Sobre la Ley de Causa y Efecto (parte 2)

La ley de causa y efecto es auto-sustentable, aquel individuo que respeta esta ley vive en armonía con la naturaleza, aquel que va en sentido contrario rompe su propia armonía con la vida.

29 ENE 2019 · Lectura: min.
Sobre la Ley de Causa y Efecto (parte 2)

En la primera parte hablábamos de la necesidad de reconocer que las acciones tienen un efecto y que todo lo que hacemos en la vida, tiene unas consecuencias.  En este artículo abordamos la importancia del ensayo/error como un método de aprendizaje natural. 

El hombre debe aprender a no tener conflictos con la ley natural, debe crear una asociación constructiva con la naturaleza. Los animales aún cuando no tienen consciencia y son dominados por sus instintos proceden por ensayo y error. Ensayo y error es una forma de vida, un proceso que premia aquello que está bien y castiga aquello en lo que hay errores. Este patrón es aceptado y esperado por la naturaleza, es su propia forma de educar. Pero el hombre no siempre es consciente de esta manera de educar, encontramos individuos cometiendo los mismos errores durante toda su vida. Podemos estudiar la operación de esto en la historia, en las artes y ciencias, que han aprendido de sus errores para generar avances. Si el músico no obedece las leyes de la armonía, no sonará bien su composición, se destruirá a sí mismo como músico.

Una persona que no reconoce el aprendizaje del ensayo y error intentará jugar a ser dios en relación con las leyes que lo rigen. El hombre tiene una superstición que dice que tiene el derecho de modificar la ley de la naturaleza a su placer, a su beneficio. Si se eleva a sí mismo por encima de los patrones que debe obedecer la caída será inevitable. Hay muchas personas que simplemente no creen en las leyes del universo aún después de conocerlas. Cuando la educación perdió su ética y moral, comenzó a predicar que el hombre puede hacer lo que quiera, que el universo es un espacio en blanco en el que puede hacer lo que quiera, que si quiere crear una explosión industrial irresponsable puede hacerlo sin importar las consecuencias.

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Les invito a integrar una sola idea y vivirla de tal forma que nunca más se les olvide, creer que hay una ley que rige por encima de todo y que demanda de nosotros ciertas cosas todo el tiempo. Asumamos que una de las conclusiones más importantes es que cada pensamiento y emoción, cada instinto e impulso tiene un efecto en nosotros. Este efecto es concordante con su causa, no puede ser contrario y no podemos justificar una acción que es contraria a la ley de causa y efecto. No podemos hacer una causa mala que sea buena, como no podemos volver algo bueno, en malo. Debemos saber que hay errores que no podemos cometer, aun cuando la tentación sea demasiada, o la provocación sea demasiada.

La naturaleza no castiga, la naturaleza restaura el equilibrio. El individuo es responsable de cualquier acción que ejecuta sabiendo que no es correcta. ¿Cómo saber salgo es correcto o no? Contestando esto; si todo el mundo hiciera lo mismo ¿sería constructivo?, ¿podrías ser juzgado por esa sola acción por toda las personas en tu vida? La estética evalúa si lo que estamos haciendo genera belleza o no. ¿Produce un efecto inmediato y constructivo?

Insultar, criticar, condenar solo satisface esa parte de nuestra naturaleza que es principalmente responsable por los problemas que nuestra vida. Como consecuencia, mientras damos poder o autoridad a estos instintos negativos en nosotros, vamos perdiendo control sombre nuestros propios pensamientos y emociones. No podemos condonar aquello que sabemos que está mal.

La teoría psicosomática puntualiza claramente la relación entre los sentimientos y pensamientos humanos y la salud. Los antiguos pensadores decían que casi todas las enfermedades eran enviadas por los dioses como castigos a nuestros errores. Ya no creemos en los dioses del Olimpo, pero quizá las enfermedades son consecuencias por romper el equilibrio natural. Los estudios prueban que aquellas personas que son felices, gentiles, alegres tienen mejor salud que aquellos que tienen un estilo de vida contrario, normalmente sufren en el cuerpo además de lo que sufren en la vida. Los budistas nombraron 106 pensamientos por los que sufre el hombre, hay una cadena de reacciones negativas conscientes o instintivas que mientras sean toleradas o fortalecidas conspirarán en contra del bienestar del individuo. Mientras estos pensamientos negativos tienen más espacio en la vida psíquica, el individuo va perdiendo noción de que están allí, hasta que al final se engaña completamente a sí mismo, su actitud lo desvía hacia más del mismo drama.

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Sabemos que existe una lista de estas actitudes negativas, conocemos sus nombres, tomemos los celos por ejemplo. La celotipia es una emoción muy extraña y confusa, surge en nosotros comúnmente sin control o dirección y muchas personas han hecho de ella una virtud, confundiéndola con amor, con cuidado o interés. Gente que busca ser poseída como prueba de amor. La naturaleza marca que los celos como emoción está mal, son una perversión de la emoción, cualquier perversión esta mal.

El hombre que puede pensar, puede preocuparse, y la preocupación es un mal uso de la energía mental. Hay muchas razones por las que nos podemos preocupar, si nos preocupamos demasiado, rompemos la ley. La naturaleza espera que nos preocupemos un poco, o que sintamos miedo en algunas ocasiones, bajo determinadas circunstancias. Pero aquel que vive preocupado usa todos los elementos posibles para alimentar su preocupación, como el cobarde utiliza todo su miedo para alimentar su cobardía, rompe la ley. Tiene una relación negativa consigo mismo y con los demás. Crea un balance negativo en su mente, hábitos negativos y la naturaleza le proveerá de más elementos para generar preocupación hasta que eventualmente termine con sus propios recursos.

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Escrito por

Oscar Javier Garay

Durante los últimos 10 años ha conjugado el Psicoanálisis y la consultoría para desarrollar equipos de alto rendimiento. Psicoanalista por la Nueva Escuela Lacaniana de Argentina, es miembro activo del Neurosciences Institute de Stanford. A lo largo de su carrera ha sido coach de más de 2000 personas además de impartir conferencias sobre desarrollo personal y profesional.

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