Un trastorno llamado depresión

A lo largo de la vida, los seres humanos desarrollamos una forma propia de percibir las cosas, las situaciones y también a las personas, pero esa percepción podría estar distorsionada, ya sea por cuestiones genéticas o ambientales. Los problemas empiezan desde allí, porque cuando las personas perciben mal sus experiencias, lo más seguro es que también asimilen o procesen mal la información en sus cabezas y como es obvio, interpretarán de manera incorrecta, dándole una dirección negativa y desalentadora a sus vidas, tienen una visión negada de sí mismos, del mundo y del futuro, porque no se ajustan a la realidad, y cuando no salen las cosas como esperan, inmediatamente llega la frustración, el desánimo, la tristeza y la depresión.

La inmensa mayoría de los pacientes depresivos muestra una clara y decidida tendencia a interpretar de manera errónea y distorsionada las cosas, se muestran fatalistas, incrédulos, apáticos y les cuesta mucho trabajo ver la realidad tal como es sin mezclar sentimientos y emociones negativistas y desafiantes tales como: miedos, dudas, culpas, celos, inseguridades, desconfianza, obsesiones enfermizas, represiones, aislamientos, pensamientos intrusivos absurdos y recurrentes etc., que muchas veces conlleva a un estado emocional más profundo, llamado Distimia, pero esa ya es una palabra mayor, candidata para remisión a psiquiatría por tratarse clínicamente de una depresión severa.

Los pacientes depresivos suelen abrazarse muy frecuentemente a las palabras "derrota" y "frustración", la inmensa mayoría ya no quiere luchar por salir de ese charco de autocompasión por sí mismos, se victimizan, se limitan, se anulan, se autosabotean, se sienten desgraciados, torpes, enfermos, miserables, feos, inútiles, incomprendidos, abandonados, se sienten incapaces de lograr las cosas porque están atrapados por el desánimo, anclados en la desilusión, en la amargura, en la esclavitud oscura de sus emociones retorcidas por una mente enferma, se sienten alterados biológicamente, y es posible que se trate de un agotamiento de los neurotransmisores porque no pueden concentrarse, no pueden comer, ni dormir ni pensar con objetividad y van perdiendo sus valores, sus sueños, sus esperanzas, su alegría y algunos, hasta las ganas de vivir.

Dentro de los manuales de tratamiento del Dr. Aaron Beck, encontramos infinidad de técnicas basadas en la lógica y de reglas de evidencia. Son técnicas muy generosas capaces de modificar la conducta desafiante y el autoconcepto para corregir las distorsiones cognitivas, el sistema de creencias falsas que tenemos sobre nosotros mismos, y todas las expectativas de carácter negativo, mitigando así la sintomatología depresiva y los trastornos de personalidad, incluyendo a la ansiedad, los ataques de pánico, el abuso en el consumo de drogas, el dolor emocional crónico… desde una perspectiva cognitiva.

Sin embargo, es de reconocer que para atender algunos trastornos depresivos mayores, no basta la psicoterapia, no bastan los métodos psicológicos, se tendría en todo caso que ayudar con un poco de medicamento prescrito por psiquiatría.

No es el propósito sembrar desaliento, pero sí es importante y oportuno revisar continuamente nuestros estados emocionales en el ánimo de prevenir las enfermedades psicosomáticas, ya que cualquier emoción negativa no elaborada o no atendida oportunamente, se convierte en una enfermedad segura que brotará en la parte más vulnerable de nuestro organismo, gatillando en colitis, gastritis, pancreatitis, enfermedades renales, estreñimientos y migrañas, dolores musculares, tics nerviosos, opresión en el pecho, taquicardia, sudoración, temblores, mareos, nauseas, etc. La mayoría de las enfermedades no son de origen orgánico sino psicosomático, entonces hay que ir a buscar la solución donde se originó el problema, que es en la mente, propiamente en los pensamientos, los sentimientos y las emociones mal digeridas.

Los constructos personales, o construcción de pensamientos, siempre están desorganizados en las personas que padecen depresión, están atrapadas por sus creencias irracionales y de las consecuencias emocionales de estas, y en psicoterapia se trata pues de que el paciente tome conciencia de esos pensamientos disruptivos e intrusos desgastantes y enajenantes ocasionados por los miedos e inseguridades. Se trata de corregir esos pensamientos distorsionados y que modifique su sistema de creencias autosaboteantes para que deje de tergiversar las cosas y aprenda a soltar tantos sufrimientos inútiles y privaciones interminables.

En psicoterapia el paciente aprende a romper esos viejos patrones cognitivos negativos que lo mantienen en la más completa esclavitud oscura. Si es tu problema, no dudes en acudir inmediatamente a pedir ayuda a un profesional de la salud mental. En Psico.mx encontrarás al psicólogo de tu confianza, o al más cercano a tu localidad, escríbeme, te responderé a la brevedad posible.

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