¿Cómo se aprende a controlar las emociones?

Es increíble la gran cantidad de emociones que atrapan al corazón humano y que muchas veces no sabemos cómo manejarlas con inteligencia. Cuando se pierde el control, los desajustes y el desequilibrio no se hacen esperar, por lo cual es necesario hacer un alto en el camino, permitirnos pensar alto y sentir claro para aprender a tomar decisiones inteligentes y entrar de lleno en lo que Daniel Goleman llama: Aprendizaje social y emocional.

En su libro "Inteligencia emocional", el Dr. Goleman nos dice: "Los estragos que la ineptitud emocional causa en el mundo son muy evidentes. Basta con abrir un diario para encontrar consignadas las formas de violencia y de degradación más aberrantes, que no parecen responder a ninguna lógica. Hoy por hoy no nos genera mayor estupor escuchar que un corredor de bolsa se haya arrojado de un rascacielos tras una repentina caída de la bolsa, que un marido haya golpeado a su esposa o que, tras haber sido despedido, un empleado haya entrado en su compañía armado hasta los dientes y haya asesinado a varias personas indiscriminadamente.

Estas evidencias se suman a la ola de violencia que asola al planeta, al alarmante incremento de la depresión en todo el mundo, a los niveles de estrés que van en franco aumento y a una interminable lista de síntomas: Todos ellos dan cuenta de una irrupción descontrolada de los impulsos en nuestras vidas y de una ineptitud generalizada, y acaso creciente, para controlar las pasiones y los arrebatos emocionales".

Entonces, ¿Cómo se aprende a controlar las emociones?

1. Darnos cuenta que como seres humanos estamos expuestos al ensayo y al error. Quien no echa a perder algo, no aprende nunca –dicen- y si ya desperdiciamos una gran parte de nuestra vida a la deriva de las circunstancias, empecemos aquí y ahora por lo más elemental y básico que es aprender a respirar. Cuando se aprende a respirar diafragmáticamente, es la mejor forma de nutrir de oxígeno a nuestro cerebro que es la materia prima con la que se alimentan principalmente nuestras redes neuronales.
2. Alimentación balanceada: Tener en cuenta que los alimentos son los nutrientes básicos que necesita nuestro organismo para moverse, proporcionándole energía al anabolismo y vida a nuestro funcionamiento fisiológico. También repercute por supuesto en lo psicológico y espiritual.
3. Sueño y descanso: Ocho horas diarias por lo menos necesita nuestro sistema celular para reponer óptimamente las energías que se gastan en el cotidiano vivir. Alivia tensiones, fatigas, estrés, baja niveles de ansiedad y relaja los doce sistemas de nuestro cuerpo.
4. Ejercicio y deporte: Esto conlleva a obtener beneficios tanto fisiológicos como psicológicos, tales como: Incremento en la resistencia física, densidad ósea, mejoría en el sistema circulatorio, mejora la presión arterial, mejor digestión, baja los niveles de estrés y ansiedad, relajación, autoestima, seguridad, confianza, fe…entre otros.

Cuando nuestra salud y bienestar están en equilibrio, se hace más fácil y mejor el manejo de las emociones, porque tenemos mejor atención, mejor concentración, mejor percepción, más capacidad de observación, mejor razonamiento analítico, más velocidad en el procesamiento de todos los pensamientos y por lógica mayor voluntad para trabajar nuestros sentimientos y emociones. Es el punto central de donde podemos partir hacia la mejor toma de decisiones, pero con alegría, con optimismo, con positivismo y con objetividad.

Si deseas mayor información al respecto, escríbenos a Psico.mx y con mucho gusto te contestaremos a la mayor brevedad posible.

Psic. Dora Lidia Pérez Rochín.

Las informaciones publicadas por Psico.mx no sustituyen en ningún caso la relación entre el paciente y su psicólogo. Psico.mx no hace apología de ningún tratamiento específico, producto comercial o servicio.