​La amante de un casado (sus razones, personalidad, objetivos)

El autoengaño y la justificación del hombre casado como víctima son elementos comunes en las personas que deciden implicarse en un triángulo amoroso.

12 ABR 2017 · Lectura: min.
​La amante de un casado (sus razones, personalidad, objetivos)

En México los triángulos amorosos más comunes surgen entre un hombre casado y una mujer soltera. Sin embargo, las cifras ubican a las mujeres prácticamente en igualdad de condiciones. Según un estudio sobre infidelidad en personas casadas, realizado por el Instituto de Psiquiatría Ramón de la Fuente, el 90% de los hombres y el 70% de las mujeres han sido infieles, por lo menos una vez en su vida. En términos generales, las causas aducidas para cometer adulterio son insatisfacción sexual, poco tiempo destinado a la pareja y mucho al trabajo, y en algunos casos, por venganza.

Los hombres vinculan la infidelidad al refuerzo de su virilidad, porque culturalmente se les ha dicho que mientras más mujeres tengan, más hombres parecerán. "Algunos estudios indican que mientras ellos lo hacen para refrendar su hombría y buscar placer, las mujeres desean cariño, comprensión y afecto", explica José de Jesús González Núñez, presidente del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social.

"Las causas de la infidelidad son lógicas: cuando una o las dos personas dejan de amarse, lo cual es derivado por la falta de afecto, por una baja autoestima o por la llegada de los hijos. También son motivos las disfunciones sexuales, o bien, por una adicción compulsiva al sexo, entre otros factores".

¿Y qué pasa con la amante que entra en este triángulo amoroso?

"La persona amante dice ser, sobre todo al principio, inconsciente en cuanto a saber dónde se mete. En ciertos casos, las personas amantes desconocen el estado civil de casada de la persona infiel porque simplemente lo omiten", indica la doctora en Psicología Clínica e Investigación, Inmaculada Jáuregui Balenciaga, autora de la investigación 'La figura de la persona amante en la infidelidad: la otra cara del narcisismo'.

Después de entrevistar a varias mujeres que se autodefinen como "amantes" porque llevan una relación de al menos un año con un hombre comprometido y/o casado, la doctora Jáuregui concluye que se trata de personas enamoradas, que actúan en contra de sus creencias y valores (saben que están engañando a una tercera persona), pero que continúan en la relación porque se sienten correspondidas y utilizan el autoengaño como mecanismo de defensa. 

Este mecanismo de defensa se evidencia cuando, de forma unánime, ninguna de las personas amantes experimentan esa triangulación como tal. De hecho, sorprende que en estas parejas se hable de fidelidad, se discuta sobre ello e incluso lleguen a un posible pacto de fidelidad, cuando ambas partes a su vez, mantienen relaciones extra, ya sea con el cónyuge oficial, o en el caso de las personas amantes, con otras personas, aunque la finalidad de dichas relaciones extra, sea por variadas razones.

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La mujer/amante justifica las mentiras de su pareja porque la identifica como 'víctima' de una relación de pareja asfixiante, insatisfactoria y sin futuro. Ella se ve a sí misma como una redentora, que se también se salva a sí misma a través de esa relación.

Según la investigación de Jáuregui, la amante es por lo general, una mujer vulnerable, que no se siente plenamente satisfecha con su trabajo y/o sus relaciones interpersonales y, por tanto, encuentra en ese triángulo amoroso una tabla de salvación para su propia crisis existencial.

"Desde esta perspectiva se contempla el enamoramiento como una liberación en el sentido de una exploración de nuevas posibilidades. partiendo de lo imposible, un intento de hacer real lo imaginado". Alberoni (1988).

Una vez superada la primera etapa de enamoramiento y satisfacción sexual mutua, viene el proceso de 'oficializar' la relación, lo cual es fuente de mucha frustración porque se registran muy pocos casos exitosos de relaciones extramatrimoniales que culminan como relaciones oficiales y/o públicamente aceptadas (con o sin matrimonio). 

No poder oficializar la relación es fuente de muchísima frustración, rabia, ansiedad y en gran medida, motivo de consulta psicológica. No se pretende poner fin a la relación y esta clandestinidad no parece constituir un problema.

"La demanda terapéutica fundamental es cómo gestionar la frustración, la distancia. En otros casos la motivación principal es buscar una opinión experta que evalúe si hay o no amor, gestionar el final de la relación porque la persona infiel ha decidido volver con su cónyuge", indica la doctora  Inmaculada Jáuregui.

