Pónle oreja a tu pareja... ¡No los cuernos!

Las relaciones de pareja funcionan desde la premisa llamada 'respeto', que es índice de sana tolerancia. ¿Quieres sanar tu relación de pareja?

9 NOV 2018 · Lectura: min.
Pónle oreja a tu pareja... ¡No los cuernos!

Sabemos que el amor es fundamental para las relaciones de pareja, para las relaciones familiares, para las relaciones de amistad. El amor es uno de los sentimientos más profundos del ser humano que nos conecta con otro ser humano y nos lleva a trascender, a conocernos, a disfrutar, a entregarnos, a recibir, a expresar nuestras emociones, etc.

Pero también es obvio que a veces hay situaciones en que se van limitando las expresiones amorosas en la pareja, etapas específicas en que se ha perdido la atracción, ya casi no hay química, ha bajado la libido sexual y se ha disminuido el romance y la intimidad o las cuestiones eróticas sexuales, el amor se fue debilitando, para convertirse en una costumbre, en una rutina cotidiana, o incluso se pierde el interés y las parejas se dejan de tocar y prefieren dormir hasta en cuartos separados.

El asunto aquí ya es más delicado y complejo, porque suele suceder que si las personas ya no tienen ganas de estar con su pareja, algunas tampoco quieren dejarle ir; les incomoda, les preocupa y les aterra la idea de separación o divorcio, quizá por temor a la soledad, por temor al qué dirán, o el qué pasará o qué sucederá, o por miedos a perder su estatus ante la sociedad, su identidad, su casa, su familia, la parte de la estabilidad, los beneficios que le aporta su pareja, o incluso, dudas y miedos de soltar y dejar ir hasta su propia zona de confort.

Es importante señalar que las relaciones de pareja tienen un proceso y obviamente no se siente la misma emoción o euforia de al principio cuando recién se va desenvolviendo a la persona y se vaya abriendo con nosotros para conocerla, que cuando ya la conocemos, ya la tenemos, ya tiene tiempo viviendo con nosotros y tan tan… ¡El encanto se rompió! Y mucho ojo: Aquí es urgente concientizarnos de un factor importante: ¿Qué es lo queremos? ¿Será que estábamos buscando a "La pareja ideal" de nuestros sueños?, ¿O será que nos equivocamos y que "La pareja real" que ahora tenemos no tiene nada qué ver con lo que habíamos soñado o idealizado?

En función de todo esto, cuando se trabaja en psicología clínica con parejas, la mayoría refieren infidelidad, celotipia y apatía. La infidelidad de la pareja parece ser el mal de nuestro mundo (por no decir el pan de cada día). Ambos, hombre y mujer, se quejan amargamente de que su pareja no les valora, no les atiende ni les entiende y de pilón hasta los cuernos le pusieron y la confianza se rompió en mil pedacitos. ¿Pues qué se esperaba? Obvio, surgen los reclamos: "Espérame, espérame tantito, yo a ti te desconozco", "Tú no eras así", "Jamás pensé que me faltarías al respeto y me lastimarías así", etc. Y es cierto, aquí sale la parte neurótica o patológica de la persona herida en lo más profundo de su ser, que se desgarra por dentro y grita y apunta con el dedo al otro queriéndolo despellejar vivo.

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Cuando una pareja que padece ya de una situación caótica o patológica como la que hemos mencionado, obviamente esa relación se ha ido desgastando y se fueron acabando muchas cosas. O hay relaciones en las que ella sale embarazada por ejemplo y prefieren sacrificar una vida, una relación, su bienestar y el bienestar del otro y a veces hasta de los hijos, por no tener las condiciones internas de madurez de plantear la situación y decir: "A ver, esto fue un asunto de un encuentro erótico pasional muy padre, muy rico, pero fue entre dos, no quieras dejar que cargue yo sola con el paquete" ¿Qué necesidad tenemos de llegar a ese extremo?

