¡​Pensamientos distorsionados!

El psicólogo Albert Ellis, al observar que demoraba mucho en la solución de los problemas de sus pacientes, decide tratarlos de forma diferente y más activa, y es cuando a través de su propia vivencia personal y de acuerdo a su investigación, decide dejar a un lado su trabajo psicoanalítico para realizar su práctica terapéutica desarrollando un tipo de psicoterapia más directiva. 

En 1995 Ellis afirmó:

Las personas son en gran parte responsables de sus sentimientos que están alterados, los cuales se presentan de forma tanto consciente como inconsciente. Pero también, las personas tienen sus propios recursos para poder modificar sus pensamientos y mejorar sus vidas libres de sentimientos desagradables, modificando de esta manera resentimientos y ansiedades, siendo psicológicamente más estables.

Ellis descubrió la forma irracional de nuestra manera de pensar siendo de extremo totalista y catastrófica y esto nos lleva a actuar de la misma forma. Pero también encontró que si cambiamos esta(s) forma(s) distorsionada(s) de pensamiento cambiándolos por pensamientos más racionales -sometiéndolos a juicio y equilibrándolos a una realidad- podemos llegar a sanar emociones dolorosas, las cuales son consecuencia de esquemas mentales enfermos. 

Cuando logramos lo que nos proponemos con algún proyecto o meta nos sentimos alegres, brindándonos satisfacción y felicidad; mientras que cuando no logramos nuestras metas nos sentimos frustrados, tristes, enojados y esto nos llega a afectar para realizar nuevos proyectos. 

Los pensamientos tienen características importantes y una de estas es que se van distorsionando conforme pasa el tiempo haciéndose cada vez más irracionales y generando malestar de manera personal.  A través del tiempo este malestar va generando un sistema de creencias idiosincráticas;  es decir que al ser personales son aprendidos.

Lo cual nos lleva a una importante conclusión: podemos aprender a desaprender lo mal aprendido.

Las creencias irracionales se diferencian de las racionales en que las primeras no nos permiten continuar con nuestros proyectos por sentimientos de frustración, ansiedad, culpa, intolerancia, miedo o depresión, lo cual puede desembocar en abuso de sustancias adictivas o alcohol; mientras que las creencias racionales nos permiten ser objetivos y de esta forma poder continuar con nuestras actividades cotidianas sin recurrir al alcohol o a los fármacos.

Otra característica de los pensamientos es que son espontáneos y rápidos; llegan a nuestra mente uno detrás de otro viajando en millonésimas de segundo entre uno y el otro.

"Imaginemos una gota de agua en una cascada, y es como si cada gota fuera un pensamiento, ¿se imagina como estamos constantemente pensando? afortunadamente solamente actuaremos los que son más importantes para nosotros, sean de forma consciente o inconsciente, ya que contamos con un filtro, que permitirá permear y actuar solamente los más importantes y adecuados a nuestras creencias".

Un pensamiento es un "diálogo interno" en el que nos decimos algo de nosotros mismos o de lo que acontece a nuestro alrededor y, por lo regular, este tipo de diálogo tiene como peculiaridad un dejo de descalificación hacia nuestra persona  de forma despreciativa. Por ejemplo: si nos golpeamos en la cabeza por descuido al caminar con un letrero nos decimos; "que tonto soy", otro ej., si al cambiar la llanta del carro y resbala la llave de cruz nos decimos "que torpe soy", etc. Dentro de estos pensamientos irracionales existe un "hubiera oculto", "un debería" o un "tengo que". Al ser este tipo de pensamientos de rigidez y perfección, y que en la realidad no existe (lo perfecto), nos llevará a sentimientos de frustración, generando pensamientos negativos y de decepción de nosotros mismos.

Albert Ellis creó entonces lo que ahora se conoce como Terapia Racional Emotiva (TRE). Su método terapéutico nace de la hipótesis de que no son los acontecimientos los hechos los que nos generan los resultados de las emociones, sino la manera de cómo interpretamos los pensamientos.

¡Que es un pensamiento?

Un pensamiento es un diálogo interno. Es algo que nos decimos de lo que sucede a nuestro alrededor. Todas las personas tenemos pensamientos y estos cambian de persona a persona. Los cuales tienen que ver con dos conceptos: La percepción y la apercepción.

