Suicidio: una mirada desde el psicoanálisis.

Este artículo solo pretende brindar una breve introducción al tema del suicidio visto desde la perspectiva psicoanalítica.

19 JUN 2015 · Lectura: min.
Suicidio: una mirada desde el psicoanálisis.

Arrebatarse la vida por mano propia es un acto común en la historia de la humanidad, quizá tan antiguo como ésta. Podemos encontrar en la literatura medieval como el acto suicida toma significado desde lo teológico y lo moral. En la Divina Comedia, Dante precisa un circulo dentro del infierno y dedica un canto completo a los suicidas. Imagina este lugar como un bosque obscuro donde las almas de los suicidas toman forma de arboles secos, decrépitos, sin hojas o verdor alguno, inmóviles para toda la eternidad. Estos árboles, en el día del juicio final, no podrán atender a éste por cuenta propia, sino serán arrastrados, llevados por alguien más. Tal es la gravedad del insulto cometido por el que se quita la vida, que en la mente medieval, el suicidio no sólo mata el cuerpo, sino el alma, ante el creador.

Más allá del aspecto religioso, el suicidio plantea un tema que ha ocupado a psiquiatras y psicoanalistas desde tiempo atrás. Freud tuvo considerable experiencia clínica con pacientes suicidas y se pueden encontrar descripciones de sintomatología suicida en prácticamente todos su historiales clínicos publicados (a excepción de el pequeño Hans).

Un elemento central que se debe tener en cuenta al acercarse al estudio psicoanalítico del suicidio es que este responde a innumerables factores y no está adscrito a tan solo una psicopatología, causa o estructura psíquica. De igual manera que un ataque cardíaco es el resultado final de una mala dieta, falta de ejercicio, factores de estrés y quizá un elemento detonante en la vida del individuo, de la misma forma el desenlace suicida nos habla de toda una cadena de elementos intrapsíquicos, relaciones objetales, luchas pulsionales, posiblemente elementos neuroquímicos, experiencias de vida del sujeto y finalmente, factores desencadenantes agudos del acto suicida.

Definición

En el año 2005, dentro del marco de las jornadas clínicas del Centro Eleia, el doctor Carlos Moguillansky dictó una conferencia sobre suicidio. En dicha conferencia, Moguillansky de manera atinada, dice:

"En realidad, no sé si debamos hablar del suicidio. Tenemos que hablar de los suicidios porque hay muchos tipos con distintas motivaciones… El suicidio recorre todos los actos y las patologías posibles. Por ello, los suicidios poseen rasgos muy distintos" (2006, pág. 36).

Más adelante en la conferencia, Moguillansky reconoce la necesidad de contar con una definición de suicidio. La definición de este término ha probado ser problemática debido a lo mencionado anteriormente: muchos suicidios requerirían muchas definiciones. Quizá esto sea así. Freud mismo entendió el suicidio de distintas formas: una expresión de enojo vuelta hacia el yo, como una forma de identificación con un padre suicida, como una forma de venganza, como un escape, como una expresión de la pulsión de muerte.

Moguillansky menciona que todo suicidio tiene tres elementos en común y son estos elementos los que nos permiten llegar a una definición operativa del término suicidio. Suicidio, entonces, puede ser definido como "un acto decidido en el que participa cierta confusión y que tiene el propósito y la certeza de matarse" (2006, pág. 36).

El primer elemento a considerar es que el suicidio es un acto. Éste engloba todo tipo de acto. Puede ser de corte psicótico, perverso, impulsivo, grupal, etc. Es precisamente por esta razón por la cual el suicidio recorre todos los actos y patologías posibles. El acto suicida no se encuentra circunscripto a una patología en específico. Puede tomar diferentes tintes dependiendo del libreto interno que se este jugando.

