¿Vives aquí?

¿A qué te sabe tu café? Te invito a reflexionar conmigo durante un par de minutos. ¿Me acompañas? Es acerca de dónde, cuándo y cómo sucede tu vida.

6 NOV 2014 · Lectura: min.
¿Vives aquí?
¿A qué te sabe tu café? Te invito a reflexionar conmigo durante un par de minutos. ¿Me acompañas? Es acerca de dónde, cuándo y cómo sucede TU vida.

Debido a la complejidad y a la problemática de la vida actual, vivimos con más incertidumbre, ansiedad, preocupación, miedo, inseguridad, descontento, desesperanza y niveles más elevados de estrés que ya forman parte de una realidad cotidiana. A pesar de que también suceden eventos afortunados, alegres, maravillosos y que en nuestra vida siempre hay un sinnúmero de bendiciones y regalos por los cuales podemos agradecer, es muy fácil que nuestra atención se enfoque en aquellos eventos o circunstancias que parecen robar nuestra paz y alegría. Pero en realidad, ¿son éstos eventos los que nos roban la paz? ¿Los que nos hacen sufrir?

Tendemos a repetir los eventos adversos y las circunstancias desfavorables en nuestra mente y en nuestras conversaciones una y otra vez, reviviéndolos y volviendo a sentir como si estuvieran sucediendo ahora. Peor aún… comenzamos a fantasear, la mayoría de las veces, de manera catastrófica, generándonos así una considerable cantidad de sufrimiento.

Viajamos a gran velocidad entre el pasado y el futuro, para apenas mirar de reojo, si acaso y por instantes, el momento presente, único e irrepetible. Y así dejamos de vivir lo que sí está sucediendo. El instante se nos escapa irremediablemente de las manos, y la mayor parte del tiempo ni siquiera somos conscientes de esto, ni del valor que el "ahora" tiene, porque solamente en el presente es que podemos sentir paz… si trabajamos para construirla, claro.

Al beber una taza de café, realmente te sabe a café? ¿Estás ahí presente, saboreando cada sorbo, oliendo su delicioso aroma, disfrutando ese momento? ¿O estás 'en todo y en nada', sólo bebiendo 'algo' a lo que llamas café, tan sólo bebiendo el concepto de lo que es, sin disfrutarlo en conciencia?

¿Al ducharte estás plenamente consciente del agua caliente que resbala por tu cuerpo, y agradeces ese momento precioso?, y al enjabonarte ¿disfrutas esa textura suave y aromática del jabón que abraza tu piel y tus sentidos? ¿Conoces el aroma de tu shampoo?

¿Y qué sucede con tus relaciones personales? ¿Estás ahí presente en el momento de una conversación… o estás en todos y en ningún lugar a la vez, sólo pensando en lo tuyo y en qué momento puedes 'arrebatar el micrófono' para hablar? ¿Te regalas momentos para disfrutar de un cielo hermoso, el movimiento de las hojas de los árboles, o el aroma de una flor? ¿En verdad disfrutas la risa de tus hijos, la compañía de tu madre, el tiempo compartido con un amigo? ¡En el presente puedes disfrutar mucho!

Sufrimos, no por los acontecimientos en sí, sino por nuestra interpretación de estos. Está en la naturaleza de nuestro ego etiquetar todo lo que sucede en términos de "bueno" o "malo". Sufrimos porque no aceptamos que las cosas son como son. Invertimos mucha energía en resistirnos a lo que es, pensando ilusoria y resentidamente en lo que debió ser -y no fue- o en lo que debería de ser. Y por supuesto, el sufrimiento es siempre proporcional a nuestra falta de aceptación de la realidad.

No es mi intención minimizar tus problemas, ni los acontecimientos que día a día suceden. Muchos son de gran relevancia. Pero a pesar de lo que sea, tu puedes recuperar la capacidad de elegir cómo quieres pensar, sentir y vivir la mayor parte del día si estás presente aquí y ahora, y esto se puede lograr si observas tus pensamientos, tus emociones y tus sensaciones, para así darte cuenta de cuánto tiempo y cuánta energía inviertes en aquellos asuntos que te alejan de tu paz. Tu estado emocional no depende de lo que sucede, sino de lo que decides hacer con ello.

Por supuesto que lograr esto no siempre es fácil: requiere de auto-disciplina y constancia, pero piénsalo: la paz, la verdadera paz, la que puedes construir y habitar dentro de ti, vale todo el esfuerzo.

Sobre este sólido cimiento puedes construir tu proyecto de vida, cualquiera que este sea.

Haz la prueba. Lo mereces. .

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Escrito por

Psict. Margie Bonnet Compiani

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