¿Se pueden controlar la ira y la agresividad?
La ira es una respuesta que emite el cuerpo cuando se siente atacado o quiere huir de algún peligro. A una persona con ira le cuesta razonar, se ciega y puede agredir a otros.
A menudo los consultorios de psicólogos son visitados por personas que presentan problemas de ira y/o agresividad. Los afectados preguntan si la ira se puede controlar o mitigar a ésta. Para responder, vamos por partes
¿Qué es la ira?
La palabra ira proviene del latín "ira", que significa cólera, enojo. De ahí provienen también los términos airar, iracundo y airado. Se trata de una reacción asociada a un conjunto de sentimientos negativos, que se experimentan cuando nos sentimos atacados o amenazados por agente externos. Físicamente se manifiesta con un aumento del ritmo cardíaco, aumento de la presión arterial y elevación de los niveles de noradrenalina y adrenalina en la sangre. La persona puede experimentar enrojecimiento facial, sudoración, tensión muscular y mayor energía corporal.
Cuando una persona tiene ira le resulta difícil razonar, se ciega para escuchar otros puntos de vista y se deja guiar por estos sentimientos negativos. Por eso, en muchos casos, la ira conduce a la agresividad. Al tratarse de una sensación personal, cada uno la interpreta y expresa de una manera diferente. Si la ira persiste por mucho tiempo y aparece cada vez que recordamos un suceso negativo del pasado, es urgente resolverlo porque puede generar un problema tanto para la persona como para su entorno. Por ejmplo, alguien que ha sufrido un abuso y no ha podido hablarlo o quiere enfrentar a sus agresores, puede presentar brotes de ira en momentos puntuales de su vida, sin que sepa canalizarlo de otra manera.
¿Qué causa la ira?
La ira no se debe subestimar, porque es una respuesta a algo que nos molesta, nos incomoda, nos amenaza o nos hace daño. Si la persona es incapaz de afrontar esa situación se puede sentir vulnerable, angustiada y responder con agresividad, ya sea frente a la persona que le irrita (o le causó daño en el pasado) o frente a otras personas que nada tienen qué ver con lo sucedido. Incluso, una ira que no se ha canalizado adecuadamente puede devenir en autolesiones físicas (cutting, flagelaciones) o en merma de la autoestima (mensajes negativos hacia uno mismo, hacia sus propias capacidades).
Por tanto, la ira se asocia con momentos de temor, cansancio e irritabilidad.
Estudios clínicos han demostrado que la fatiga crónica, el estrés, los problemas sexuales, los cambios hormonales, el hambre, la depresión pueden ser factores que predispongan a la ira como respuesta a las situaciones incómodas, frustrantes o amenazantes.
La ira puede aparecer, de manera automática, ante las situaciones expuestas, en especial cuando impiden alcanzar un objetivo. Su función es que el cuerpo realice un esfuerzo superior para lidiar con alguna dificultad o amenaza que nosotros consideremos superior.
Tipos de ira
- Conducta agresiva y la violencia: ésta se caracteriza por usar la violencia para alcanzar un objetivo. Los especialistas describen este tipo de ira que viene de un sujeto carente de diálogo o habilidades comunicativas y bajo autocontrol.
- Ira como explosión: se presenta cuando una persona ha aguantado por mucho tiempo una situación que no es cómoda para ella. Debido a no saber cómo expresar la inconformidad, la persona estalla de un momento a otro.
- Ira como defensa: volvemos a lo ya mencionado, cuando el individuo se siente indefenso o que va a ser atacado. Es común en momentos de dificultad.
¿Cómo controlar la ira?
Ahora sí, llegamos a la respuesta que las personas buscan para poder controlar su ira y agresividad. La clave para controlar la ira está en tomar conciencia de los agentes que provocan a esta emoción. Si se tiene un autocontrol, se pueden evitar conflictos o malas experiencias personales. Pero, también existen otros puntos importantes a tener en cuenta si tú quieres controlar tu ira.
- No dejes acumular tu ira, gestiónala: No cargues con situaciones que te son injustas, reacciona antes de tiempo, de lo contrario vas camino directo a almacenar tu ira y enfado. Además, si todo lo que acumulas estalla, ten por seguro que no será para nada agradable ni para ti ni para las personas que se encuentren a tu alrededor. No querrás llegar a la violencia física y/o verbal. Es mejor que poco a poco vayas haciendo frente a tus problemas, no dejes que éstos crezcan.
- Evita tener la mentalidad de ganador/perdedor: Es común que la ira aparezca cuando algo no salió como lo planeaste. En estas circunstancias, es mejor que seas empático, ya que así podrás gestionar tu frustración. Por tanto, evita tener la mentalidad de querer ganar siempre, no se puede, mejor toma tus relaciones u objetivos como un juego: a veces se gana y a veces se pierde.
- Reflexiona causas y consecuencias de la irascibilidad: Antes de actuar reflexiona, no puedes ir por el mundo provocando a las demás personas. Por ejemplo, en el tráfico no puedes insultar a toda persona que veas porque tú estás atorado en el camino. Medita antes de cometer algún acto que después resulte en peores consecuencias.
- Descansa: Si no descansas lo suficiente, si no duermes tus horas apropiadas, ten por seguro que al amanecer serás irritable y la ira estará a la vuelta de la esquina. Por lo tanto, duerme tus 8 horas diarias y conseguirás pensar con claridad.
- Relajación, meditación, autocontrol: si quieres prevenir la ira, relájate. Para la relajación hoy en día existen diferentes técnicas que ayudan a conseguirlas: yoga, deportes, meditación… Ahora bien, al momento en que tú sientas tu ira va a explotar, es mejor que respires profundamente por lo menos durante 20 segundos.
- Evita lo que te irrita: Puede ser desde personas o situaciones que sabes pueden propiciar tu ira; por lo cual, evita todo contacto con este tipo de personas y momentos que ponen en jaque a tu ira.
- Terapia psicológica: Hay terapias que ayudan a controlar la ira de las personas y que mejor que acudir con un profesional en psicología que te ayude a encontrar las herramientas y a saber cómo canalizar tu ira. Este profesional te hará modificar actitudes ante situaciones que pueden provocar tu ira.
Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.
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