¡Los celos enfermizos me están matando!

Los celos extremos y enfermizos son el mayor causal de separaciones y divorcios, ¿sabías que la celotipia es un trastorno mental?, tiene solución clínica. ¡Busca ayuda profesional!

1 ABR 2019 · Lectura: min.
¡Los celos enfermizos me están matando!

Hablar de celos implica asomarnos decididamente al mundo de las emociones enfermizas de inseguridad, falta de confianza, dudas, sospechas, quejas cognitivas, dolor emocional, etc., Además, este es un padecimiento digamos de tipo moderno; es decir que lo padecen más frecuentemente las sociedades modernas. Es una especie de inquietud o intranquilidad, desazón y miedos de ser excluidos, remplazados y abandonados por la persona que amamos, trátese de la pareja, o de algún miembro de la familia, o también de algún sentimiento de apego o alguna situación laboral, social, afectiva y hasta económica, etc.

En las relaciones de pareja por ejemplo, suele suceder muy a menudo que los celos extremos y enfermizos son el mayor causal de separaciones y divorcios. Las parejas obsesivas y delirantes se preguntan: ¿Ya no me ama?, ¿Ya no le gusto?, ¿Ya no le importo?, ¿Andará con alguien más?... Y empiezan a ver moros con trinchetes o empiezan a agregar al otro, supuestos que no existen, o tal vez si existan, pero en ese caso lo primero que tendría que investigarse es si realmente los celos son reales o imaginarios, antes de dar por hecho algo que tal vez no es.

La celotipia es un trastorno mental delirante, y aquí se requiere la necesidad de precisar hasta qué punto el malestar o sufrimiento y el deterioro clínicamente significativo de las personas que lo padecen, resulta incapacitante.

Los celos realmente deterioran la salud física y mental

Alguien dijo que tenía ganas de rebelarse contra esa estupidez e incluso expresaba con bastante seguridad que jamás iba a caer de nuevo en ese charco de autocompasión: "¿celosa yo? ¡Jamás!", y sin embargo al acudir a terapia, tuvo que preguntarse abiertamente: "¿qué fue lo que pasó en su experiencia de mujer casada, para que haya aprendido a sentir vergüenza de hablar de algo que en verdad sí le estaba causando mucha vergüenza? ¡Qué difícil admitirlo! y hasta de reconocer que le causaba dolor y sufrimiento. Y es verdad, la mayoría de las personas (especialmente las mujeres), sentimos vergüenza de confesar que tenemos celos, la vanidad no ayuda a soportarlos. Una vergonzosa derrota de nuestra dignidad que genera tristeza, coraje, impotencia, cayendo incluso en estados depresivos severos.

¿Pero cómo se podría reaccionar con orgullo ante una infidelidad amorosa?

La percepción del insulto, y el temor de perder lo que más se ama, anula todo entendimiento es cierto, y es allí donde existe la dificultad mayor para asimilar con entereza y dignidad cualquier infidelidad amorosa. Ante esa situación, cuesta mucho trabajo entender la importancia de tomar decisiones inteligentes, se nubla la razón y no se pone de acuerdo con el corazón, pero aquí lo impostergable, es rescatar (a toda costa), el respeto que nos debemos a sí mismas(os) primero. Es menester poner por delante nuestro honor y nuestra vida, para que la misma cobre otro cauce, pues nadie es propiedad de nadie y aunque los celos sean una confrontación absurda que provoca rabia, ¿Qué necesidad tenemos de caer en un alud de reproches que no sirven para nada?, o mejor dicho, ¿Para qué conservar algo o a alguien que ya no nos es útil para nada?

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Las tragedias emocionales y sentimentales ocasionadas por los celos, ponen de manifiesto una pobreza interior muy urgente de atender clínicamente. La falta de recursos personales impide que haya visibilidad hacia las posibles soluciones. Se pierde la brújula, se pierde el rumbo y se pierde el camino con el orgullo herido y la decepción amorosa a flor de piel. Los celos se convierten en ira, en abatimiento, en postración, en hundimiento, en desolación… ¡Y a veces en deseos de venganza! Cuando alguien le pagó con moneda negra sus servicios nobles… ¡Se hunde en el dolor que le aniquila!

Muchas parejas que padecen de celotipia obligan a su cónyuge a acudir a terapia bajo amenaza de abandono, pero no se trata de obligar a nadie sino de entender que los celos son excesos de inseguridad, o carencias afectivas, cela lo que no posee y convierte al sujeto en objeto que le brinda seguridad y cuando se siente amenazado de pérdida, genera el celo, se apega y se convierte en un codependiente emocional. Eso no lo puede arreglar sola la pareja, tienen que acudir a terapia, pero ambos, en el ánimo de reparar su relación. Es importante atender ese desequilibrio, porque la desazón y el malestar ocasionados por los celos, se podría extender a muchas áreas o zonas de la vida.

El dolor emocional se vuelve crónico sin atención terapéutica, crece y puede comenzar a pasar factura no sólo mental sino también física. Cuanto más tiempo pasa y mayor es el caos que provocan los celos, más difícil es recuperar el equilibrio, la armonía original y natural de la pareja.

Si no sabes qué hacer al respecto, acude a tu psicólogo de confianza para que puedas potenciar tus propios recursos personales y estés en disposición de tomar las mejores decisiones para tu valiosa vida. ¿Te atreverías a intentarlo hoy?

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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