No nos moriremos sin vivir aquello que hemos criticado

Constantemente nos acompaña en la vida la sensación de ser buenos en algunos momentos de nuestras vidas y malos en otras, pero ¿sera que realmente somos lo uno o lo otro?

20 OCT 2014 · Lectura: min.
No nos moriremos sin vivir aquello que hemos criticado

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Cuando nos enfrentamos a la cotidianidad de la vida, nos encontramos con que los sinsabores del día a día, no están en las grandes tragedias sin solución que acompañan a la literatura o al cine, más bien muchos de nuestros malestares se encuentran en las acciones o falta de acción de los otros, porque si fulanito no fuera como es, o menganita no hiciera siempre lo mismo, nosotros tendríamos la oportunidad de tener un día lleno de paz y armonía.

Lo cual es un cumulo de mentiras en diferentes sentidos, sin embargo por el momento centrémonos en la frase que titula el texto, para tener oportunidad de revisar otros aspectos en publicaciones futuras.

Sé que fácilmente podemos reflexionar respecto de esta frase y llegar a conclusiones donde todo lo que nos disgusta de los demás es algo que está dentro de nosotros o dicho de una forma menos elaborada: “lo que te choca te checa" que en realidad es cierto y es una puerta de entrada para acercarse a lo que quiero comentarles.

Sin embargo la idea que me quema el día de hoy es más bien esta imagen clásica del yin yang, donde el blanco y el negro están ambos formando un circulo, esta idea de que los opuestos se complementan, aunque suena muy al estilo del Joker (guasón) de Batman, o a maestro yogui, esta es mi conclusión después de una sesuda reflexión.

Pero… ¿Cómo llego a creer que esta idea de complementariedad tiene algo que ver con el título del texto?

Bueno pues mi camino para llegar a esta conclusión inicio en como la vida constantemente nos lleva por caminos inesperados y con frecuencia después de que hemos criticado cierta circunstancia o determinado proceder en la vida de alguien más y osamos rematar nuestras críticas con una dosis de sabiduría de que es lo que se debería de hacer o de cómo nosotros jamás haríamos algo así, de pronto en el devenir de las circunstancias terminamos haciendo justo eso de lo que renegamos en el otro.

Al principio de la reflexión me parecía simplemente una forma sarcástica del Universo (Vida, Dios, Ente superior, Algo mas) de darnos una lección por nuestra arrogancia frente a las circunstancias de los que nos rodean, lo cual sin ir más lejos es una gran lección.

Pero y siempre hay un pero, al menos conmigo siempre hay peros, me parecía que era insuficiente, porque como una lección, hacía falta tener conciencia de que estábamos repitiendo irremediablemente aquello que criticamos y seguir en desacuerdo para al menos sentir el ardor de comernos nuestras propias palabras (no es que crea en el dolor como la única vía de aprendizaje, es que la idea es tentadora) o bueno en una lección menos sangrienta darnos cuenta de cómo cambiamos de opinión y terminamos abrazando como verdad algo que criticamos tan fuertemente, sin embargo esto no sucede en casi ninguno de los casos, incluidos cuando me ha sucedido a mi o donde he visto que le sucede a otras personas.

Entonces surge la pregunta:

¿Como es que ideas tan diferentes u opuestas, terminan cambiando de lugar en la mente de una persona?

Y fue aquí donde realmente me tomo un poco más de tiempo dilucidar el camino, es decir, si tenemos algo que aprender de este fenómeno recurrente en la vida, a mi no me llegaba la respuesta. Pero después de dejarlo marinar un tiempo llego algo de luz y fue justo en un encuentro casual con la imagen del ying yang, en esta idea de la complementariedad, de un todo absoluto donde los opuestos son parte de una misma cosa.

Al principio me costó un poco de trabajo poder expresarlo, fue más como una certeza que se me escapaba, pero la idea se concreto en lo siguiente, no es que cambiemos de postura de manera radical en un juego sarcástico del Universo solo para mostrarnos lo equivocados que estábamos y lo acertado de lo que hacia el otro, ni en un esfuerzo infinito del universo por darnos algo de humildad, que al final de paso seguro de vez en cuando si nos llega.

Era algo completamente diferente, lo que sucede es que al ser parte de un todo, las ideas no solo se complementen, sino que los opuestos en muchos casos son el uno la continuación del otro, como en una especie de banda de moebius, donde al final más que obtener humildad podemos encontrar la ausencia de crítica, ya que lo bueno y lo malo se disuelve, mi postura no es mejor ni peor que la de mi vecino, simplemente es y es en la misma medida que la de mi vecino, y en la continuidad del tiempo ambas podrían cambiar y ninguno de los dos será mejor o peor por este simple cambio.

Es la idea de la universalidad la que se esconde detrás de esta frase y es por eso que quería compartírla, en el afán de tener la oportunidad de abrir nuestra conciencia a un mundo sin juicios.

Abraham Rodriguez

Terapeuta Transpersonal

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Escrito por

Abraham Rodríguez

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