¿Debo complacerte en todo porque te amo?

¿Hasta dónde se puede complacer a la pareja? ¡Hasta que duela! Amar más no significa que tengamos necesidad de aguantar más. ¿Dependencia emocional? Busca ayuda, tu psicólogo te orientará.

23 JUL 2018 · Lectura: min.
¿Debo complacerte en todo porque te amo?

Los sentimientos y las emociones de la codependencia emocional clásica a veces parecen muy complicadas de entender porque llevan mucho énfasis en el dolor, las heridas y los conflictos. Por momentos parece que amamos y estamos dispuestos a hacer todo por nuestro ser querido, y lo hacemos de muy buena gana hasta que nos cansamos. Entonces sucede que ya la pensamos un poco más y mejor: "Siempre te cumplo todos tus caprichos para que no te enojes", "Siempre atiendo todas tus solicitudes", "Estoy harta de no darte gusto", "Para ti nada es suficiente", "Eres un malcriado, un cretino y un desconsiderado, te aprovechas de mí", "¿Y tú quién te crees que eres para tratarme así?"

En una relación de dependencia emocional sumisa, puede que la mujer haga más por el hombre, para demostrarle que lo quiere, de modo que puede dar la impresión de que ella es más codependiente. Toda su atención se centra en él, en el bienestar y en los deseos de él. Puede que sacrifique sus amistades y actividades por él. Puede decir cosas como: "Voy a complacerte en todo, porque te quiero". La mujer expresa abiertamente sus sentimientos y accede a todo con tal de ser aceptada y no abandonada. A veces el alma queda atrapada en nuestras trampas emocionales y es necesario remover escombros para rescatarla.

Es importante reconocer entonces que la mayor parte de nuestra conducta es aprendida, gira en torno a un motivo o un patrón específico aprendido desde la niñez. En psicología le llamamos Puntos Terapéuticos o Puntos clave de inflexión y de infección, por tratarse de cuestiones emocionales dañadas que hay que conocer, tratar y modificar, de lo contrario nos convertiremos en discos rayados: "Tengo mala suerte en el amor", "Siempre me tocan puros hombres casados", "Todos los hombres que he tratado son borrachos, me tratan mal", "Siempre que me enamoro, salgo lastimada", "No soy buena para terminar bien las cosas que empiezo", "No soy tan bonita por eso no le gusto a nadie" etc. ¡Puro auto-sabotaje!, la mujer se está tirando piedras a ella misma. ¡Se maltrata sin piedad!

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Por su parte el hombre que padece del mismo trastorno de dependencia emocional de sumisión puede inconscientemente darle poder a su mujer para que lo maneja, lo manipule, para que haga con él, lo que ella quiera, se siente atado y amordazado, ¡Se siente obligado a no contrariarla!, es como si tuviera una adicción que teme soltar, dejar ir, y esto puede deberse al temor o al miedo de que ella ya no lo quiera, puede deberse al miedo de ser rechazado o ser abandonado. La mujer entonces se vuelve codependiente controladora. El hombre busca la aceptación y la aprobación de su mujer desesperadamente, no le enseñaron a expresar sus emociones cuando era niño, sufre terriblemente y prefiere depender emocionalmente de su mujer, se agarra a ella, se aferra como si ella fuera su única tabla de salvación y hasta le permite tomar las riendas de la relación y todas las decisiones por él y para él. Podría ser que el hombre no haga tanto por ella, como ella lo hace por él, pero le preocupa exageradamente lo que ella piense de él, aunque no se lo diga, pero lo piensa.

La Dra. Dorothy May, en su libro "Codependencia", nos habla sobre las conductas complacientes, que tienen su raíz en el miedo. La vergüenza y la culpa están relacionadas a través del miedo, y éste surge cuando nos sentimos amenazados emocionalmente. ¿Provenimos de un ambiente familiar nocivo en el que nos quitaron nuestro poder en trozos?. Entonces tendríamos que revisar nuestras raíces familiares para encontrar el origen del conflicto que se llama "Indefensión aprendida", es decir no nos enseñaron a expresar ni a defender nuestros sentimientos y emociones, sólo nos enseñaron a "obedecer racionalmente sin cuestionar" como regla principal ineludible. Una educación demasiado abstracta y rígida que tal vez en otros tiempos funcionaba, pero ya no, e incluso la vida nos da permiso ahora para mostrar nuestras inconformidades y olvidar las viejas reglas que aprendimos respecto de no cometer errores. ¡Inventa tus propias reglas!, diviértete aprendiendo una nueva forma y estilo de vivir en libertad de pensamientos, sentimientos y emociones, Aprender supone estar dispuestos a equivocarse, y es tu derecho a la búsqueda, como ser humano de encontrar la plenitud de tu propia alma original. ¿Dónde está escrito o quién dijo que no debamos hacerlo?

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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