Asistimos a un cuadro de dependencia emocional hacia la persona casada, que insiste en mantener una relación asimétrica y en intensificar el cuadro ansioso - evitante. Llega un momento en que la relación se torna tóxica porque es un círculo vicioso de discusiones, pasión y reencuentros, sin que llegue a oficializarse como relación, de cara a los amigos y familiares. "Las personas amantes se entregan por completo como si fuera una relación amorosa oficial mientras que las personas infieles parecen inscribirse dentro de una orientación más narcisista por recibir aquello que les falta. Podría decirse que quieren tenerlo todo", concluye el estudio.

La amante desconoce o niega la dominación a la que la están sometiendo porque las reglas las impone la persona casada y no le da margen de maniobra. La amante se va adaptando a estas reglas sin percibir cómo se va modificando su carácter y su autonomía. Estamos ante una persona con una inseguridad notable (baja autoestima) que pone su energía en aquella relación, a pesar de que es consciente de que no cuenta con la valoración ni el reconocimiento que desearía. 

Según la investigación de Jáuregui:

"el tipo de dominación “amorosa” hegemónica masculina es perfecta porque no es impuesta por la fuerza bruta física, al contrario, es todo un entramado manipulador mental y afectivo que permite a las personas someterse voluntariamente, pensándose sujetos libres. Se trata de una dominación psicopolítica fundamentada en nuevas formas de poder. Como afirma André Rauch (2009) decir “te amo” en los hombres encierra sutilmente al otro en una red tejida por la fascinación, favoreciendo su sumisión y docilidad."

La relación extramatrimonial es, en suma, un ejemplo de trastorno narcisista: porque tanto la persona infiel como su amante se mueven por el principio de placer inmediato y no por el de realidad, que implicaría empatía con las personas afectadas. 

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Escrito por

Revisado: Jairo Hernández

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Comentarios 79
  • Tatiana Sánchez

    El problema de todo esto es la institución del matrimonio, la monogamia, la religión y la negación de la sociedad a hacer cambios en algo que no funciona. Las infidelidades siempre han existido, en algunas ocasiones se descubren, en la mayoría no. Existen tanto hombres como mujeres infieles. La amante no tendría porqué sentirse mal por "engañar" a la esposa, ¿por qué habría de sentir culpa cuando ella no es la que miente ni engaña? Muchas veces las esposas saben de las infidelidades o sospechan de ellas pero no se atreven a hablarlo o a terminar la relación porque también sufren de una baja autoestima y son dependientes económicamente de sus maridos y les aterra tener que trabajar y resolver sus problemas por ellas mismas. Los hombres casados son infieles porque pueden y quieren serlo, pueden sentirse muy bien con la esposa, amarla, desearla y aún así querer tener una amante. En realidad la infidelidad es la salvadora del matrimonio, al tener otros encuentros sexuales los hombres casados soportan el tedio del matrimonio, si no fuera así esos matrimonios habrían terminado hace mucho.

  • Carito guevara

    Llege a la conclusión de que soy una de esas personas tal cual lo explica ahí en el texto, así me encuentro, así me siento, soy la amante.

  • MARIA AIXA TERCERO ZAMORA

    Me parece que maneja conceptos del siglo pasado. Las tres partes son adultos y todos se engañan a sí mismos. "Darse su lugar", "no vas a llegar a nada", "serás la esposa que en un 90 % de posibilidades (según este artículo) será engañada". ¿Eso es darse su valor y tener amor propio? No estoy de acuerdo. Pienso que a los hombres les "faltan" para decirle a su pareja que quieren algo más o que ya no quieren nada, ¿las esposas engañadas tienen señales que no quieren ver y las amantes quieren quedarse con el traidor? Hay que actuar como adultos, no como adolescentes ilusionados.

