Violencia intrafamiliar: la víctima

La violencia intrafamiliar se manifiesta de forma física, psicológica y/o económica y la persona que sufre, en la gran mayoría de casos, este maltrato es la mujer.

23 SEP 2016 · Lectura: min.
Violencia intrafamiliar: la víctima

La mujer maltratada es una figura vulnerable que es violentada y amedrentada por un agresor quien, en teoría, debería quererla y respetarla, ¿y protegerla? Es justo con esa pregunta por la que empieza el problema, cuando se entiende que una mujer, simplemente por serlo, tiene que ser protegida, la estamos considerando débil e indefensa, es decir, un tanto inferior al hombre.

El agresor se aprovecha de que las mujeres estamos convencidas de nuestras debilidades respecto a él y se aprovecha. Esto lo refuerza una educación que nos enseña a no discutir, a dar la razón, a aparentar, en donde no caben las separaciones ni mucho menos los divorcios.

Todo esto se refuerza con la dependencia emocional que desarrollamos hacia el victimario. Nos pega y amenaza, luego nos manda flores y lo perdonamos porque, en realidad, somos tan dependientes a él que no podemos dejarlo. Además, el agresor suele repetirle a su mujer que no va a poder vivir sin él, y ella se lo cree.

Perfil de la víctima de violencia intrafamiliar

Una de las características comunes que comparten las mujeres que han sufrido de maltratos es un pasado cargado de violencia, en su casa. Es probable que su madre también haya sufrido abusos y ella, hasta cierto punto, haya normalizado la violencia. No es normal.

Aunque suene muy estereotipado, una de las principales características es la falta de autoestima. Estas mujeres no tienen mucho amor propio, creen que la única forma de tener una relación es con un hombre que ejerce violencia, incluso creen que se merecen los golpes. Nadie se merece que la golpeen, bajo ningún concepto, y mucho menos si es de parte de la persona que juró amarnos y respetarnos. No es lógico ni congruente. No es nuestro padre para castigarnos, es nuestra pareja, nuestro igual.

Las víctimas experimentan, en cierta manera, el Síndrome de Estocolmo, que generalmente lo sufren personas que han sido secuestradas y, con el tiempo, sientes aprecio o incluso cariño por sus secuestradores. A la mujer maltratada le pasa algo parecido, pero con su agresor, su pareja. Ésta llega a justificar los golpes recibidos.

¿El agresor puede recibir terapia y cambiar de conducta?

Otro de los rasgos de la víctima es que los abusos sexuales ejercidos por su marido en su contra no los considera como violaciones, porque piensa que una violación solo la puede llevar a cabo un extraño. Las relaciones sexuales deben ser consentidas, un no significa un no, incluso si es tu marido.

¿Qué hacer?

Si sufres violencia intrafamiliar pide ayuda. Si no la sufre pero sabes que una mujer de tu familia, una vecina o una amiga la están sufriendo, no dudes en acercarte a ella, darle todo tu apoyo y, sobre todo, tu comprensión, y dile que puede salir de ese problema, anímala a que pida ayuda antes de que sea demasiado tarde.

Existen muchos centros en todo el país en los que te pueden auxiliar y orientar para poder salir de este grave problema. El Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) atiende casos de violencia de género en la ciudad de México y toda la República.

Luego de salir de la casa donde se ejercía la violencia, puedes tomar una terapia psicológica con un especialista en violencia para te oriente y te ayude a tener una vida libre de cualquier tipo de agresiones.

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psicólogos
Escrito por

Karina Tiznado

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