Mi hijo es introvertido, ¿Debo animarle a socializar más?
Ser introvertido en nuestra sociedad es complicado, porque la extraversión está mejor valorada. Ser introvertido es un rasgo de la personalidad, respetable y legítimo.
Es difícil para las personas crecer en un ambiente donde se valora la sociabilidad. La introversión es un tema que preocupa a los papás que notan esta característica de la personalidad en sus hijos: dificultad para integrarse en la sociedad. No obstante, la introversión no significa un problema, es una forma de ser que se debe aceptar y atesorar como cualquier otra.
A menudo los papás consideran que la introversión es una "conducta que acarrea cosas negativas en la vida de los pequeños", es por ello que buscan ser sus guías en un mundo que no para de hablar y en el que tal parece que socializar es la mayor cualidad. Sin embargo, los expertos no comparten este tipo de ideas acerca de la introversión; por lo tanto, es necesario que los papás acepten, amen a sus hijos, se deleiten de ellos y piensen que son geniales.
Las ideas que se tiene acerca de la introversión son únicamente fundamentadas en creencias y por la falta de aceptación ante lo que se considera que no es socialmente deseable; por tanto, este tipo de carácter se cree que es un problema.
Hoy en día los padres no aceptan y señalan el que sus hijos no sean sociables, que se le dificulte hacer decenas de amigos y que a cambio de ello prefiere tener una relación con un número pequeño de amistades. A veces es extraño para los papás ver como sus hijos pueden jugar solos durante horas o que prefieren quedarse en casa antes de salir. Pero, cabe mencionar que estos niños con carácter introvertido eligen vivir así su vida porque es así como la disfruten. No hay nada negativo en la vida de estos pequeños, al contrario, son fuertes emocionalmente y se encuentran sanos. La introversión no es ningún padecimiento.
A veces es difícil aceptar este carácter introvertido, más en estos tiempos en que la tecnología reina, en que la vida parece que se rige por tener un número gigante de amistades en redes sociales; lo mismo ocurre en el sector laboral y escolar. Ante este panorama se cree erróneamente que las personas introvertida sí tienen un problema que solucionar.
La necesidad de catalogar a las personas en el ámbito social
Quizá sea para bien o sea para mal, pero el ser humano a menudo busca encontrar explicación a todo y es en este proceso donde también empieza a clasificar comportamientos de las personas a fin de entenderlos.
El Psicólogo suizo Carl Gustav Jung a principios del siglo XX popularizó el término introversión, en su teoría se refería que una persona tiende a vivir dentro de su mundo interno. No obstante, la psicóloga Marta Martínez, autora Del proyecto Educación Respetuosa, opina que cada niño es único a pesar de que pueden compartir similitudes de comportamiento con otros.
Ser introvertido no es ningún trastorno, ningún mal comportamiento y ningún carácter negativo. Las personas introvertidas se encuentran rodeados de habilidades, son seres empáticos, poseedores de actitudes reflexivas; destacan por su prudencia y por ser observadores; además, son seres imaginativos y creativos. Se caracterizan por ser todo lo contrario a las personas extrovertidas en temas de socializar. Aman los ambientes tranquilos e incluso requieren tiempo para adaptarse a los cambios externos.
No debemos confundir a los niños introvertidos con aquellos niños que actúan con miedo, lo cual surge por sentir miedo al rechazo; ellos a diferencia eligen tener pocas relaciones con los demás. La elección de vivir así su vida no es por falta de habilidad social, puesto que su relaciones destacan por ser estables, positivas y seguras. Podrán tener pocos amigos, pero estos serán buenos y sobretodo se sienten plenamente satisfechos con su elección.
Como adultos no se debe forzar a cambiar el carácter de los niños. A veces se comete el error de creer que su comportamiento es negativo y se hace hasta lo imposible para que el pequeño se adapte al comportamiento que los adultos quieren ver. Si bien, estamos inmersos en una sociedad en la que, si el comportamiento no acomoda, se considera una patología. Para la sociedad es normal que los niños tengan hiperactividad, y si no se muestran motivados, etiquetan con déficit de atención y en este caso, el ser introvertido se cataloga como fobia social o asperger. Llegar a este punto, lo que sí se debe corregir es el diagnóstico y la medicalización que promete cambiar el carácter del pequeño.
¿Cómo deben actuar los papás?
La introversión puede ser desconocida para los padres, es por ello que presentan temor porque consideran que su hijo no actúa "normal ", ellos consideran que van en contra de lo que supuestamente es "normal y real", por tanto, los papás incitan a sus hijos a presentar otro comportamiento más extrovertido. Esos temores que presentan los papás provocan en la mente del niño pensamientos de que algo no está bien y es precisamente esto lo que sí ocasiona un problema.
Se invita a los papás a analizar y revisar su sistema de creencias y también a aceptar que sus pequeños son tranquilos, que también merecen y necesitan sentirse acompañados y respetados. Su carácter no es para rechazarlo, va más allá de la tolerancia: se debe saber atesorar.
A la fecha existen personas que han saltado a la fama y son introvertidas: Emma Watson.
Así como se destaca el talento y las habilidades en niños extrovertidos, también los niños introvertidos necesitan que sus padres los comprendan e incluso les hablen de sus propias experiencias personales.
Debe quedar claro que ser introvertido es un rasgo de la personalidad, por lo tanto, no es algo que requiere corregirse; no se necesita forzar al niño a que socialice más si no está en su naturaleza. Lo que se debe hacer es valorar su forma de ser, de sentir y se debe de aceptar que su personalidad es válida como cualquier otra.
Papás, tienen mucho trabajo por delante, deben aceptar que la introversión no es algo dañino, deben cambiar sus creencias. Si bien, quizá no sea un trabajo fácil y rápido, pero es un gran paso para comenzar a tomar conciencia sobre las propias limitaciones y juicios.
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