Percepción es la información que llega del exterior e interpretamos a través de nuestros sentidos: auditivos, visuales, táctiles, olfativos, gustativos; mientras que la apercepción es la interpretación de esa información que de acuerdo al bagaje familiar y social desarrollado a través de nuestra experiencia le damos una connotación particular. Y es así como generamos un sistema de creencias.

Para esto es importante saber que existen ciertas características de los pensamientos los cuáles son:

1. Rápidos y espontáneos porque llegan a nuestra mente en décimas de segundo entre uno y otro.
2. Pueden ser muy claros o bien difusos.
3. Pueden llegar a nuestra mente de forma de imágenes, frases entrecortadas diciendo algo de lo que sucede.
4. Son idiosincráticos, van a ser personales e interpretados de acuerdo a nuestra experiencia.
5. Existe un hubiera oculto ("debo"," tengo que", "hubiera"), lo cual vuelve rígidas nuestras conductas, descontrolándonos cuando salen de nuestro esquema mental
6. Son aprendidos, tendiendo a distorsionarse al paso del tiempo.

Existen diferentes formas de pensamiento de tipo distorsionado y cada uno de estos pueden ser combinados, siendo alguno más poderoso en nuestra mente que otros.

A continuación, presentaré algunos de los más comunes:

Tipos de pensamientos distorsionados

Tipo mágico: es cuando le atribuimos poderes a algo o a un ser divino pensando que cambiara el resultado de las cosas. (p. ej., "Dios me ayudará y hará las cosas por mi porque Dios es bueno", "La marihuana me da poderes, ya que me hace tener más concentración y memoria".

Personalizado: Es cuando damos poder a nuestro pensamiento utilizando como marco de referencia nuestra persona de lo que acontece a nuestro alrededor siendo producto de sentimientos de grandeza y de sentimientos de importancia, (p. ej., Al pasar por un lugar donde se escucha una melodía cantada por una bella chica podemos pensar "¡Esa canción la está tocando porque sabe que a mí me gusta!"

De túnel: Cuando nuestra manera de pensar solamente es cuando observamos solamente una parte del problema y no en todo su contexto, p. ej., al estar en la playa recostado y ver pasar a un joven atlético corriendo y sudando uno pensará: "está haciendo ejercicio, probablemente competirá próximamente". Y seguidamente vemos tras de él a un pelotón de policías y entonces cambiará nuestra manera de pensar: "seguramente se robó algo y lo están persiguiendo"

Catastrófico: este tipo de pensamiento tendrá que ver con pensamientos con un desenlace fatalista. P.ej., Sentir una bolita en el dedo del pie derecho y pensar: Seguramente es un quiste, y conforme va pasando el tiempo mi pensamiento es: "Me van apuntar la pierna" ¡Me va a dar gangrena!

Generalizado: Este tipo de pensamiento es aquel que se observa en extremo. P. ej., mi primera novia me fue infiel, luego tuve otra relación y la sorprendo con otro hombre digo: "¡Todas las mujeres son infieles!".

Polarizado: Este tipo de pensamiento distorsionado tiene que ver con observar solamente los extremos: blanco o negro, jamás grises, cremosos. P. ej., "Todos los hombres son deshonestos"

Razonamiento emocional: Este tipo de pensamiento es aquel que tiene que ver con las creencias religiosas y porque yo así lo creo y tengo "FE" así va a ser.

Ante un hecho "A" viene seguido de una serie de pensamientos "B", que nos hacen responder "C".

Para cambiar estos pensamientos distorsionados o irracionales, podemos escribirlos en una lista en el momento que se tiene la emoción, para luego confrontarlos a lo largo del día y cotejándolos en la noche antes de acostarnos. Así nos daremos cuenta de su evolución y aprenderemos a dudar de lo que de momento pensamos, ya que estos surgen de una emoción, la cual no se verá reflejada y acorde a una realidad. Al realizar este ejercicio, con el paso del tiempo nos ayudará a darnos una estabilidad a nuestras emociones desarrollando pensamientos más adecuados a una realidad.

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