Terapia de Pareja - La Tormenta Perfecta, cómo sobrevivir y a salvo

¿Cómo es que llegamos a esto? Lo impredecible, lo impensable; cuando la aventura ilusionada inició y cómo retomar el rumbo y los sueños y proyectos compartidos... o NO

2 ABR 2019 · Lectura: min.
Terapia de Pareja  -  La Tormenta Perfecta, cómo sobrevivir y a salvo

Posponemos el tema de Terapia Infantil parte III* y nos embarcamos en este tema ya que puede coadyuvar mucho como soporte o contexto a la terapia infantil.

Las parejas acuden a terapia por motivos que van desde una etapa de confusión, hasta la intensidad sin pausa del dolor de tener el corazón destrozado por uno o ambos miembros.

Sin ánimo de abarcar todo este espectro, al consultorio pueden llegar parejas por motivos como: infidelidad, decepción, desilusión, insultos, violencia física y/o psicológica, intromisión de terceros ya sea amigos o familia de origen, rechazos, distanciamiento entre ellos o de una o ambas familias políticas, relación fría y/o insatisfactoria, infelicidad, pensamientos obsesivos quizás por celos o eventos traumáticos del pasado reciente o lejano, disparidad jerárquica, frustración... En fin, no quiero darles más ideas y vayamos a ideas útiles en la Terapia de Pareja.

Posturas

Es muy frecuente que ambos acudan con una percepción selectiva (incompleta) de la situación. Por supuesto, ellos no son conscientes de ello, llegan con ideas muy firmes como la de que el otro es el causante de "todos" los problemas de la relación. Y parte importante del terapeuta es mostrar posibilidades de que eso no sea así. Epistemológicamente (lo que los estudios han encontrado) la responsabilidad de lo ocurrido es aproximadamente del 50% de cada uno, lo sepan, comprendan, acepten o no.

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Otro ejemplo de percepción selectiva es cuando externan que "la rutina" nos ha ganado, siendo que la "rutina" no existe, ya que cada persona es  un proceso de cambio constante: hoy no somos lo que éramos hace 3 meses ni mucho menos lo que hace 5 años.

Y lo que sucede es que, en lugar de relacionarnos con el otro, nos relacionamos con la imagen que tenemos del otro. Por ejemplo: ayer él me gritó e insulto, toda la noche quedé dolida y él, por su parte, puede que durante la noche haya reflexionado y se haya arrepentido... A la mañana siguiente él llega a pedir disculpas o perdón, pero cuando ella lo ve de inmediato lo rechaza y lo manda al carajo, sin percibirlo como se le presenta esta mañana y sin darle tiempo de expresar su disculpa o arrepentimiento ...

La rutina no existe, solo hay ciegos... ciegos que no percibimos a la persona que está frente a nosotros en este momento, pues asumimos que es igualita a la de ayer y... eso no es posible, cada día somos un poco diferentes.

Ahorita no soy igual que esta mañana ni que ayer, pues tengo nuevas experiencia, conocimientos y voy cambiando.

Peeeero como digo "a mi pareja ya la conozco como es" pues entonces no necesito ni mirarla pues ya sé como es. No estoy consciente del cambio o mejora cotidiana que experimenta mi pareja y tengo el mal hábito de que al evocarlo en su persona surgen, brincan, elijo pensar solo en sus defectos, imperfecciones y cosas desagradables de él o ella (desagradables para mí, no necesariamente para otros).

Vienen enojados y resentidos pues "toda la culpa es del otro". Yo no, yo estoy bien y por cierto así he estado todos estos años. Suelen ser condescendientes con sus errores y fallas personales auto minimizándolos, justificándolos desapareciéndolos de su narrativa... "él hace que yo sea así " etc.

Dice Tony de Mello: "si los blancos fueran buenos y los negros fueran malos... todos seríamos como cebras" y así veo muy gruesas las rayas negras de mi pareja y mis rayas negras las veo como un hilito casi imperceptible y entonces surge el deseo anhelante de corregir y "hacer mejor" a mi pareja, se desatan unos esfuerzos muy intensos para tratar de cambiar al otro de como es, a "como debe de ser" y estos esfuerzos son mutuos, y muy desgastantes, agotadores diríamos pues no sabemos que cambiar la forma de ser de otra persona es, simplemente, imposible.

Si lo supiéramos pues ni siquiera lo intentaríamos;  entonces la raíz de esto se llama ignorancia o inmadurez, lo cual no es tan criticable pues nadie nace sabido y nadie nace maduro; ahí vamos madurando y aprendiendo si estamos atentos.

Si estamos distraídos pues se nos pierde la oportunidad de aprender y madurar, así que el estar atento a mi pareja inmuniza la rutina.

Y pasamos por alto, ignoramos o no queremos ver, recordar o reconocer las cualidades de mi pareja y pues esto es simplemente injusto... y es una frecuente y excelente receta para el fracaso y la insatisfacción.

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Por cierto, el "como debe ser mi pareja" lo decido yo... No él o ella. Yo sí sé cómo debe ser mi pareja o cómo debe comportarse... Y si no lo hace pues le retiro mi amor, mi cariño, mi aceptación... Esto funciona en ambas direcciones. "Si llegas temprano, si te portas bien, si me consientes o no hablas con l@a vecin@s o ciertos colegas del trabajo, si vistes o no así" y un largo etc.

Te amo por el placer que me causas y cuando no... Pues ya no te amo, así de pobre y limitado puede llegar a verse el concepto del amor.

Lo que sí está al alcance de cualquiera es cambiar a mi propia persona y eso solo podría ocurrir cuando, mediante un proceso serio de reflexión, me llegue a percatar de mis falencias, errores de juicio y equivocaciones que yo he cometido, para luego trabajar en reducir la intensidad y/o frecuencia de mis equivocaciones y fallas.

Todo cambia si tú cambias... Todo mejora si tú mejoras... Los esfuerzos por cambiar al otro solo intensifican los malestares y dolencias.

Claro que el saber lo expuesto no siempre es suficiente y para eso están las maniobras, sagacidad del terapeuta en el diseño de las intervenciones para la consecución de un buen proceso de Terapia de pareja.

Más conceptos en la próxima emisión Terapia de parejas II... ¡Falta mucho por considerar en este ramo!

Saludos y buenos días

Javier Payán

*Psicólogos San Nicolás ha escrito dos artículos sobre Terapia Infantil, que podrás leer aquí:

- El impacto de las situaciones familiares en el comportamiento de los niños

- ¿Por qué llegamos a un punto en que hay niños que mandan en casa?

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Escrito por

Psicólogos San Nicolás

Psicólogo con grado de Maestría en psicoterapia breve orientada en soluciones y especializado en terapia breve e hipnosis clínica ericksoniana. Experiencia de años de ejercicio profesional, atendiendo en un amplio rango de dolencias emocionales. Sus tratamientos pueden incluir un proceso de liberación de emociones.

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