Diferencias entre hiperactividad e hipomanía en el trastorno bipolar

Ambas corresponden a una clínica compartida en donde los síntomas similares pueden llevar a confusión; pero es imprescindible diferenciarlos para dar con el tratamiento psicológico adecuado.

16 ENE 2020 · Lectura: min.
Diferencias entre hiperactividad e hipomanía en el trastorno bipolar

El déficit atencional hiperactivo y el trastorno bipolar tipo II (con episodio hipomanía) presentan síntomas comunes que pueden confundir los criterios diagnósticos de ambos desórdenes psicológicos.

Estos son la dificultad en la concentración, la hiperkinesia (que se caracteriza por el movimiento permanente en cualquier tipo de tarea), la impulsividad y un estado irritable.

La hipomanía se entiende como una condición afectiva, presentando síntomas de exaltación, furia y un ánimo expansivo que se diferencia claramente de un estado de ánimo normal; pero no es de gravedad suficiente como para impedir a la persona desarrollar sus actividades, ni le genera un malestar que amerite el tratamiento clínico.

Al no ser de gravedad, la hipomanía no llega a ser un trastorno sino que se entiende como un episodio en el contexto de un trastorno bipolar de tipo II y/o de ciclotimia. En la hipomanía no hay sintomatología psicótica como en la manía (también presente en el trastorno bipolar). En Europa se describe la hipomanía como un trastorno de personalidad, parecido a la ciclotimia; pero ausente de síntomas de depresión.

La hipomanía se desarrolla por 24 horas y se extiende por lo menos durante cuatro días seguidos.

Síntomas de hipomanía en trastorno bipolar:

  • Autoestima muy elevada.
  • Énfasis grandilocuente.
  • Irritabilidad.
  • Poca necesidad de conciliar el sueño (con tres horas es suficiente).
  • Verborragia. Necesidad de hablar sin pausas.
  • Hiper empatía. Se preocupan en exceso por las emociones de otros y actúan en consecuencia.
  • Fuga de ideas, pensamientos que se producen con demasiada rapidez.
  • Distracción hacia estímulos frívolos o irrelevantes.
  • Exceso de energía que aumenta actividades de todo tipo: laborales, escolares o sociales.
  • Agitación del sistema psicomotor, priorizando actividades violentas o agresivas.
  • Hipersexualidad y acciones atrevidas.
  • Propensión hacia actividades que acarrean consecuencias graves como hiperconsumo o apuestas de dinero.
  • Acciones temerarias que ponen en juego la vida.

La hiperactividad comparte alguno de estos síntomas como la necesidad imperiosa de hablar, la distracción hacia estímulos irrelevantes, la impulsividad o el movimiento constante hiperkinético; pero en este trastorno los síntomas persisten con la misma intensidad por lo menos durante seis meses, y no se adaptan al nivel de desarrollo de la persona. Además la hiperactividad presenta otras sintomatologías específicas como:

  • Distracción hacia detalles en las tareas laborales, recreativas o escolares.
  • Dificultades para focalizar la atención en juegos (en el caso de niños).
  • Falta de atención o no escucha cuando se le habla.
  • Imposibilidad de organizar y/o concretar tareas que se le piden, que no se relacionan con una negación consciente hacia la misma.
  • Evitación de actividades que requieren esfuerzo intelectual sostenido.
  • Pérdida de objetos.
  • Descuido en cualquier actividad cotidiana. 

Síntomas de déficit atencional con hiperactividad

En general la hiperactividad o déficit atencional con hiperactividad se presenta en niños. Cuando no pueden fijar la atención reemplazan esta situación con actos motrices exagerados -en un lapso mínimo de seis meses- con estas características:

  • Parece que tuvieran un motor que no para nunca.
  • Mueven excesivamente las extremidades.
  • No pueden quedarse quietos en su silla durante el desarrollo de clases.
  • Corren y saltan en situaciones inapropiadas.
  • Están ansiosos e intranquilos cuando juegan.
  • No paran de hablar, responden con anticipación a las preguntas sin reflexionar las respuestas.
  • Son impulsivos.
  • No respetan sus turnos en actividades sociales o escolares que implican a compañeros.
  • Interrumpen e irrumpen en actividades ajenas como juegos o conversaciones.

Hay que diferenciar hiperactividad de hipomanía 

Ambos corresponden a una clínica compartida en donde los síntomas similares pueden llevar a confusión entre uno y el otro; pero es imprescindible diferenciarlos para dar con el tratamiento psicológico adecuado en cada uno de los casos, que requerirá de intervenciones a largo plazo para una mejoría efectiva en el paciente.

Existe alta comorbilidad o morbilidad asociada entre el déficit de atención con hiperactividad y el trastorno bipolar que incluye episodios de hipomanía, es decir que pueden darse efectos del primero en un paciente que padece el segundo. Esto es, la presencia de ambos trastornos además del diagnosticado inicialmente. Por esta razón es importante buscar aquellos síntomas afectivos -que pueden asociarse al trastorno bipolar- en los niños diagnosticados con hiperactividad y déficit de atención.

El Test de Conners de uso universal aceptado en los estudios de estos trastornos, no permite la discriminación entre la hiperactividad y la hipomanía en trastorno bipolar, lo que generalmente lleva incurrir en errores en los diagnósticos profesionales con poca rigurosidad para encontrar síntomas de ánimo afectivo eufórico.

La atención psicológica y el tratamiento adecuados y a tiempo pueden prevenir al paciente de los efectos en sus estados sociales y emocionales, sobre todo en el caso de niños y adolescentes.

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