¿Cómo ser pareja sin dejar de ser persona?

Un alto porcentaje de los conflictos de pareja se debe a que uno o ambos dejaron de ser quienes eran por amoldarse a su pareja.

2 ABR 2019 · Lectura: min.
¿Cómo ser pareja sin dejar de ser persona?

Cuando aparece la persona que tanto habíamos esperado, nuestro cuerpo se llena de endorfinas, todo parece perfecto y nos sentimos flotando en las nubes. La emoción recorre constantemente nuestro cuerpo y solo pensar en esa persona es suficiente para sentir un éxtasis total. Estamos enamorados.

El enamoramiento es un estado en el que sentimos un bienestar absoluto, somos empáticos, detallistas y mostramos la mejor versión que tenemos de nosotros mismos. Y es entonces cuando, muchas veces, tomamos la decisión de compartir nuestra vida con esa persona a quien, seguramente, no conocemos tanto como pensamos. Conocemos su mejor versión, esa que nos mostró cuando estaba bajo los efectos de esa droga que llamamos enamoramiento. Y me refiero a ello como una droga porque nos volvemos adictos a ese estado y nos negamos con todo lo que tenemos, a conocer o mostrar el "yo verdadero". Lo más curioso es que, justo después de esa fase, existe la posibilidad de sentir y generar amor verdadero. Ese amor que nace de una profunda conexión entre dos seres que se muestran uno al otro con todos sus matices (con su luz y su sombra).

El fallo está en que hacemos hasta lo imposible por alargar esta fase intentando que la otra persona no conozca nuestros errores, miedos y manías. Es así como empezamos desde el inicio de la relación a cortar parte de nosotros para poder embonar con alguien que, seguramente, también está cortando parte de sí para encajar contigo.

El resultado de todo esto es que tenemos dos medias naranjas que se acoplan una a la otra sin ningún problema. Todo parece perfecto, nos gusta lo mismo, tenemos los mismos intereses y todo es miel sobre hojuelas. Pero ¿qué pasa cuando empezamos a extrañar ese otro pedazo de nosotros que hemos guardado en un cajón para no incomodar a nuestra media naranja? Empezamos a sentir síntomas de neurosis, que no es más que esta parte de nuestro ser que nos grita que le dejemos existir y expresarse. Nos volvemos menos tolerantes, andamos malhumorados o desganados, deja de inspirarnos la vida o incluso nos irrita.

¡Sorpresa! Es el resto de ti que grita que quiere salir del cajón.

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Has dejado tus hobbies y a algunos de tus amigos, dejaste de leer por la noche para no incomodarle con la lucecilla, dejaste de tocar la guitarra, te alejaste de amistades del sexo opuesto para no causar problemas, empezaste a usar la ropa y el color de pelo que le gusta que uses, y ahora comes los huevos del desayuno justo como los prefiere tu amada mitad.

Te convertiste en lo que creías que la otra persona necesitaba para ser feliz y en ese camino te olvidaste de ti. Irónicamente, en una gran cantidad de casos que veo en consulta, esa persona que tanto dicen amar, echa de menos mucho de lo que su pareja dejó de ser.

El amor es un estado de aceptación en el que, a través de la comunicación y la colaboración, dos personas son capaces de ser ellas mismas y dejan ser al otro mientras, además, alimentan sus pasiones y lo nutren para crecer.

¿Cómo ser pareja sin dejar de ser persona?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que nuestra pareja necesita desarrollarse y evolucionar tanto como necesita que nosotros lo hagamos. Si en el camino dejamos de tener intereses en común, es probable que la relación llegue a su fin, pero siempre será mejor esta opción que el sacrificar la evolución de una de las partes. La pareja es en sí un excelente medio para evolucionar.

Cuando hay amor verdadero, la evolución de cada uno, con entendimiento, aceptación y capacidad para llegar a acuerdos, no solo mantendrá la relación si no que generará un vínculo mucho mayor y más intenso que en un inicio.

Las historias compartidas, los éxitos que nos unen, los proyectos y el realizar actividades de disfrute juntos, son algunos de los pilares que darán fuerza a la relación.

Cada miembro de la pareja debe continuar en la búsqueda y descubrimiento de sí mismo y es labor de cada uno acompañar y permitir que esto suceda. Cuando alguno sacrifica parte de quien es para el supuesto bien de la relación, en el fondo se estará gestando una pequeña o gran dosis de resentimiento que terminará por explotarle en las manos en el momento menos apropiado.

Cuando las cosas se ponen difíciles, por ejemplo ante una crisis económica, un nacimiento de un hijo o la adolescencia de estos, suele salir a la luz nuestra "parte oscura", esa que hicimos todo lo posible por ocultar. Pero ante una situación de estrés, perdemos cuidado y simplemente se nos escapa en un grito, un reclamo o un insulto. En otros casos logramos contenerlo pero buscamos una vía de escape que puede traducirse en largas ausencias, una situación de infidelidad o, simplemente, la mente está en otro lado.

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La clave está en mostrar desde el inicio quiénes somos, trabajar mucho para que la comunicación sea lo más transparente y respetuosa posible y poner tanto cuidado en nuestra relación con el otro como en nosotros mismos.

Si te has perdido en el camino, haz lo posible por recuperar lo que te encanta hacer, ver a las personas con las que disfrutas y encontrar incluso nuevas personas y actividades, renovarte.

En un siguiente artículo te hablaré de los tres pilares de la relación de pareja para que, una vez que tengas una "naranja completa" para ofrecerle, puedas trabajar en que sigan siendo compatibles y fortalezcan cada día más su relación. Hoy te invito a trabajar en ti, en la aceptación de todo lo que eres, en tu crecimiento personal y en el amor que te procuras.

Artículo escrito por: Psicóloga Iria Suarez

Corrección de estilo: Tali Rosu.

Foto: Daniel Silva Gaxiola.

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Escrito por

Psicóloga Iria Suárez

Psicóloga egresada en el Tecnológico de Monterrey (ITESM), cuenta con una maestría en psicoterapia, enfocada en psicoterapia de la praxis. Especializada en el enfoque de la terapia integrativa. Además realiza entrenamientos de habilidades interpersonales en distintas empresas y colabora como profesora en el Tecnológico de Monterrey y la Universidad del Claustro de Sor Juana.

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Comentarios 1
  • Lito Aranda

    Es difícil comprender si a través del tiempo sigues ocultando partes de tu identidad, si tu misma persona ha evolucionado o si simplemente has madurado de tal forma que comprendes que los pequeños conflictos al final del día no valen la pena. Será que de verdad nos volvemos adictos a esa droga llamada enamoramiento, y que a pesar del cariño y del amor sincero, aún extrañamos ese amor pasional, esas mariposas en el estómago, o las las palpitaciones de cuando éramos novios, o simplemente se nos ha olvidado compartir esas muestras de cariño de antes donde nos queríamos comer el uno al otro. Definitivamente la retrospectiva de uno mismo, de nuestra relación de pareja y nuestra dinámica de familia son aspectos dinámicos que evolucionan a través del tiempo y las perspectivas desde el punto de vista de la mujer y del hombre son muy diferentes, ya que como individuos tenemos diferentes necesidades a las cuales alimentar y satisfacer. Iría, excelente artículo, ya que los humanos y nuestras relaciones constantemente cambian de forma consciente e inconsciente, y no nos damos cuenta que si estamos perdiendo nuestra identidad propia o simplemente adaptándonos. Mucho éxito, y espero tengas más artículos interesantes, como continuación a este y también nuevos temas.

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