¡Exprésa-te... No reprimas tus emociones!

Expresar emociones conlleva a tener buena salud física y mental. Tragarnos lo que sentimos tarde o temprano nos enfermará, nos intoxicará. ¡Vomita tus indigestiones!, busca ayuda profesional

6 JUN 2018 · Lectura: min.
¡Exprésa-te... No reprimas tus emociones!

Expresar emociones conlleva a tener buena salud física y mental. Entonces es obvio que cuando las emociones no se expresan, se quedan estancadas o atoradas en la parte más vulnerable del cuerpo, causando estragos en el organismo humano, distorsionando los pensamientos, sentimientos y emociones, alterando sensaciones, percepciones y hasta la interpretación de los esquemas mentales, deteriorando y desequilibrando a su vez, los sistemas y circuitos energéticos de todo nuestro Ser. ¡Un verdadero caos físico, mental y espiritual!

Es apenas normal, que una persona que acostumbra callarse, aguantarse o tragarse sus emociones, siempre estará enferma, somatizada e indigestada por sus propias emociones negativas, implotada e intoxicada energéticamente, ocasionando a su vez, una severa inflamación neuroemocional, debido a la saturación cognitiva que producen las descargas de ira, de rabia, de miedo, de odio, de temor, de culpas, de dudas, de enajenación …

Todo lo anterior, hace corto circuito en las redes neuronales, obstruyendo y quemando el buen funcionamiento de las mismas, o bien, ocasionando derrames y hemorragias cerebrovasculares. Estos "Ataques Cerebrovasculares", o microinfartos, pueden presentarse de dos formas: Disminución del fluyo sanguíneo en el cerebro debido al congestionamiento de los vasos capilares y membranas del cerebro y la ruptura de estos, pues la presión arterial alterada considerablemente, satura los ductos y conductos por donde fluye la sangre demasiado caliente que desborda su torrente circulatorio ocasionando el accidente cerebrovascular ¡Qué desgracia, cuando pudo haberse evitado!

Sin embargo, lo anterior no indica que tengamos que darle rienda suelta al ego y que nos valga chetos todo y desbordemos sin ton ni son, todo el caudal de emociones que surjan, ¡Por supuesto que no!, sino darnos cuenta primero cómo nos controlan nuestras emociones en vez de ser nosotros quienes las controlemos a ellas para corregirlas.

Cuando aprendemos a observarnos y damos cuenta de qué manera nos controlan nuestras emociones, de qué medios se valen para tomar el control sobre nosotros, nos daremos cuenta qué clase de pensamientos las ocasionan, o tal vez sean recuerdos exhumados que atormentan, añoranzas, frustraciones o planes fallidos: Una palabra, una persona, un olor, un sabor, un color, o tal vez, un objeto, una situación, una canción que nos remota a la neuro-asociación de algo o alguien que en el pasado nos falló, nos traicionó, nos sacó de nuestras casillas y pasado el tiempo, otra vez está allí invadiendo nuestra privacidad como un ladrón que viene a saquear nuevamente nuestras fuerzas, como un asaltante en medio del camino. Nos damos cuenta que está allí otra vez en nuestra mente, gatillándonos otra vez esa pauta energética limitante que no nos suelta, no nos deja avanzar en libertad y definitivamente ¡Nos controla!

Manejar emociones, saber elaborarlas o gestionarlas, implica por supuesto, conocerlas primero. "Un talento se forma en la calma, un carácter en el torrente del mundo" –Decía Johann W. Goethe- Esto se puede aprender a analizarlo mediante la psicoterapia. Buscar las causas, los motivos, los orígenes, el porqué nos autosaboteamos o nos autoboicoteamos con tanta facilidad. Nos impacientamos, nos enojamos, nos ponemos a la defensiva. Se trata de verificar porqué nos molestan tantas cosas que hasta nos encienden con suma facilidad, o nos hacen explotar como palomitas de maíz al menor contacto.

Se trata pues, de hurgar dentro de nosotros, buscar y rebuscar las causas, investigar seria y disciplinadamente, para encontrar cuáles son los detonantes, estresores, patrones limitantes o riesgos biopsicosociales que nos desestabilizan y nos llevan a la lona con todo y zapatos y con tanta facilidad. No puede alguien decirnos alguna palabrita ni de broma, porque ya estamos ladrando con la espada desenvainada y dispuestos a defendernos aunque sea con la crítica mordaz dentro de nuestro pensamiento, porque a veces ni nos animamos a defendernos con la boca y preferimos tragarnos todo por no tener conflictos emocionales con nadie. Nos autocastigamos automáticamente guardando rencores que a la larga terminan enfermándonos… ¿Y el otro? ¡Bien gracias!, ni cuenta se da. Entonces, ¿Porqué nos limitamos y nos anulamos perdiendo el tiempo miserablemente?. ¡No puede ser!... ¡Esto ya no puede seguir así!... ¡No se vale!

Busca ayuda profesional si no sabes cómo empezar. Acude a tu psicólogo o psicoterapeuta de confianza, ábrele tu corazón para que pueda ayudarte a bajarle dos o tres o más rayitas a tus presiones, a tu estrés, a tu ansiedad, no temas por favor, dicen que no hay peor lucha que la que no se hace ¿Y qué tal si aprendes a controlar tus emociones?. Recuerda que tener un carácter sólido y genuino, solamente lo podemos demostrar cuando sabemos dominarlo.

PUBLICIDAD

Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

Ver perfil
Deja tu comentario

PUBLICIDAD

últimos artículos sobre coaching

PUBLICIDAD