Todos somos neuróticos. Sobre la neurosis como una gestalt distorsionada y la terapia

Qué es la neurosis desde una visión gestalt y sobre por qué todos padecemos neurosis en algunos momentos de nuestra vida. La psicoterapia como herramienta básica para superarla.

30 DIC 2014 · Lectura: min.
Todos somos neuróticos. Sobre la neurosis como una gestalt distorsionada y la terapia

Una gestalt es una forma, una configuración conformada por una figura y un fondo inseparables. De esta manera es como percibimos, no percibimos elementos aislados, sino como globalidad o conjunto organizado (Wertheimer, 1925 & Perls, 1976b).

Me surge la pregunta e interés por analizar si la neurosis puede ser definida como una gestalt, si el proceso de formación de gestalts se caracteriza por el cambio constante de figuras que provienen de un fondo y esto es un elemento que no se da en la neurosis. Al mismo tiempo y de manera más relevante quiero desmenuzar por qué surge en mí la idea de llamarle "distorsionada".

La figura es aquello que sobresale, la situación de interés en la frontera organismo-entorno donde se fija nuestra atención, pero como ya se mencionó, la figura no existe sin su fondo, siendo éste el elemento de la forma configurado por la historia personal, el contexto de familia, genealogía, educación, religión, cultura, civilización, creencias, valores y normas, lo no consciente, lo corporal, etcétera (Delacroix, 2008). Como se puede inferir, el fondo está conformado entonces por la vida cotidiana, por todo lo que ella involucra y es justo aquí mismo donde se da la neurosis, en esta vida común del día a día que sucede en la frontera organismo-entorno, en donde y de donde surge la figura y se encuentra nuestro fondo (Robine,2009). Como dijera Perls (1946, p.37): "La neurosis es un intento no biológico de resolver los problemas sociales del hombre".

El ajuste creativo se da en la flexibilidad de las gestalts que van surgiendo en la vida de las personas, el proceso figura-fondo se da en una "sucesión de formas y configuraciones claras que desaparecen en el fondo y dejan lugar a otras" (Delacroix, 2008, p. 183), pero en la neurosis se pierde dicha flexibilidad, hay una homeostasis descompuesta (Perls, 1976a), es decir, la persona no tiene conciencia de cuáles van siendo sus necesidades, figura organísmica, por lo tanto se rigidiza este proceso y deja de haber una adecuada formación de gestalts, no llegándose así a la satisfacción de necesidades. Esta formación inadecuada de gestalts desemboca en un ajuste conservador. Se perturba así la función personalidad del Self, pues la persona se confirma las representaciones que tiene de sí mismo y procede a lo que sabe hacer (Robine, s/f y 2009).

Por todo esto, es claro que la neurosis es una gestalt que se rigidiza. Bien lo menciona Robine (2009) al explicar la salud como la capacidad de crear formas ajustadas a las situaciones y la patología como la pérdida de esa potencialidad, donde sólo hay formas fijadas, inadecuadas, obsoletas.

