​La ira

De no controlar la ira y aquella irritabilidad que ciertas vivencias o situaciones nos provocan, caeremos en un profundo odio.

21 ABR 2017 · Lectura: min.
​La ira

Todas las personas hemos protagonizado algún momento de ira, es natural que ésta nos acompañe a lo largo de nuestra vida. No obstante, esta emoción siempre viene justificada de alguna situación o conflicto por el cual estemos atravesando. De no controlar la ira y aquella irritabilidad que ciertas vivencias o situaciones nos provocan, caeremos en un profundo odio.

Un obstáculo, el pasar por emociones fuertes y que nos hacen sentirnos heridos o bien, cuando algo se nos dificulta poder cumplir, en la mayoría de los casos nos conduce a la ira. Es normal que al presentar esta emoción las personas reaccionen y se protejan de aquello que les causa malestar.

¿Qué es la ira?

La ira es una de las tantas emociones que presentamos las personas; además, es una reacción compleja, la cual se puede expresar o poner en funcionamiento de tres maneras diferentes.

  • Respuesta corporal: nuestro cuerpo es el que se activa a fin de actuar de defensa o bien, se prepara para el ataque. Lo que ocurre con nuestro cuerpo es lo siguiente: el ritmo cardiaco incrementa, la respiración se acelera, los músculos se tensan y el flujo sanguíneo se dispara; es una especie de exitación y adrenalina, las cuales nos incitan a actuar de manera agresiva cuando estamos ante una amenaza.
  • Respuesta cognitiva: es la manera en cómo interpretamos las cosas o las situaciones. El valor personal que se le da y no estamos hablando de las emociones, en sí, únicamente le damos significado. La ira se desarrolla a través de lo que uno piensa, ya que de nuestro pensamiento se desencadenan las emociones; es por ello que, si presenciamos un mal acto, una injusticia o algún obstáculo en nuestras vidas, sentimos ira. Por ejemplo, seguramente has mencionado frases como "no soporto más" "cómo te atreves a hacerme esto" "parece que la vida no me hace justicia" entre otras frases más, son las pioneras de que nuestra ira se desate, lo cual en el peor de los panoramas podemos llegar a ser agresivos.
  • Gestión conductual: esta es la última respuesta de ira, la conducta. El comportamiento que tenemos ante ciertas situaciones es a modo de defensa de todo lo que se interpone a nuestro paso cuando queremos lograr ciertos objetivos o metas. Lo que sucede es que reaccionamos debido a una energía interna que hace que cometamos ciertos actos, en sí, de destrucción ante nuestros obstáculos.

A este punto es muy importante aclarar que, no debes confundir la ira con la agresividad, son muy diferentes y la última se representa en diferentes maneras, no solo en tres a comparación de la ira. Sin embargo, la ira si se puede expresar de manera agresiva, todo depende de las conductas y el ambiente en que nos hemos desarrollado a lo largo de nuestra vida, así como del entorno en el que estamos.

No siempre las personas actuarán en forma de destrucción ante cualquier obstáculo que imposibilite alcanzar logros, también hay personas que se enfocan especialmente en la resolución de sus problemas.

Ahora bien, la ira es una de las emociones más fuertes que poseemos todos los individuos. Es una emoción que es necesario que se desencadene y es difícil de controlar, sobrepasa los límites.

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Consecuencias de la ira

Cuando la ira no es controlada o es inevitable hacer algo por la persona que en determinado momento tiene un ataque de ira, ésta puede traer graves consecuencias, tanto para el que la sufre como para quienes la presencian. En la mayoría de los casos, de ser que la ira no se controle, los resultados que buscamos al desatar la ira serán los contrarios, en lugar de solucionar las cosas, se empeora el panorama.

Algunas de las peores consecuencias que puede acarrear la ira son las siguientes:

  • Descontrol en nuestra manera de pensar y ver las cosas, por lo cual repercute en nuestras acciones
  • La ira lleva a actuar de manera impulsiva, se carece de razonamiento, no se piensa con claridad; por tanto, no se miden las consecuencias.
  • Somos propensos a ponerlos a la defensiva aun cuando no es necesario
  • Se complica reconocer nuestros propios sentimientos
  • Pone en riesgo la salud, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares se manifiestan
  • Los demás tendrán una opinión negativa de nuestra persona, lo cual los encamina a evitarnos

Beneficios de la ira

Así es, incluso la ira tiene sus beneficios, pero no te confundas, descubre por qué.

Cuando la ira es bien gestionada incluso puede aportar beneficios a tu vida. Recuerda que la ira es una emoción y es inevitable dejar de sentirla. En algunas ocasiones juega a nuestro favor.

  • La ira energiza
  • Nos ayuda a cumplir actividades u objetivos que resultan complejos
  • Hace que salgamos a la defensa de nuestros derechos o puntos de vista
  • Resuelve conflictos
  • La ira actúa como alarma ante alguna amenza o situación donde se lleve a cabo una injusticia

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psicólogos
Escrito por

Revisado: Jairo Hernández

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