¿Cómo sanar el dolor emocional?

Qué increíble parece que entre la infinidad de modelos terapéuticos que existen para erradicar cualquier trastorno o desorden mental, el más sencillo de aplicar lo tenemos todos al alcance de nuestras manos, donde todos lo podemos tomar; me refiero enfáticamente al fluido maravilloso e incomparable del Amor.

Se puede ser muy rico o muy pobre (económicamente hablando), pero nadie está exento de padecer de alguna carencia afectiva, de algún vacío existencial o de algún dolor emocional, no hay seres perfectos y sí mucho desequilibrio en los seres humanos de este planeta escuela.

Nacemos, crecemos, nos reproducimos, morimos y desde la cuna a la tumba, nos abraza la ignorancia, el conformismo, el egocentrismo, los hábitos, costumbres y vicio. Problemas socioculturales que no siempre estamos dispuestos a soltar, dejar ir para modificar conductas, cambiar estilos de vida, crecer, madurar interiormente, bucear en las profundidades de nuestro propio ser, para conocernos primero a sí mismos.

Me viene a la memoria una máxima muy hermosa del Dr. Carl Gustav Jung, Padre de la Psicología profunda y Médico Psiquiatra Suizo (1875-1961), que reza así: "No es posible despertar la conciencia sin dolor. La gente es capaz de hacer cualquier cosa, por absurda que parezca, para evitar enfrentarse a su propia alma, pero nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su propia oscuridad". Cuánta razón encuentro en sus palabras.

Si bien es cierto que con dolor se aprende, cabe preguntarse: ¿Porqué tiene que ser siempre así?, pues porque el dolor no es tan malo como parece. Gracias al dolor, aprendemos a exigir, a tocar puertas, a abrir caminos al entendimiento. No es tan malo sentir dolor si lo experimentamos como un tropiezo de enseñanza, e incluso si fuese necesario "tocar fondo" como se dice coloquialmente.

Cuando la persona toca fondo en su dolor, ya no tiene espacio más bajo donde caer, el sufrimiento será la lona donde caerá noqueado, fulminado por sus propios errores y desaliento, entonces no le quedará más remedio que volver a subir, volver a empezar, volver a emerger o resurgir de entre las cenizas, como si fuera el Ave Fénix de las Sagradas Escrituras.

Una persona que ha conocido y experimentado el hielo del dolor, en verdad adquiere todas las posibilidades de resurgir victorioso y nacer a lo nuevo, a lo que antes le era desconocido, pero ahora con la capacidad de pensar alto y sentir claro lo que busca y lo que quiere le facilitará las cosas y todo le será diferente.

¿Cómo se puede entonces sanar las heridas emocionales? ¡Con el bálsamo del amor!, ¿Te hirieron?, ¿Te lastimaron?, ¿No te tomaron en cuenta?, ¿Se burlaron de ti?, ¿Te hicieron fraude sentimental?, ¿Te robaron, te saquearon?... ¡No importa!, en verdad que no tiene importancia aún si lo perdiste todo, ¿Y qué?, ¡Vuelve a empezar!, pero ahora has las cosas diferentes, focalízate primero en ti, valórate, ámate, cuídate, empodera tu corazón e incluso irradia todo tu amor, ¿Sabes porqué?, ¡Porque el amor no tiene antídoto!, es el mejor escudo de protección que el ser humano pueda tener. ¿Cómo puedo reaccionar ante alguien que me irradia amor?, Obviamente, sé que tú ya tienes la respuesta.

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