¡Ya no llores... Cuéntame tus penas!

Cuidado con los consejeros baratos que abundan a la vuelta de la esquina. Tus sentimientos lastimados merecen ser tratados por un profesional de la salud mental.

10 DIC 2018 · Lectura: min.
¡Ya no llores... Cuéntame tus penas!

Ciertamente, en nuestro mundo actual ya no abunda la prudencia, ¿Y a cuántas personas se les hace fácil convertirse en el paño de lágrimas de otras? Sean estas familiares, amigos, vecinos, compañeros de escuela, de trabajo, compañeros de parranda o de aventuras y desventuras... Pero siempre sucede lo mismo: tan pronto tenemos un problema, corremos a contárselo al primero que se nos atraviesa por donde caminamos, incluso a extraños, o gente de la calle que nada tiene qué ver, ¡Por favor! ¿Qué le pueden importar nuestros problemas a una persona extraña?, como si esa fuese la mejor solución, o como si a la gente extraña le doliera lo que a nosotros nos pasa o como si ellos fuesen a arreglarnos el problema.

¿Te has puesto a pensar cuál es la intencionalidad que nos conlleva a contarle cosas que son privadas a una persona ajena? O, por muy amigos(as) que seamos, ¿es correcto confiar plenamente? ¿Es prudente soltar toda la sopa de nuestras indigestiones? ¿Por qué lo hacemos? ¿Será solamente para desahogarnos? ¿Para compartir y consolarnos o para que nos consuelen? ¿Quizá para causar lástima, que nos soben el ego o hacernos la víctima principal?

No cabe duda de que cuando nos dejamos atrapar por nuestras emociones negativas, nos volvemos obsoletos, arcaicamente incapaces, desfasados, tercos y caducos para carburar y buscar de forma inteligente la mejor solución sin tener que acudir ante nadie con nuestros lamentos anticuados, rancios y más perdidos que el jocoque. Nos colgamos del otro con nuestras quejas milenarias como si ellos fueran la única tablita de salvación: 'Es que sufro mucho'. 'Es que se burlaron de mí', 'Es que todo me sale mal', 'No sé que voy a hacer'… ¡Puf! Quejas y más quejas.

Aquí el deterioro cognitivo aparece como una patología que nos hace auto-inmunes y aparentemente en franca demencia, o al menos, la fingimos para llamar la atención. Pero la 'Queja Cognitiva', afortunadamente es una entidad potencialmente reversible que dicho de otra manera, afortunadamente la conducta es modificable. Si no te gusta la realidad que estás viviendo puedes cambiarla, pero ya deja de estarte quejando con otros, como si los otros no tuvieran sus propios problemas que atender y sus propios asuntos que arreglar.

Hay estudios cuantitativos científicamente aprobados que demuestran que la población menor de 60 años, tiene mayores posibilidades de revertir la queja cognitiva y otros trastornos que no son neuro-degenerativos como la ansiedad, la depresión, el alcoholismo, la drogadicción, el insomnio… e incluso, dificultades en inserción laboral, familiar, social, etc.

La múltiple queja en la mayoría de las personas trae consigo cuadros clínicos de humor deprimido que son sujetos de atención clínica. A la gente cómoda generalmente no le gusta batallar, les resulta más práctico wasapear con el que encuentre conectado a mitad de la noche o a la hora que sea, o ir a tocarle la puerta al vecino, o al compadre para llevarle sus miserias psíquicas y soltárselas sin piedad: 'Eres la única persona que me entiende', 'Nadie sabe el infierno que estoy viviendo', 'Neta, si no fuera por ti, yo no sé qué haría', 'Yo sé que tú me vas a guardar todo y puedo confiar en ti', etc., y el otro con justa razón y con el ego hasta la cumbre del último pelo de su cabeza le responde: 'Claro, para eso somos amigos(as)', 'Cuéntame todo, ya sabes que soy una tumba', o peor aún: 'No caray, tranquilízate, anda cuéntamelo todo, yo no digo nada, soy ciega, sorda y muda como la Shakira'.

Pareciera algo sin importancia, pero afecta mucho lo que crees porque en tu mente lo creas. Y si piensas que ayudar al otro es parte de tu función en su vida, lo que deberás hacer primero es ubicarte y no dar consejos sin que te los pidan, porque sí hay muchas personas que les encanta convertirse en consejeras controladoras y manipuladoras. Se apropian no sólo de la debilidad del otro sino también de su ignorancia y hasta abusan de su confianza, pero con el cuento de que así se usa, pues ya ni raro les parece sino "normal" ese tipo de conductas, así que mucho cuidado, fíjate a quién le cuentas tus cosas porque esa información es altamente confidencial y no conoces como la utilizará el otro.

En todo caso, mejor acude a un profesional de la salud mental, quien no sólo estará dispuesto a escucharte, sino que también te orientará, te facilitará tu comprensión creadora, te acompañará en tu proceso terapéutico de desintoxicación emocional, resolverá tus dudas, te brindará toda la información que desees saber sobre cómo potenciar tus propios recursos personales.

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Ya no tienes que poner en riesgo tu integridad acudiendo a chamanes o a gente de la vuelta de tu esquina, o del radiopasillo de tu centro laboral para contarle tus quejas o tus penas, se consciente que cada cabeza es un mundo diferente, con una percepción distinta con una asimilación y un procesamiento de datos que quizá estén tan distorsionados o más que los tuyos y que interprete las cosas peor de las que tú se las muestras. ¿Porqué poner tu valiosa vida en manos de cualquiera?

Aprende a callar y a procesar o digerir tus indigestiones pero de manera inteligente, orientado por alguien que sepa lo que hace ¿un psicólogo? ¿un psicoterapeuta?, ¿un psiquiatra?, ¿un orientador experto?, bueno… eso ya lo decidirás cuando te des cuenta que llorar y contar tus penas no es tan malo como parece, pero darte cuenta para qué lo haces y entender que transformar tus propias impresiones te resolverá los problemas de tu pensamiento, y aprenderás a controlar tus emociones desbordadas, en vez de que ellas te controlen a ti, pero siempre y cuando sea con modelos terapéuticos apropiados de psicología científica.

Acude a un profesional certificado y ya nos compartirás los resultados.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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