La gestalt se convierte, por lo tanto, en una gestalt distorsionada, una forma del pasado, una gestalt fantasma, porque aunque es verdad que la persona percibe una forma con una determinada figura en un determinado fondo, es decir, aunque hay percepción de una gestalt, la figura está siendo distorsionada por un fondo de experiencias, que en conjunto forman una interpretación o percepción falsa de la vivencia, lo que lleva a la persona a actuar meramente conforme al ajuste conservador, envolviéndose así por un largo tiempo en una vida fantasmal caracterizada por la distorsión y la imposibilidad de vivir lo "real" y lo existente. El neurótico tiene un contacto disminuido con la realidad (Perls, 1946, p.32). Jean-Marie Delacroix explica claramente este fenómeno al hablar de la forma fija neurótica, donde explica que "una forma que fue adecuada, creativa y necesaria puede fijarse, y repetirse cuando ya no hay lugar para ella" (2008, p. 237). Delacroix compara la neurosis con un patrón que "deja en el organismo una huella, una impronta que funcionaría como un patrón que contiene la forma cuando se cumplen determinadas condiciones en las que el organismo y el entorno están implicados" (2008, p. 240). Esto se parece mucho a la definición de una experiencia obsoleta, la cual es parte de la neurosis humana, donde tendemos a repetir compulsivamente un tipo de conducta o respuesta cuando las condiciones del entorno se parecen e inconscientemente nos recuerdan a las de aquella vivencia que nos marcó y lastimó; respondemos ante una situación de amenaza inexistente, ante una gestalt distorsionada por esa amenaza fantasma, lo que ya no está. Algo similar pasa en los asuntos inconclusos-que también son parte de la neurosis- donde no hacemos más que acarrear el pasado, es decir, otro fantasma que distorsiona nuestra gestalt actual y desgasta nuestra energía al fijarla en esa precisa gestalt distorsionada, que al ser justamente una distorsión nos obliga a luchar con algo inexistente y ¿cuándo se ha sabido de alguien que logre vencer la batalla que libra contra un fantasma? Yo diría que nunca, más bien se logra vencer la batalla cuando se lucha contra lo real, lo que es, es decir, contra la versión real y actual de la distorsión. Por esta razón, la terapia Gestalt es una terapia del aquí y ahora y vivencial, donde se le pide a la persona que aprenda a vivir en el presente (Perls, 1976a) para que se actualice y de esa manera pueda percibir una gestalt sin distorsiones y deshacerse de los fantasmas de su pasado y haya una resignificación de los elementos de su fondo y así dé paso a la formación de gestalts flexible y de flujo natural que aviva y da realidad a la vida, como bien coincide Latner (1994) cuando se refiere a que vivir en el presente asegura la existencia del proceso figura-fondo. Como Delacroix diría sobre la situación terapéutica: se trata de "hacer surgir estas formas fijas neuróticas, su clarificación y deconstrucción…orientada en el sentido de la autorregulación organísmica y del ajuste creativo" (2008, p. 238).

Finalmente todos vivimos en gestalts distorsionadas en uno o varios momentos de nuestra vida, todos somos neuróticos, por ello la terapia y el "darse cuenta" son una herramienta básica para descubrirnos a nosotros mismos en nuestros procesos psicoafectivos que nos permite regresar a las gestalts adecuadas para ver la vida a través de un cristal más limpio y claro.

Por: Psic. y Psicoterapeuta Abigail Rangel Raya

Referencias

Delacroix, J.M. (2008). Fondo, contexto y segundo plano. Encuentro con la psicoterapia. (pp.181-203). Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

Delacroix, J.M. (2008).Violencia y duelo en la construcción de las formas neuróticas. Encuentro con la psicoterapia. (pp.229-250). Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

Latner, J. (1994) Fundamentos de la Gestalt. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

Perls, F. (1976a). El Enfoque Gestáltico y Testimonios de Terapia. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

Perls, F. (1976b). Sueños y Existencia. Santiago de Chile: Cuatro Vientos.

Perls, F. (1946) Terapia Planificada. Clínica Gestaltica, Revista de Terapia gestalt No.30

Robine, J.M. (2009). Una terapia de las formas de la experiencia. Figura Fondo. 26. 5-18.

Robine, J.M. (s/f). Teoría del cambio y crecimiento en la terapia gestáltica. Artículos del CTP

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Escrito por

Psic. Psicoterapeuta Abigail Rangel

Psicóloga con maestría en la psicoterapia Gestalt. Orientada en una metodología humanista y con experiencia en psicoterapia y evaluación psicológica. Además, imparte diferentes talleres que engloban temas psicológicos del desarrollo humano en diferentes áreas y psicoeducativos. Comprometida a ayudar a las personas a mejorar su salud mental y emocional.

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