La cita urgente con el amor

Qué ridícula o ingenuamente pretenciosa parecería la idea de solicitar una cita urgente con el amor ¿verdad?, pero no lo sería tanto, si en vez de quejarnos siempre de que las flechas de Cupido se acabaron y no encontramos al verdadero amor afuera de nuestras vidas, se le buscara por dentro de nuestra valiosa vida, ya que el amor es un problema absolutamente individual.

En este marco, nos llama poderosamente la atención leer algunos conceptos sobre el amor, en los diversos tratados del Dr. Carl Gustv Jung, destacado Médico Psiquiatra y Psicólogo Suizo (1875-1961), quien desde muy joven quedaría atrapado en el fascinante universo contenido en la mente humana. Más tarde recibió numerosas distinciones académicas, entre ellas, la graduación "honoris causa" de la Universidad de Oxford, entre muchas otras. Pero lo interesante de dichos textos, es que están asociados (la mayoría), con las relaciones amorosas de la época y al mismo tiempo, las plasma en sus ensayos de manera tan profunda, pero a la vez tan delicadamente exquisita, que resulta todo un arte y un privilegio entender y asimilar el pensamiento esotérico-místico y al mismo tiempo científico de este gran personaje tan reconocido en los ámbitos de la salud mental, por sus muchos y variados aportes a la ciencia, pero sobre todo por la forma tan perfecta de describir al amor:

"El amor es la fuerza del destino que abarca desde el cielo hasta el mismo infierno", (aunque no sean juicios concretos), pero sí bastante reflexivos que dejan abierta la propuesta al lector silente, a sacar sus propias conclusiones.

Por ejemplo, a diferencia de los postulados del Dr. Sigmund Freud, (Padre del Psicoanálisis 1856-1939), quien decreta que la raíz del trauma era siempre de carácter sexual, es decir: Represiones de la libido sexual del ser humano, el Dr. Jung (su alumno), refuta dicha teoría, emancipándose del psicoanálisis original, para formar su propia Escuela de Psicología Analítica y mostrar al mundo su propio postulado sobre el inconsciente colectivo. Es decir, que para el Dr. Jung, existe una estructura cerebral, en la que se puede acceder a una especie de pensamiento colectivo, cuya tendencia y característica es determinada por la sabiduría universal, conectada con el inicio del pensamiento humano.

Entonces, desde el anterior punto de vista, sería comprensible deducir que el amor verdadero si existe y es de carácter universal, es decir, genuina y auténticamente libre, sólido, individual y maduro, que no exige nada porque no necesita exigir ni sujetarse a condicionamientos socioculturales, ni ataduras de ninguna especie. Esto conlleva a una verdad suprema, porque es innegable que cuando llegamos a este mundo veníamos solos y cuando nos toque partir, tampoco nos llevaremos nada ni a nadie. Y claro, es cierto a nadie le gusta pensar en estas cosas porque nos sentiríamos solos y extraviados en el bosque de la vida ¿verdad?.

Sin embargo, tenemos que reconocer que el amor fluye de manera libre, llega sin buscarlo, llega sin pedir permiso y a veces se va sin decir adiós. ¿Sabes por qué?, Porque filosóficamente hablando, el amor es como un pájaro de albo plumaje que le gusta planear majestuosamente libre por las corrientes de la vida, no le gusta que lo claustren, ni le sujeten, ni lo aprehendan ni que lo encierren en una jaula ni lo condicionen a nada, porque él es libre, y si lo sujetamos y lo encerramos en una jaula, se entristecería, no cantaría, se asfixiaría y moriría lentamente en su propio sopor. De allí que alguien dijo alguna vez:

"Suelta ese amor, no te apegues a él, no lo ates ni le exijas, ni lo asfixies ni lo condiciones, suéltalo, déjalo libre, déjalo ir, no dependas tanto de él. Si el amor es tuyo volverá a ti, y si ya no vuelve, caray… pues no pasa nada, es que nunca lo fue y punto".

No podemos ir por la vida conformándonos con migajas de amor ajeno, ni poniendo en manos de otros nuestra valiosa vida. El amor verdadero empieza por uno mismo, está adentro de nosotros, no afuera… y es una utopía pensar que llegará alguien a tocar las puertas de nuestro corazón y nos dirá: "Hey, aquí estoy, vengo a darte el amor que pediste, pero yo espero que tú también me des el tuyo para ser feliz". ¡Claro que no!, porque si así lo hiciéramos estaríamos muy probablemente frente a una persona con un trastorno afectivo llamado co-dependencia emocional que incluso, seguro la llevaría a proyectarnos muchos miedos, dudas, celos e inseguridades, falta de confianza y una autoestima por demás baja y dañada… Obvio, tarde o temprano esa relación terminaría en la lona con todo y zapatos. ¿Eso es lo que quieres para ti?

Reconocer y aceptar el amor que vive dentro de nosotros, nos asegura el éxito hacia nuestra auténtica y legítima felicidad, date permiso entonces de conocerte primero, concerta una cita con tu propio corazón, comunícate, platica con él, y si se puede, ponte en su lugar para que puedas entender cómo se siente, qué espera y qué quiere de ti, así de manera sencilla, clara, precisa y concisa, respira tu esencia, huele tu respiración y sumérgete profundamente en esa frecuencia de perfume invisible… ¡El río de tu propio amor!, el corazón te abrirá sus puertas hacia esa dimensión desconocida, intensa y pura, para percibir la energía vibrante sanadora del reino de tu propio Ser. ¡Ámate, valórate, cuídate!, si no lo haces tú, ¿entonces quién?, si no lo haces ahora, ¿Entonces hasta cuándo?

La respuesta es tuya, te pertenece, y cualquiera que esta sea, quiero que sepas que vales mucho, y que por siempre mereces todo el amor, toda la sabiduría y todo el respeto. Puedes estar seguro(a) que si funcionas bien contigo mismo(a) primero, estarás en posibilidad de funcionar con la pareja que tú elijas. ¡Tú estás para escoger, no para que te escojan!, ¿De acuerdo?

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