Éramos amantes y ahora nos casamos ¿funcionará?

Los amores prohibidos implican un idilio, pueden ser como un rayo, que parte tu existencia en dos, un antes y un después. También es harto conocida la ilusión de parte del o de la amante de que la persona que mantiene una relación oficial se separe de esa pareja. En ocasiones esto sucede y ya no tienes que esconderte, es ahora oficial la relación que mantiene contigo.

¿Funcionará ahora la relación que mantenían oculta? Es ese el primer interrogante que cualquier persona atraviesa al convertirse en la pareja oficial, después de haber sido el/la amante.

¿Existen prioridades que hacen que el/la amante no se convierta en oficial?

Para la persona casada o con pareja oficial, esa familia siempre estará en primer plano. Respecto del amante, esa persona siempre será “el/la otro/a”, además del responsable de haber destruido una familia. Son innumerables los ejemplos en que el amante sólo es un cable a tierra en momentos de estrés y a los que la persona infiel acude cuando algo de la cotidianidad lo sobrepasa, no más que eso.

Claro está que puede ocurrir que los amantes se enamoren, uno de ellos o ambos. Cuando la relación extraoficial comienza a transitar por este sendero, las cosas se pueden complicar y será necesario que puedan consensuar cómo continuarán.

Entonces ¿Vale la pena dejar de ser el/la otro/a? 

Cuando te hayas involucrado sentimentalmente con tu amante, necesariamente querrás que deje a su pareja oficial, porque la figura del/la otro/a te traerá serios problemas a tu vida y tu salud emocional.

Los Pro de casarse

• Estará a tu lado cuando necesites apoyo. Ya no tendrás que pasártela solo o sola cuando tengas algún problema, siendo esposos estarán allí para atravesar las etapas complicada de tu vida.
• Pasarán cumpleaños juntos. Las fechas importantes las pasará contigo. Cumpleaños, Navidad, Año nuevo. Ya eres parte de su vida completa y su prioridad. 
• Serán compañeros. En las buenas y en las malas, tendrán que tolerar no solo los buenos humores del comienzo, sino las pequeñas miserias que antes no aparecían en los fugaces momentos de encuentro.
• Implicará tu compromiso. A medida que crecemos la idea de la soledad empieza a ser una sombra que asusta, es allí cuando nos damos cuenta de que alguien estable a nuestro lado es la mejor opción de vida.
• Compartirán la diaria. El de él/ella será el primero y el último beso de tu día, y la verdad es que vivías anhelando esa situación. Tendrán que arreglárselas para que la pasión y el deseo que estaba presente en cada encuentro a escondidas no se apague por el desgaste diario.

Pero también hay contras...¿Se arriesgan y dan un paso más?

Comencemos por aclarar que la emoción de lo prohibido se extinguirá, eso de que tengas que esconderte, no presenciar lugares públicos acompañado de tu amante – ahora pareja oficial – ya no será un inconveniente. Tampoco subsistirá la imagen perfecta del o la amante con quien apenas compartías algunos ratos por día o por semana. En cambio, sí comenzarán los dilemas rutinarios propios de la convivencia en pareja o en matrimonio, los cambios de humor, las malas contestaciones o quizás los planes individuales en busca de un poco de aire.

La respuesta no es sencilla de responder, y lo cierto es que no se trata de un simple “sí o no”, la mayoría de las veces los infieles no optan por casarse con su amante, no está en los planes de vida que consideren llevar a cabo algún día. 

Un factor a superar es la carga social, especialmente en los casos en que la infidelidad proviene del hombre, la mujer que cumple el rol de amante es mal vista por la sociedad, por amistades o familiares del infiel, consecuencia proveniente del machismo que continúa presente en nuestros días.

Los seres humanos solemos ser víctimas de nuestro propio ego. No hay nada que resulte más placentero que ser la favorita o el favorito de aquella persona con quien construimos un vínculo sexo afectivo, sea a la luz del día o a escondidas. A esta altura, si ya han tomado la decisión, lo que queda es intentar conservar lo bueno que tenían siendo amantes, agregando a la relación los deseos contenidos de una vida juntos. Eso sí, tolerando y aceptando que el combo no viene solo, habrá riesgos cotidianos que van a poner a prueba constantemente a la nueva pareja estable. 

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