¿La ansiedad se cura o se transforma?

¿Qué es la ansiedad? ¿Acaso refiere al estado que sentimos cuando esperamos con ansias algo, por ejemplo, un viaje programado, una cita, los resultados de un examen? No precisamente. Bueno, esos sentimientos también son síntomas de ansiedad; pero ese trastorno médico que afecta a millones de personas en la actualidad es otra cosa.

Entonces, ¿qué es la ansiedad?

Quienes padecen este trastorno con frecuencia tienen preocupaciones y miedos intensos, excesivos y persistentes sobre situaciones diarias. La ansiedad tiene manifestaciones físicas y mentales. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

• No poder conciliar el sueño.
• Dificultad para concentrarse o para pensar en otra cosa que no sea la preocupación actual.
• Sensación de debilidad o cansancio.
• Sensación de nerviosismo, agitación o tensión.
• Aumento del ritmo cardíaco.
• Respiración acelerada.
• Temblores
• Problemas gastrointestinales.
• Somatización de emociones a nivel físico que se manifiestan en dolores de espalda en general.
• Sensación de peligro inminente, pánico o catástrofe, que pueden agudizarse y transformarse en ataques de pánico.
• Tristeza, y evolución de la depresión asociada a los trastornos de ansiedad.

Todos estos síntomas afectan la cotidianidad de las personas que sufren ansiedad. Son sentimientos difíciles de controlar, capaces de generar un alto nivel de sufrimiento personal, problemas en el seno familiar, en la pareja y en las relaciones interpersonales. Quiénes atraviesan por este estado frágil de salud mental difícilmente puedan reconocer estos síntomas y es así como se agudiza el trastorno de ansiedad que puede desarrollarse en una depresión. Entonces, ¿cómo darse cuenta que estamos transitando por este problema?

Algunos estados que merecen particular atención:

• Te preocupas demasiado y ésto interfiere en tu trabajo, en tus relaciones y en otros aspectos de tu vida.
• Estos sentimientos que no reconoces aún o que no puedes encasillar te causan malestar y te resulta difícil controlarlos.
• Te sientes triste frecuentemente sin ninguna causa aparente.
• Crees que tienes un problema físico que sería el causante de tu sentimiento de ansiedad.
• Tienes pensamientos o conductas suicidas.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que hay un vínculo muy estrecho entre la ansiedad y el estrés. Este último no es ajeno en la actualidad. Ya se ha inmiscuido en nuestras realidades y es uno más en nuestro día a día. Sin embargo, cuando el estrés traspasa cierto umbral de tolerancia aparecen trastornos mentales, entre estos la ansiedad, que de no ser tratada a tiempo puede desarrollarse en enfermedades mentales crónicas como la depresión. También se le asignan otro tipo de enfermedades como enfermedades cardiovasculares, trastornos dermatológicos, trastornos digestivos, disfunciones sexuales, dolor crónico, entre varias más.

¿Cómo tratar la ansiedad?

Una vez diagnosticada, es fundamental tratar la ansiedad para que no se desarrolle en enfermedades crónicas y más difíciles de controlar. Una de los tratamientos más recomendados por los profesionales de la salud mental hoy día es la combinación de farmacoterapia y una forma de psicoterapia denominada conductivo conductual. Estudios sugieren que esta forma de psicoterapia ayuda en un 70-90 % a quienes padecen ansiedad.

Hay otras alternativas también que pueden ayuar a aliviar este trastorno: actividad física mantenida a lo largo del tiempo (se recomiendan actividades aeróbicas como caminar, correr, bicicletear, nadar), yoga, meditación, mindfulness, y cualquier terapia alternativa que ayude a la persona a reducir sus niveles de estrés.

Es condición indispensable la voluntad del paciente para aceptar, en primer lugar, que sufre un trastorno (mental, difícil de diagnosticar) y, en segundo lugar, afrontar y transitar un tratamiento que no dará resultados a corto plazo. Es esta última razón la que puede generar más ansiedad aún.

Entonces, la ansiedad es una enfermedad tratable que se puede curar. Pero, de persistir en el tiempo, o de no ser detectada a tiempo, y de no actuar pertinentemente puede desarrollarse en formas más agudas de ansiedad generalizada y convertirse en una enfermedad crónica, en una depresión, en ataques de pánico y en otros trastornos mentales más difíciles de curar.

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