  • anonima

    Yo he cumplido ambos papeles, esposa y amante, fui esposa por más de 20 años y él en repetidas ocasiones me fue infiel, me cuestionaba lo que me hacía falta. Ya que me dediqué al 100 por ciento a casa hijos y él haciendo a un lado mis proyectos de vida como mujer, perdoné una y otra vez, hasta que entendi que una relación era 50 y 50, que no solo él había fallado, que algo había yo dejado de hacer para que buscara fuera de casa. Un día sin buscar llegó a mi vida un hombre que de alguna manera sanó mis heridas, cambié muchísimo con él, pero era casado, aún sabiendo que lo era me dejé llevar por mis sentimientos y tenemos una relación de casi 5 años, al principio me adapté a sus tiempos y demás, pero creo cometí un error, empecé a tomar el papel de la esposa y no porque me haya vuelto la oficial, sino porque empecé a apoyarlo en cosas de familia detrás del telón, a ver que siempre estuviera presentable, a sacarle citas con médicos para chequeo, empecé hacer lo que le correspondía a ella por ser la oficial. Un día él me dijo que yo era su apoyo y que no se veía ya sin mí, pero algo pasó que a pocos meses de eso él empezo a cambiar y me di cuenta de que el motivo era ella, regresamos como al incio de la relación y obvio yo ya no quería eso, ya no estaba dispuesta a sentirme la otra de nuevo, y hemos tenido muchos conflictos por ello. La verdad no sé si soltarlo o seguir.

  • Ana

    Soy una persona que sale con un hombre casado y me triplica la edad. El se sincero hace poco tiempo conmigo pero la verdad desde hace más de doce años nos conocemos, yo siempre supe que era casado pero todo cambió cuando me dijo "te amo". Nos vemos más tiempo que antes, pero si es complicado cuando el corazón antepone emociones. No sé qué hacer. He pensado por una perdida cercana familiar y estaba aprendiendo a vivir sola, pero llegó de nuevo a mi vida de otra manera. A veces me cuestiono si seguir ahí pero pues no lo sé. Literalmente no veo mucho a mi familia cercana y lo veo más a él. Creo que sí es parte de sentirme segura pero pues está muy difícil salir de esto.

  • Paumed

    Soy la esposa engañada. Descubrí la infidelidad de mi esposo, algo que él quiso minimizar, y más adelante descubrí que llevaba 2 años con ella. Tuve que encontrarme con esa mujer para poder descubrir la verdad, y eso me destruyó. Luego él me rogó y me suplicó que lo perdonara y yo por amor en parte y también por culpa, decidí hacer una tregua. Pero no he dejado de sufrir por esto, a pesar de que me "eligió" a mí, porque siento que en cualquier momento me volverá a engañar, a pesar de que lo veo esforzarse por reivindicarse. Lo más doloroso fue saber que ellos tuvieron una relación intermitente desde antes de conocernos él y yo y ella además es amiga de su familia. Siento que me fallé a mí misma porque en el fondo no lo perdono, pero sigo con él y eso me hace muy infeliz. ¿Cómo puede la persona engañada recuperar la confianza en alguien que te ha engañado por dos años con alguien con quien además tiene historia?

  • Mar

    Mi marido tuvo una relación amorosa sexual con una compañera de trabajo. Esta aduce que puede hacer lo que la venga en gana porque es una mujer libre. Yo me pregunto si sabiendo el compromiso de la otra persona, ella no tiene ninguna responsabilidad. Apartándose de cualquier culpa. Ella mantiene que corresponde a su vida privada. Yo respondo que si ella no permite que invadan su vida privada, por qué yo no puedo invadir la suya.

  • Liz

    Por favor mujeres salgan de ese tipo de relación, debemos amarnos y valorarnos. Todo lo que dice ese artículo es verdad. Yo estuve en ese tipo de relación por 2 meses y era imposible dejarlo. Tuve que ser fuerte para no dejar avanzar esto más, porque me puse a leer este tipo de artículos y me di cuenta de lo que me esperaba y dije no más. A pesar de que sentía que estaba enamorada tomé la decisión de dejarlo, me dolió mucho pero gracias a Dios ha sido lo mejor. No dejen que esto avance la verdad.

  • Deborah

    Es cierto lo que dice, ya llevo casi 2 años siendo la otra, comenzó como un juego por mi parte, pero él fue tan atento y cariñoso conmigo que me hizo pensar que estaba enamorado, cuando le confesé lo que sentía por él después de un año de haber estado juntos, él me rechazó, diciéndome que desde el principio me dijo que no dejaría a su mujer, lo cual me partió el alma, sé que jamás me dará mi lugar por más amorosa que yo sea con él porque ama su vida con su esposa. Sin duda se sufre estando con alguien que no es libre, así que si quieren ser amadas de verdad, jamás salgan con alguien casado o en una relación, no siempre termina bien.

  • Carolina Romero

    Es un papel extremadamente doloroso para la mujer, pues todo el tiempo tiene que ocultar sus sentimientos, esperar a que la pareja "amante" le dedique un poco de su tiempo, ya sea con mensaje, una llamada. Y se limita solamente a esperar ser compensada.


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