Cómo sobrevivir a una madre depresiva

La depresión es una enfermedad clínica que debe ser tratada con pastillas, terapia o ambas. En la actualidad es un tema que se trata con menos tabú pero aún falta mucho por aclarar.

29 OCT 2019 · Lectura: min.
Cómo sobrevivir a una madre depresiva

¿Qué es la depresión clínica?

Se trata de un sentimiento prolongado de tristeza, ira, frustración, pérdida y duelo; síntomas que perduran meses o años si no se trata adecuadamente. Cada caso es único (como los seres humanos) y es por eso que debe ser tratado por un profesional de la salud mental. Un psiquiatra o psicólogo es parte de la ecuación para salir adelante frente a esta enfermedad.

¿Cómo ayudar a una madre depresiva?

Lo primero es entender como hijo que sus causas de estar triste van más allá de los sentimientos y emociones. La depresión se produce por un mal intercambio hormonal o alteraciones en los neurotransmisores (sustancia química que transmite información de una neurona a otra) Así que ser consciente de que es una enfermedad que va a mejorar más allá de tu ayuda; es el primer paso para realmente poder tener un concepto más claro del problema y acercarte de una mejor forma a tu mamá.

Las personas con depresión primero deben aceptarlo y así buscar ayuda. Como hijo siempre podrás darle amor, comprensión y apoyo en sus decisiones coherentes.

Si tú estás bien ella mejorará

Tener una mamá deprimida en la niñez y adolescencia es más complicado que en la edad adulta. La razón es porque los niños no asimilan las emociones de la misma manera y los adolescentes estás pasando por una etapa de identificación. Por esta razón un hijo de una madre depresiva debería ir a terapia para realmente tener herramientas a mano y ayudarse a sí mismo, para luego apoyar a su mamá. En la etapa adulta también es complicado porque aparece la culpa y el querer solventar todo. Es duro aceptar que por más que quieras ver bien a tu madre, esto no depende de ti y a veces tampoco de ella. Nuevamente la aceptación juega un rol fundamental en todo este proceso. A los adultos también se les recomienda ir a terapia para poder llevar de mejor manera esta situación que afecta a toda la familia.

4 errores comunes al tener una madre depresiva

1.      Sentirnos culpables porque ella no sale adelante.

2.      Querer animarla con palabras bonitas y de motivación, esperando que sólo así se sienta sentir mejor. Aunque se le puede motivar es solo una pieza del rompecabezas.

3.      Unirnos a su depresión y evitar hacer cosas divertidas como celebrar fiestas de cumpleaños y otras fechas importantes.

4.      Pensar que sólo con nuestra ayuda estará mejor. Ella debe ir a un especialista que le asesore que es lo mejor para su caso y lograr sentirse mejor con varias herramientas que ella misma deberá encontrar.

¿Quedan heridas de una madre depresiva?

Si, la razón es porque los hijos dejan de ser atendidos como ellos quisieran. Una mamá con tanta tristeza tiene mucha frustración y también rabia, a veces se trata de una lucha por no caer en la depresión. Cada caso es distinto pero normalmente quedan secuelas en el hijo porque le invaden sentimientos negativos de sí mismo, sentimientos que muchas veces son de castigo y deben ser tratados por profesionales de la salud mental para evitar que sigan cogiendo vuelo.

Siempre que se sufra de depresión o se tengan familiares sumergidos en ella se puede cambiar el panorama con una buena actitud. Tomarse la enfermedad en serio y asistir al especialista, hacer ejercicio periódicamente, meditar y comer saludable son algunos de los elementos que ayudarán a la situación.

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Comentarios 3
  • yaz carrera

    Desde que tengo memoria mi mamá siempre a tenido problemas de depresión, siempre la veía triste. Desde chica me hacía parte de sus problemas, cuando era muy pequeña me contaba todos los problemas que tenía con mi papá, sus supuestas infidelidades porque era muy recurrente a creer en chismes y pelear con mi papá. Me platicaba todo, desde sus pleitos hasta sus problemas sexuales yo era muy pequeña, solo tenía 8 años. Sus diferentes cambios de humor, el temor de hacer algo mal porque nos gritaba a tal punto de tenerle miedo. Unos días estaba bien, cariñosa, al otro súper enojada y gritando, otros triste. Realmente nunca la he entendido, ahora ella es un adulto de 67 años y yo una mujer de 32, me siento mal porque siento resentimiento con ella y me siento culpable porque aún sigue con depresión y no poder hacer nada para que cambie eso me frustra.

  • Mauro Lorenzo Valerioti

    Me pasa lo mismo, mi madre desde que tengo uso de la razón tiene lapsos en que está bien, como si todo fuera perfecto y momentos en que se la pasa arrastrándose, llorando por los rincones de la casa, echándole la culpa a sus hermanos, a su madre, a mi papá, a mi hermano y a mí. La culpa siempre es de otro, pero absolutamente nunca suya. Todos son malos, todos están equivocados menos ella. Llega un momento que cansa su actitud. Llego a casa emocionado o contento por algo que me pasó y ella esta ahí lamentándose y lloriqueando. Cuando le preguntas qué le pasa te contesta cosas que son realmente hirientes y que hacen daño. Duele verla así, pero más duele ir a hablar con ella para saber qué es lo que le pasa exactamente esta vez o quién es el culpable. Amenaza con quitarse la vida y ya no sabemos qué hacer con ella. Teníamos una familia perfecta entre los 4 (mi papá, ella, mi hermano menor y yo), de las que ya no quedan. Pero siento terriblemente el dolor de saber que todo se va a terminar en algún momento y ella es y no es la culpable. Me resisto a la idea de creer que la persona que sufre depresión es completamente inocente y libre de responsabilidad del daño que le hace a los demás.

  • Martina

    Lo que más recuerdo de mi mamá es verla llorar. Casi desde que tengo uso de razón. Muchas veces lloraba y cuando le preguntaba qué le pasaba me decía..."creo que su papá no me quiere más". Cuando era chiquita obviamente no sabía qué hacer con eso y la consolaba. En mi adultez sigue igual o peor (ya no dice más eso porque en mi adolescencia le dije que no me lo diga más), ya no me da nada de lastima. Sino BRONCA. Siempre con cara de perro. Llorando. Echando culpas. Le tengo muchísima bronca. Porque eso no se le hace a una hija. Y me doy cuenta que evidentemente me debe haber afectado en muchísimos aspectos de mi vida tener una madre así. Una madre que no sabe querer. Con ataques de llanto, de ira. Jamás escuche de su boca reconocer nada. Jamás me pidió perdón por nada. Siempre victimizándose. Una madre cero cariñosa. Que alguna vez dijo que me quería mucho. Pero jamás lo demostraba. Eran solo palabras.

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