El segundo elemento a tomar en cuenta es decidido. La persona decide quitarse la vida. A este respecto, se sostiene la hipótesis de que en el instante suicida la persona atraviesa por alguna forma de psicosis, al menos aguda. Esto podría no ser del todo cierto. El suicidio como acto psicótico es sólo una forma de suicidio. Por ello, debemos entender el acto suicida no como un acto de corte psicótico, sino más bien como una decisión en la cual existe una pérdida, al menos momentánea, de la realidad. Esto no es lo mismo que psicosis. Una pérdida de la realidad puede ser producto de varios mecanismos psicológicos; la psicosis es tan solo uno de ellos, pero también los estados alterados de conciencia producidos por el alcohol o por diferentes sustancias, los estados de emoción súbita o violenta y los delirios entre otros, pueden producir una pérdida del principio de realidad en el sujeto (Moguillansky, 2006, pág. 37).

El último elemento a considerar en la definición es confusión. Como se mencionó anteriormente, los mecanismos involucrados no son únicamente de orden psicótico, sino de desmentida y confusión. A este respecto, se tiene información de primera mano. Existen personas que sobreviven al intento de suicidio y dan cuenta de este tipo de mecanismos. Muchos sobrevivientes relatan que no sentían que en el acto suicida ellos mismos fueran a morir. Esto lleva a lo que Maltsberger (citado por Moguillansky, 2006) llama objetivación del cuerpo. El cuerpo atacado en el acto suicida es un cuerpo no mío.

Existen otros aspectos que con frecuencia forman parte también de las definiciones de suicidio. La angustia, el dolor psíquico, la impotencia y la desesperación son algunos de estos. Estos elementos son importantes debido que forman parte de la sintomatología del suicidio. Son relevantes no porque nos hablen acerca de síntomas, sino porque nos hablan de toda una historia detrás de ellos, una prehistoria del suicidio. Esta prehistoria tiene que ver con factores intrapsíquicos y procesos psicodinámicos que nos ayudan a entender qué elementos se conjugan y cómo estos van interactuando en el psiquismo para que se produzca, como resultado final, el acto suicida.

Ahora que se ha proporcionado una definición general de suicidio, pasaremos a abordar los distintos aspectos psicodinámicos involucrados en él.

Aportes Freudianos a la teoría del suicidio

Las aportaciones de Freud al tema del suicidio son vastas y variadas. Aunque Freud nunca sintetizó sus hallazgos acerca de este tema en un solo texto, Freud pensó y teorizó acerca del suicidio en diferentes momentos de su vida, produciendo distintas teorías que dan cuenta de esto. Podemos encontrar con recurrencia menciones del fenómeno suicida a lo largo de su obra. Quizá Freud no tuvo tiempo para revisar y posteriormente organizar sus ideas en un texto dedicado exclusivamente al tema. Con la finalidad de tener un acercamiento más ordenado, revisaremos los aportes de Freud al tema del suicidio de manera cronológica, desde sus primeras contribuciones al tema.

Acercamientos teórico-clínicos

Sería un error pensar que el acercamiento de Freud al tema del suicidio haya sido únicamente en un nivel teórico. Freud, de hecho, desde 1881, tuvo amplia experiencia con pacientes que presentaban conductas suicidas. El caso más conocido es el de Anna O. quien comenzó a presentar ideación suicida a raíz de la muerte de su padre.

Aunque Freud en estas épocas no prestó especial atención a los elementos suicidas, desde el principio de su carrera tuvo un entendimiento muy claro respecto al papel que jugaba la culpa en los impulsos hostiles dirigidos hacia los padres y como estos impulsos eran los responsables de distintos síntomas, en especial ante la muerte de los padres. Freud creía firmemente que esta clase de impulsos formaba parte de toda neurosis. Los historiales clínicos de Freud y las historias reportadas por sus pacientes dan cuenta de esto.

La única hermana de uno de sus más conocidos pacientes, el hombre de los lobos, (1918 [1914]) cometió suicidio ingiriendo veneno. Llama la atención de Freud, el aplanamiento afectivo de su paciente ante la muerte de su hermana. Más adelante, el análisis de este paciente le ayudaría a Freud a entender algunos de los complicados mecanismos de desplazamiento que se juegan en los duelos patológicos. Por otro lado, en el caso Schreber se pueden encontrar repetidos intentos de suicidio y de deseos de muerte.

