​La primera impresión sí es importante

Muchas veces esa impresión, pese a estar mal fundamentada, terminamos por creerla y es lo que marca el camino de una relación

5 AGO 2018 · Lectura: min.
​La primera impresión sí es importante

Como seres humanos que somos, es normal que después de conocer a una persona hagamos una valoración de ella; incluso, no se necesita más de un par de minutos para tener una primera impresión. Esta impresión se conforma por rasgos de la personalidad de la otra persona: gestos, modales, vos, apariencia…

A través de un estudio queda comprobado que la primera impresión sí es importante.

Muchas veces esa impresión, pese a estar mal fundamentada, terminamos por creerla y es lo que marca el camino de una relación.

La realidad es que hoy en día los prejuicios influyen sobre nuestras decisiones; la verdad, la primera impresión sí es importante. Al ver por primera vez a esa persona nos provoca un efecto, una sensación que marcará pauta desde el primer encuentro; aunque no queramos, se genera una opinión acerca de ella.

En la universidad neoyorquina Cornell se realizó un estudio, pese a que la mayoría lo niega, uno se deja llevar por la primera impresión y esta se mantiene al paso del tiempo; es difícil que se cambie.

Durante el estudio realizado participaron 55 personas, las cuales tenían que observar cuatro imágenes de una mujer y de ahí valorar qué impresión les generaba, contando su personalidad abierta, simpática, inestable, tímida, segura…

Esa opinión o perspectiva que tenían las personas acerca de esa imagen se componía no sólo de la propia apariencia física o estabilidad emocional, sino que también se valoraba el estilo de vida de esa mujer, la manera en cómo serían sus relaciones sociales, de pareja, si es feliz o no…

Lo interesante de este estudio es que, después de seis meses, los investigadores organizaron un encuentro de las 55 personas participantes y las mujeres de la fotografía. Este encuentro duró 20 minutos; después de ese periodo los participantes nuevamente tendrían que realizar otro juicio sobre la impresión que les había generado esa persona, así como su personalidad.

Después, los investigadores trabajaron con los dos juicios que realizaron los participantes. En la mayoría de los casos no hubo gran variación entre el primer juicio y el segundo, sin importar si la opinión fue negativa o positiva. Al igual, los investigadores concluyen que la opinión que se produjo en el encuentro con la mujer no distaba mucho de los juicios de personalidad que realizaron los participantes de ellas mediante su fotografía; únicamente variaba de manera radical entre unos y otros.

Por lo tanto, en el estudio queda señalado que las señales faciales que se observan por primera vez en una persona, así sea mediante una fotografía, determinan el tipo de personalidad que tiene y el tipo de interacción que se puede manejar con ella.

Para la mayoría de las personas, ese efecto o esa primera impresión que tenemos al ver por primera vez a alguien es difícil que cambie, nos apegamos a la realidad que queremos ver y es en lo único que a veces nos basamos, sin importar si es real o no.

Ahora bien, a través de este estudio se identifica que aquellas personas que dieron una valoración negativa en las mujeres establecieron una convivencia más fría y distante. Mientras tanto, aquellos participantes que emitieron una crítica positiva, durante su encuentro establecieron una comunicación más animada y cercana.

En conclusión, este estudio logra comprobar, aunque lo neguemos, que la impresión que nos de una persona la primera vez y basada en su físico será la que se mantenga y es difícil que cambie a pesar de mantener una charla con ella. Ese juicio que nosotros generamos no es otra cosa más que lo que pensamos acerca de la personalidad de la otra persona y puede influir de manera positiva o negativa; es un parteaguas a la relación que se establecerá con ella.

Por lo tanto, en este estudio queda demostrado que las personas somos demasiado observadoras y bastante buenas para sacar un análisis en un breve tiempo.

Además, a través de lo que escuchamos, observamos e incluso olemos, podemos conocer a una persona; pero ello no solamente en el plan físico, sino también en sus creencias, opiniones y acciones. Suele suceder que cometamos un error acerca de cómo catalogamos a esa persona, pero la primera impresión es la que siempre va a estar presente y muy bien guardada; además, queramos o no, esta termina por dirigir el rumbo de la relación, sea cual sea y en el plano que sea.

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psicólogos
Escrito por

Ana Delgadillo Almeraya

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