Aquí lo que pasa es que la parte subjetiva del ser humano no es así como muy rígida, o lineal porque las cosas pueden cambiar y aquí justamente en esta parte, la clave es el cuidado que necesitamos tener en la relación, porque algunos lo comparan con una planta por ejemplo, hay que sembrarla, cultivar el terreno o la tierra fértil, ya que su florecimiento dependerá de nuestros cuidados, hay que, limpiar la maleza, hay que tratarla con cariño, incluso hay personas que hasta acarician o acariciamos las plantas. Hay experimentos y estudios que dicen que cuando les hablamos amorosamente a las plantas se transforman y se ponen más bonitas, y en la relación de pareja puede ser así también, sucede lo mismo.

Y en ese sentido vale la pena hablar también de la co-dependencia emocional, porque muchas veces es como que te hago feliz a ti, pero me olvido de mí felicidad y aquí la cuestión se convierte en algo muy complicado porque ¿Cómo puede ser una relación amorosa, feliz, estable, armoniosa, si uno de los dos se sacrificó por el otro?, entonces ¿tu felicidad es mi felicidad? ¡Claro que no! Esto de la media naranja tampoco ¡Es un mito!... Ah, dicen "Es que es mi complemento" como dice la canción, mi media naranja ¡No!, porque cada quien somos una naranja entera, un limón o un plátano, dependiendo de cada quién, pero aquí la cuestión, es que justamente cada quien somos suficientes en sí mismos, es decir, no necesitamos que alguien o algo nos complemente.

Sin embargo lo mágico en una relación de pareja, es que a través de la relación se trasciende, ya no hablamos de tú, de yo, sino de "nosotros" y esto implica ir más allá por ejemplo del sexo que es rico que es padre, que se puede disfrutar, pero cuando se termina esa magia, la pareja tiende a buscarla en otra parte porque ya nada es lo mismo, a veces esa condición ya impactó y así como que ahhh esto ya no es disfrutable, no me gusta, no me satisface, y ciertamente hay relaciones de pareja que se quedan a vivir como hermanos, o sea, se acuestan, ven la televisión o revisan el celular y sanseacabó apagan la luz y no hay más señores ¡A dormir y a roncar! Porque ya no hay más. Pero también hay otras situaciones en las que a la menor dificultad, las parejas deciden decir ¡Adiós!. Habría que revisar eso porque una relación amorosa tiene que ver con el pasar del tiempo, porque va madurando. El amor es como un fruto llamado "AMAR-NOS". Pero el fruto no va a desprenderse del árbol a menos de que madure y no podemos obligar tampoco a que un fruto madure a la fuerza, aquí es importante esperar, darle su espacio, su ritmo, su tiempo, de lo contrario lo dañaríamos más, hay que ser muy respetuosos en este sentido.

¿Qué puedo hacer para no perder a mi pareja?

Lo primero es conocer tus recursos personales.

Segundo, conocer los recursos de tu pareja y

Tercero, que ambas fortalezas se conviertan en algo más sólido y se potencien

Porque se trata de que el amor florezca y funcione a partir del respeto mutuo que es índice de sana tolerancia. No puedo pasar por encima de ti como mi pareja que eres porque eso sería narcisismo, egoísmo, egocentrismo, como tampoco puedo permitir que tú pases por encima de mí, porque eso ya no sería amor, sino codependencia emocional. Tiene que haber equilibrio, consideración e incondicionalidad, compromiso y cariño.

Si deseas mayor información al respecto, escríbenos a Psico.mx, con gusto estaremos respondiendo a la brevedad posible a todas tus inquietudes.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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Comentarios 1
  • Refugio celia

    Mi esposo y yo tenemos 23 años de casado hace un año, en ese momento me dijo que se enamoró de la joven, le molestó mucho que yo hablara con ella, le dolió más que ella supiera que vivía con su esposa que lo que sentía yo, yo me regresé a México el se quedó, la mujer según no lo perdono, a un que apenas tenían un mes de que se estaban tratando, después el me pidió perdón y dice estar arrepentido que en ese momento no sabía lo que hacía, pero no quiere regresar a México, si yo no olvidó, y no se como olvidar lo que pasó.

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