El caso Dora, sin embargo, es el que le permite a Freud entender un poco más acerca de los deseos suicidas y le permite pensar en la funcionalidad de estos deseos en el paciente. Dora, una joven de 18 años que presenta una patología con marcados elementos histéricos, presiona a sus padres para que le consigan tratamiento amenazándolos con un posible suicidio. Escribe una carta despidiéndose de sus padres, diciendo que no soporta más vivir y esconde la carta en un lugar donde sabe que sus padres la encontrarán. Sabemos que el padre de Dora en su momento también habla de un supuesto intento de suicidio. Quizá sea esto lo que da pauta a Dora a identificarse parcialmente con su padre en cuanto a sus deseos suicidas.

Podemos observar que este caso le permite a Freud entender el suicidio como una forma de comunicación, una llamada de auxilio, una forma de llamar la atención, una forma de venganza e incluso, una forma de identificación parcial con el padre.

La idea de entender el suicidio como una forma de auto-castigo la desarrolla Freud a partir de su trabajo con el hombre de las ratas. En este historial clínico, podemos ver a un paciente con síntomas obsesivo-compulsivos severos que incluían impulsos suicidas. Durante el análisis de este paciente, Freud dio cuenta de que los impulsos suicidas en pacientes neuróticos pueden obedecer también a auto-castigos motivados por culpa, al haber deseado la muerte de alguien. Con respecto al hombre de las ratas, Freud escribe:

"Empiezo con un ejemplo, que ofrece una particular transparencia, del impulso suicida, muy frecuente en nuestro enfermo; a poco andar, se analiza por sí solo ya en su exposición: perdió algunas semanas en el estudio a raíz de la ausencia de su dama, que había partido de viaje para cuidar a su abuela gravemente enferma. En mitad del más ahincado estudio se le ocurrió: Al punto se dio cuenta de que tal mandamiento ya estaba promulgado, y se precipitó al armario para tomar la navaja de afeitar y en eso se le ocurrió: < No, no es tan simple. Tú tienes que viajar hasta allí y matar a la anciana señora.> Cayó al suelo despavorido." (Freud, 1909, pág. 148)

Como se puede ver aquí, lo que Freud propone es que los impulsos suicidas en las neurosis provienen principalmente de la culpa generadas por afectos y fantasías homicidas.

Para el año 1910, Freud ya había tenido la oportunidad de pensar y teorizar el problema del suicidio, identificando varias de sus características clínicas. De manera general, así las describió:

  • Identifica que la culpa causada por deseos homicidas, en especial aquellos dirigidos hacia los propios padres, puede causar impulsos suicidas, los cuales actúan como una forma de auto-castigo.
  • Los impulsos suicidas pueden aparecer debido a la identificación con un padre suicida.
  • La pérdida de gratificación libidinal, o la incapacidad para aceptar la pérdida de gratificación libidinal pueden causar deseos suicidas.
  • El suicidio es a veces un acto de venganza, motivado por la pérdida de gratificación libidinal.
  • El suicidio es a veces una forma de escape ante la humillación.
  • En otras ocasiones, es una forma de comunicación, una llamada de auxilio, una forma de pedir ayuda.

Además de lo anterior, en esas épocas Freud ya había identificado la conexión existente entre muerte y sexualidad. Pensaba que el masoquismo y el sadismo formaban parte de las raíces más profundas de los instintos suicidas, pero aun no lograba entender los mecanismos psicodinámicos involucrados en esto.

Finalmente, a pesar de sus observaciones clínicas, las comunicaciones de otros psicoanalistas y las características clínicas que ya había identificado, Freud se aproximaba aun con cautela hacia el tema del suicidio. Estos son algunos aportes clásicos de Freud con respecto al tema del suicidio. Pido al lector entender que estos son solo algunos aportes de la teoría psicoanalítica y que por falta de espacio dejaré esta publicación solo como una breve introducción al tema del suicidio visto desde el psicoanálisis.

Suicidio: una mirada desde el psicoanálisis.

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Escrito por

Jorge Alberto Barranco

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Comentarios 1
  • Iliana

    Interesante, muy enriquecedor. Gracias

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