7 costumbres en la pareja que en realidad son tóxicas

Las relaciones de parejas son complejas y suponen varios retos. Sin embargo, muchos hábitos de la vida a dos ampliamente aceptados en la sociedad como normales son, en realidad, tóxicos.

Los libros, el cine y la tele nos han enseñado que el amor verdadero es dramático e inestable. En la mayoría de las películas románticas, la pareja perfecta siempre pasa por escenas de celos, infidelidad y peleas. Se separan y sufren hasta que lo que ha cometido todos los abusos se arrepiente y solo descansa cuando reconquista la persona amada.

Esta idea repetida innúmeras veces en nuestra mente crea expectativas tóxicas sobre el amor porque nos lleva a creer que este tipo de comportamiento es normal. No lo es. El amor verdadero, fuerte y real no tiene nada que ver con la inestabilidad, con peleas constantes y grandes gestos. Es construido poco a poco. Con esfuerzo mutuo, comprensión y aceptación. No hay drama involucrado. Los desafíos se tratan de una manera relativamente segura y tranquila.

¿Quieres saber cuáles son estos hábitos? ¡A continuación te lo enseñamos!

1. Peleas intensas disfrazadas de pasión

Las discusiones en pareja son necesarias y hasta cierto punto normales. Necesarias porque nos permiten expresar lo que no va bien y establecer límites. Y normales porque en las relaciones humanas siempre habrá desencuentros. Ahora bien, ¿cómo discutimos con nuestra pareja? ¿Con insultos, a los gritos y por tiempo ilimitado?

Tenemos la idea errónea que después de una pelea intensa siempre viene una reconciliación igualmente intensa, llena de pasión. Sin embargo, el conflicto intenso no es una señal de amor. De hecho es un signo de problemas serios y arraigados como la inmadurez, la inseguridad y el abuso emocional.

2. No verbalizar sentimientos y emociones

Evitar a toda costa los conflictos y tragarte tus sentimientos tampoco es una señal de que las cosas van bien. Si no puedes decir a tu pareja cómo te sientes, si no puedes compartir tus miedos, angustias y lo que te molesta, ojo. Reprimir pensamientos y emociones es la receta para el fin porque los problemas aparentemente pequeños suelen crecer con el paso del tiempo. Después será cada vez más difícil resolverlos.

Las divergencias de opinión en una relación son normales. Luego, poder hablar de ellas para encontrar puntos en común es muy importante. Las parejas que evitan conflictos no saben cómo resolver los problemas juntos. Y al dejar de lado lo que les molesta se crea la falsa sensación que todo va de maravilla cuando en realidad no es así. Leslie Becker-Phelps, psicóloga.

3. Esperar que la pareja solucione todos nuestros problemas

Esto pasa muy a menudo, pero no debería. Solemos creer en la idea de que el otro debe llenar nuestro vacío para hacernos sentir enteros y completos. Debe cumplir con nuestras expectativas y resolver todos nuestros problemas. Pero esto pude generar mucha frustración porque nadie tiene la obligación de hacernos felices.

Nuestra felicidad, realización y bienestar dependen únicamente de nosotros. Delegarlos a alguien solo terminará criando inseguridad, dependencia emocional y una necesidad constante de aprobación.

4. Los celos

Los celos no son la medida del amor. De una forma moderada, los celos suelen hacer parte de las relaciones de pareja porque representan el miedo de perder el ser amado. Los celos inofensivos suelen ser transitorios. Es un sentimiento que no daña la vida en pareja. Sin embargo, cuando este miedo de pérdida torna una obsesión y genera una posesión exagerada, hablamos de celos patológicos.

Estar con alguien extremadamente celoso es exhaustivo y tóxico porque no es posible mantener una convivencia sana y equilibrada. A menudo, el nivel elevado de posesividad acaba destruyendo la relación.

5. Checar el comportamiento online de la pareja

Mucha gente cree que es normal espiar el móvil, el correo electrónico o las redes sociales de nuestra pareja para ver si hay algo sospechoso. Sin embargo, el hecho de compartir la vida con alguien no significa que no se deba respetar su independencia y privacidad.

Las relaciones de pareja saludables requieren una confianza absoluta. Y quien confía no tiene motivos para creer que está siendo engañado. Si sientes la necesidad de stalkear a tu pareja, deberías trabajar tu autoestima e inseguridades o incluso reconsiderar la relación.

6. Burlarte de tu pareja

Es normal e incluso sano que las parejas se burlen entre sí, pero hay una diferencia entre burlarse y hacer bromas que lastimen la otra persona. Las burlas pueden ser una manera de aumentar la intimidad y dejar la convivencia más divertida. Sin embargo, dependiendo del tono de voz, del lenguaje corporal y de la intención también pueden convertirse en desprecio y en falta de respeto.

7. Castigar con el silencio

Este es un comportamiento muy frecuente de alguien pasivo agresivo. El pasivo agresivo es la típica persona que no contesta mensajes, hace como que olvida lo que le dijeron, no habla sinceramente y no presta atención plena cuando otra persona intenta confrontarlo.

No expresa lo que siente cuando está enojado, porque prefiere "castigar con el silencio" y esperará a que el otro le pregunte qué le pasa o le pida disculpas por algo que a lo mejor no está seguro de haber hecho.

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