¡De la Ansiedad a la Depresión!

Ansiedad y depresión: Dos extremos que se tocan. Cargas genéticas y ambientales podrían ser las causas, que se mutan en emociones negativas. Afortunadamente tienen solución. Acude a Terapia.

10 ABR 2018 · Lectura: min.
¡De la Ansiedad a la Depresión!

Dos extremos que se tocan, que parecen ser incompatibles y que son muy conocidos en el ámbito de la salud mental, son la ansiedad y la depresión.

Pero ¿Porqué se dice que son incompatibles? Porque a pesar de que todo apunta a que se trata de un trastorno bipolar, o tal vez sea sencillamente una variante más delicada de lo que llamamos: Trastorno de los Estados de Animo, más que un trastorno fundamentalmente distinto, ambos resultan desestabilizantes e incapacitantes.

No obstante, lo anterior refuerza sólidamente la idea de una vulnerabilidad genética, pero influyen mucho también los factores psicosociales, el entorno, o podría tratarse de las dos cosas juntas y aquí cabe citar una frase muy interesante del Dr. Sigmund Freud que reza así: "Antes de que te diagnostiques con depresión o baja autoestima, primero asegúrate de no estar rodeado de idiotas"

Sin embargo, la ciencia aún sigue investigando la conexión que existe entre las taras hereditarias de la ansiedad con la depresión, en las que por supuesto resulta lógica y creíble la idea de que dicha conexión, tiene mucho que ver con el sistema endócrino, con el sistema de neurotransmisores y también con las perturbaciones del sueño y los ritmos circadianos (anormalidades del sueño en individuos deprimidos) según estudios realizados por Dr. David J. Kupfer y sus colaboradores. en la Universidad de Yale y en la Universidad de Pittsburg, en Estados Unidos de Norteamérica.

Aunque las causas de ambos trastornos pueden ser variadas, no menos importante sería contemplar la posibilidad de asomarnos hacia los sucesos de vida estresantes. La tensión y los traumas se encuentran entre los principales factores de riesgo psicosocial. Una persona que vive bajo muchas presiones diarias se llena de estrés, y cuando el estrés se acumula, se convierte en trastorno de ansiedad generalizada (TAG), de allí es de donde surgen las crisis nerviosas llamadas también Ataques de Pánico o Crisis de Pánico. Ya de allí, desde ese estado tan lamentable, hay un pasito a la desconexión.

La mente saturada con una enorme carga de información genética y vivencial que consiste en: Problemas, angustias, trabajo, deudas, todo tipo de carencias, esfuerzos y superesfuerzos constantes y repetidos… ya no puede más, está congestionada, implotada, conflictada, atascada, bloqueada… y ya no tiene capacidad de soportar más. Explota como palomita de maíz, se rebela, se cansa y ejerce su propio mecanismo de defensa: Se desconecta del cuerpo, se frisa, pierde su razón y evade su propia recuperación. De un extremo se va al otro, cayendo en la más profunda de todas las depresiones.

De acuerdo con la teoría del desamparo aprendido de la depresión, las personas se deprimen cuando creen que no tienen control sobre las tensiones y presiones de su vida; caen en un estado tan lamentable que se sienten morir: "No tengo ganas ya de hacer nada", "Todo me da igual", "Sólo quiero que me dejen en paz", "No quiero ver a nadie" "Yo no valgo nada", "Ya no sirvo para nada", "No puedo ni quiero hacer nada", etc. Y prefieren aislarse, dormir y evadir la responsabilidad. Se dejan devastar por su propio desaliento, se sienten incapaces para lograr cualquier cosa, se sienten frágiles, endebles, quebradizas y sienten que han caído en la depresión porque son personas débiles y es todo lo contrario. Se trata de personas fuertes que de tanto serlo, sus resistencias colapsaron. ¿Qué necesidad tenemos de llegar a esos extremos?

Entonces es lógico suponer que tanto los individuos ansiosos como los depresivos se sienten indefensos y creen que carecen de control. En este sentido, vemos que en 1967 el Dr. Aarón. T. Beck, propuso en su trabajo clínico, que la depresión tal vez sea producto de una tendencia a interpretar los sucesos cotidianos de manera negativa, ver las cosas como poco prometedoras en lugar de apreciarlas de manera positiva. Según el Dr. Beck, las personas con depresión atribuyen lo peor a todo, son fatalistas; para ellas, los más insignificantes reveses, son las peores catástrofes.

El Dr. Beck, especuló como "errores cognitivos" a esos pensamientos distorsionados, y que se derivan desde luego, de una serie de sucesos negativos en la infancia, en la que quizá se desarrolló un esquema negativo profundamente arraigado, un sistema cognoscitivo de opiniones negativas duraderas sobre algún aspecto de la vida y que es como un esquema de "auto-culpa". Los individuos se sienten personalmente responsables de cualquier situación negativa que suceda, cuando esto no tendría que ser necesariamente así.

Afortunadamente, hoy en día hay tratamientos psicosociales muy generosos que ayudan a recuperar la salud mental en su totalidad, para prevenir y evitar los episodios recurrentes de los trastornos del estado de ánimo, llámese Ansiedad o Depresión, incluso, la psicoterapia quizá sea la estrategia inicial, o mejor solución y más recomendable para evitar los diversos riesgos de medicación. ¿Quieres intentarlo?.

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Escrito por

Dora Lidia Pérez Rochín

La Psic. Dora Lidia Pérez Rochín es una de las psicólogas más profesionales que brinda la atención y orientación necesaria para poder resolver sus problemas emocionales que pueden estar afectando su vida social y familiar. Cuenta con el conocimiento y la experiencia necesaria.

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Comentarios 1
  • Nadia Armenta

    Muy bien descrito. Aunque aún no siento mi lucidez completa para opinar bien. Así es como he estado la mayoría del tiempo. Sin embargo, con sus terapias yo ahora estoy mejor. Definitivamente mi desesperanza se esfumó y casi de manera mágica las cosas me van a mejor, y veo la vida de forma alegre y amable. Ya no voy tan de extremo a extremo.

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