Mujeres que se pierden ¡por amor!

La mujer está preparada para amar de mil maneras, pero la cultura y los condicionamientos sociales la limitan y la anulan, convirtiéndola en víctima de las circunstancias.¡Infórmate aquí!

11 MAR 2019 · Lectura: min.
Mujeres que se pierden ¡por amor!

"Soy tuya, pero me duele tu amor", es una frasesita de bolsillo muy conocida por miles de mujeres que pierden el camino, el rumbo y el sentido de sus valiosas vidas, cuando por amor lo dejan todo: hogar, familia, hijos, esposo, estatus, dignidad, vergüenza, permanencia, solvencia económica y, a veces, hasta la seguridad, la confianza, la individualidad y su propia identidad. Dichas mujeres van por la vida como verdaderas sombras humanas devastadas por su propio desaliento, fragmentadas, frustradas, apagadas, lastimadas, tristes, ahogadas en el mar de su llanto, sintiéndose usadas y abusadas, victimizadas, limitadas, anuladas… llegando a los límites de toda desesperación asfixiante y dolorosa.

Sí, llorando hasta el cansancio, pero ¡el consuelo no les llega!

Generalmente se trata de mujeres que prefieren perderse primero a sí mismas por no perder al hombre que las envolvió y las atrapó en su irresistible seducción. Pero lo más triste de todo esto es que esas mujeres no pueden, o no quieren, darse cuenta del juego psicológico en que han caído por parte del hombre casado, que no tiene ninguna intención de compromiso o de formalizar nada, porque civilmente no tienen nada que ofrecer, y la mujer lo sabe, y la mujer lo permite, y la mujer "así se avienta", así se entrega sin medir consecuencias, y se la juega como verdadera amazona guerrera luchando por lo que el otro le hace sentir sin piedad, sin compasión y sin misericordia, corriendo el riesgo de perder hasta su salud física y mental.

Obviamente, la mujer intoxicada por sus propios sentimientos y emociones fuera de control, está expuesta a caer en graves estados depresivos o estados de obsesión lacerante, llamada también Depedencia Emocional, relacionada con la baja autoestima. La mujer con carencias afectivas, es quien permite al otro sus atrocidades, su cinismo, su dolo alevosía y ventaja. Obviamente ella es quien a la postre pierde más a causa de sus debilidades. Termina ahogada en el charco de la autocompasión, llorando y gimiendo amargamente porque no fue capaz de dimensionar las consecuencias ni de prevenir circunstancias dolorosas y que quizá ni sepa, ni quiera saber qué puede llegar a pasar en su delirio de mujer locamente perdida en su enamoramiento desmedido, pero pues aquí no se trata de hacer juicios ni de mezclar sistemas de creencias, porque no somos nada ni nadie para juzgar y mucho menos nadie para condenar actos ajenos, por lo tanto, tampoco se trata de buscar culpables o responsables, sino de encontrar las mejores soluciones.

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Quizá en el fondo, el mayor crimen moral de las mujeres enamoradas, sólo sea su ignorancia, o el desconocimiento de lo que sucede dentro de su cerebro, pues de forma natural, al son que les tocan, ellas bailan (por decirlo de alguna manera), pero si supieran que ese "enamoramiento" es producto de su necia fantasía, que están ciegas y dopadas, implotadas, intoxicadas y que los únicos cómplices de su adicción, son los neurotransmisores, o sustancias que segrega el cerebro lo que causan ese embobamiento o arrobamiento amoroso. Todo gira alrededor de la persona amada, no tienen más mundo ni más pensamientos que para su "objeto-sujeto" de placer, ¡está clavada!, y por más que le digan y le expliquen, ni con manzanas ni con palitos va a entender que debe alejarse por salud física y emocional, por protección y prevención biopsicosocial, está poniendo en riesgo todo a cambio de nada, está perdiendo lo mejor por lo peor, porque el otro infiel manipulador, chantajista y controlador está feliz porque le salió bien su juego y la pobre presa con la baba de fuera ya picó el anzuelo, ¡Y ahora se friega por ilusa!. ¿No?

Entonces, no sería nada extraño, observar pues los resultados de esos juegos psicológicos que todos jugamos, según lo explica el mundialmente reconocido Dr. Eric Berne, creador del sistema de Psicoterapia individual y social denominada "Análisis Transaccional", donde el Dr. Berne expone las tácticas y maniobras inconscientes, así como las emociones ocultas que rigen nuestra vida, a través de esos juegos cotidianos.

Su libro "Juegos que todos jugamos", es una gran obra que nos revoluciona nuestro entendimiento de lo que realmente ocurre cuando nos relacionamos con las personas, no sólo en el aspecto amoroso de las parejas, sino en cualquier otra interacción.

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En concreto y de manera sólida, es menester hablar claro, pensar alto y sentir hondo: "nadie entra donde no se le deja entrar" y darle rienda suelta a la hilacha (como se dice coloquialmente), no es la mejor solución cuando ya la calentura neuronal nos está quemando los aparejos. Ya es hora de que tanto el hombre como la mujer de nuestro mundo, se pongan las pilas y piensen las cosas con objetividad, con dignidad, con respeto y se dejen de estarle echando la culpa a la cultura del mexicano:

"es que no tiene nada de malo", "es que así se usa", "es que todos lo hacen", "es que me gusta", "es que la quiero", "es que yo no la forcé", "es que fue ella la que me buscó y pues uno es hombre", y carajos… qué sacrificado el pobre hombre, a quien le dan pan que arranque ¿no?

¡Pues no señores, no se vale!, la lealtad no tiene precio, ni raza, ni credo, ni bandera, ni nacionalidad... la lealtad tiene un lugar muy especial en el corazón humano y es esa energía maravillosamente genuina, limpia y pura que todos llevamos en el alma, quien ya no la posee, perdió su alma, perdió su honor y con él todos los derechos de ser considerado el hombre más digno de ser amado y respetado de este mundo.

Si no sabes cómo lograrlo, aún estás a tiempo, acude a terapia, no te compliques más, ni pongas a discusión tu honor ni en riesgo a tu familia, no devalúes la vida hermosa que te espera. ¡Rescata tu honor y manda al carajo toda influencia tóxica y nefasta que amenace tu integridad femenina o que sea un impedimento letal para que crezcas interiormente y madures como mujer. Si así lo hicieres, que Dios te lo premie con un buen hombre a tu lado, y si no… ¡Que la vida te lo demande, para que aprendas a madurar y a valorarte primero! Eso es todo.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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