplo:

Llega el hombre de su trabajo, está muy apurado porque tiene dos, y enseguida debe volver a salir. Sube corriendo por los escalones y va directo a la recámara para ducharse y cambiarse de uniforme, y mientras se ducha le grita a su mujer que está cocinándole en la planta baja: vieja, plánchame la camisa rosa, y la mujer solícita y amable va y atiende inmediatamente, ¡Va y le plancha la camisa roja y se la pone sobre la cama!

Pero tan pronto sale el hombre del baño envuelto en una toalla, vuelve a gritarle: "pero vieja despistada, qué has hecho, te dije que me plancharas la camisa rosa, ¿estás sorda? ¡o qué carajos te pasa!"¿Se fijan qué fácil es entrar en discordia por una mala comunicación?. El señor le pidió a su mujer que planchara la camisa rosa, y no se aseguró de que su mensaje fuera recibido correctamente. Y a su vez, la mujer desde la cocina escuchó clarito que su marido le pidió que le planchara la camisa roja, pero tampoco se aseguró de haber escuchado bien la instrucción y por una sola letra, cambió el sentido de todo el mensaje y el pobre hombre engorilado se tuvo que ir a su segundo trabajo sin comer y de pilón con la camisa rosa arrugada y la frente también.

El anterior marco de referencia, nos muestra claramente la imperiosa necesidad de aprender a clasificar y entender las habilidades básicas para una buena comunicación, no sólo de pareja sino en todas las relaciones posibles. Los aspectos más sobresalientes a conocer, según la teoría de la información, serían:

1. Ver la fuente de donde proviene el mensaje, es decir quién es el transmisor. de dicho mensaje.
2. Tener muy en cuenta la señal, que es la forma cómo se transmite el mensaje, asegurarnos que no haya ruidos ni interferencias y también el tono de voz clara, precisa y concisa, que sería el canal principal, para que no haya malas recepciones, malas interpretaciones o pésimas suposiciones.
3. Finalmente tenemos el receptor, que es quien recibe la señal y el mensaje que ha llegado a su destino. Este último es muy importante, ya que tiene la responsabilidad de revisar cuidadosamente el contenido del mensaje.

De la misma manera funciona la Teoría de la Comunicación Humana, basada en el postulado de uno de sus principales autores, el Dr. Paúl Watzlawick (1921-2007) Psicólogo, Filósofo, Profr. universitario e investigador austríaco, nacionalizado estadounidense, quien nos legó uno de sus más grandes axiomas trascendentales: "Es imposible no comunicarse, todo comportamiento humano es una forma de comunicación"

Y tú, ¿Cómo tratas a tu pareja?, ¿Cómo te comunicas con ella?, ¿Te das a entender?, o ¿Ejerces violencia? ¡Cuando podrías ser tú, quién por supuesto, ni siquiera te sabes explicar!. ¿Me hago entender?

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