Desarrollo psico-emocional de la familia: “El nacimiento del primer hijo”.
El convertirse en padre y madre, implica una profunda transformación a nivel personal y dentro de la relación, ya que la presencia de un niño, demanda toda una reorganización de la vida.
La paternidad incide fuertemente en la reactivación de procesos infantiles, especialmente la total indefensión y dependencia de un recién nacido, que resuenan profundamente en los padres, sintiendo estos que lo que le ocurre al niño, les ocurre también a ellos, estos sentimientos en el adulto son totalmente normales, lo importante es poner atención a lo que los adultos hacemos con ellos.
Es posible que los padres se identifiquen con el hijo, lo que puede tener aspectos positivos y negativos. La indefensión y dependencia del hijo en ocasiones despierta un fuerte instinto de cuidado y protección, que hace que los padres se sientan útiles y que pueden cuidar algo más allá de ellos.
Por otro lado los padres pueden sentir una fuerte angustia por lo que le ocurre al niño, ya que la indefensión y dependencia, los remite de forma más o menos inconsciente a los mismos estados de la propia infancia, y es en estos momentos en los que el nuevo padre puede descubrir dentro de sí una dualidad, un indefenso niño necesitado de cuidados y atención; y un adulto que es capaz de brindar cuidados y hacerse responsable por otro.
Si en esta balanza el peso se inclina más por el adulto, la paternidad se convierte en una actividad sumamente constructiva y gratificante, en el que la persona crece y hace participe de su crecimiento a su pareja, a la que se tiene la capacidad de incluir en las actividades cotidianas que demanda el hijo, así como compartirle los miedos y dudas que en un momento lo pueden embargar.
Por el otro lado si la balanza se inclina hacia el niño necesitado e indefenso, el adulto pierde la distancia con el hijo, lo que puede generar que se confundan las necesidades del adulto con las del bebe, así el padre sobre protector, que siente que él y solo él puede satisfacer las necesidades del menor, en realidad está demostrando una profunda carencia de afecto y una fuerte deficiencia de autoestima; situación que puede generar una simbiosis padre-hijo, en la que se excluye a cualquier otro en esta relación (incluyendo a la pareja), lo que genera un detrimento del vínculo matrimonial.
Otra situación que puede presentarse, es en la que durante su infancia, el padre no obtuvo la una satisfacción de sus necesidades, lo que le genera que la indefensión y dependencia del bebe le sea tan dolorosa, que éste quiera alejarse y no se comprometa. La imposibilidad de enfrentarse a la propia indefensión, puede generar importantes estados de ansiedad e irritabilidad, lo que provoca que éste rechace a si hijo con la consecuente culpa el mal ejercicio de la paternidad.
Las problemáticas antes descritas, pueden ser vividas con un profundo dolor, si es que un padre (madre) se descubre a sí mismo irritado, alejado o con poco interés por su recién nacido, se recomienda que acuda con un profesional que le permita tomar distancia sobre la situación, para identificar con claridad las propias necesidades y las de su bebe. Lo anterior les permitirá una mejor asunción de la paternidad, una mejor integración con su pareja y un adecuado manejo del miedo y la ansiedad. En conclusión podemos mencionar:
- La paternidad implica una profunda transformación de la propi vida y de la pareja, por lo que es necesario estar preparados para afrontarla.
- La paternidad puede despertar en los nuevos padres la reactivación de profundos procesos y necesidades infantiles que pudieron quedar inconclusas o que no fueron favorablemente satisfechas, lo que puede generar fuertes estados de ansiedad, irritabilidad, rechazo e irresponsabilidad para con la pareja y el bebe recién nacido.
- La identificación positiva con las necesidades del bebe, puede ser profundamente gratificante y constructiva para los padres como seres humanos, ya que les permite sentirse útiles y que son capaces de dar más allá de sus propios límites personales.
- Es necesario que la persona o la pareja acudan con un profesional si descubren que no son capaces se satisfacer adecuadamente las necesidades de sus hijos, y especialmente si viven la paternidad como una carga o tortura en lugar de cómo un regalo que les permitirá trascenderse como seres humanos.
Psic. José Manuel Bezanilla, Psic. Ma. Amparo Miranda.
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